Mi jefe

7

fin de semana

El rubio estaba sentando en aquel sillón tan cómodo mientras miraba al techo, pensando que debería hacer durante el trascurso del día, volteo a ver a la mujer, al parece ella estaba cocinando.

–Miriam que suele hacer en los fines de semanas. –se levanto de aquel sofá para acercarse a la mujer.

la mujer volteo a ver al rubio para luego ponerse a pensar. –suelo salir a comprar lo que necesitó en la casa, me pongo ver la televisión y dormir.

–Hay algo que necesite. –miro por toda la casa buscando que podría comprar la mujer.

–Quiere salir. –Miriam siguió cocinando.

El rubio se quedó calla para luego regresar a la sala, realmente quería salir de esa casa y explorar la cuidad, pero algo le preocupaba, desde que miro al castaño se sentía un poco incómodo, pero trato de ignorar ese sentimiento, miro a Miriam para luego voltear a ver la puerta, se acercó a la puerta, pero la voz de aquella mujer lo detuvo.

–Vas a salir?.

Un silencio gobiernos por alguno segundos, el rubio era libre de hacer lo que el quería pero mientras vivía bajo el techo de aquella mujer, se sentía obligado a responder, odiaba ese sentimiento de sentirse una cargar.

–Valla con cuidado. –la mujer siguió cocinando.

El rubio solo la volteo a ver, a veces se pregunta porque aquella dama era tan amable con el, sin dudarlo más salió de aquella casa para empezar a caminar por la cuidad, miraba con atención algunas que otras personas, solo para saber su comportamiento, pero sin duda lo que más le irritó ver, fue un niño haciendo berrinche.

Ver aquel niño estando tirado en el suelo mientras lanzaba patadas y lloraba por solo querer un jueguete, le daba asco y odio, sin duda ver esa escena le daba una sensación de enojo y más al ver como la madre trataba recompensa aquel niño para que guardara silencio, algo que sabía Bill, era que si eres el rey debería de poner en su lugar a los débiles, ese niño estaba controlado a su madre por un simple berrinche, el rubio solo ignoro eso para luego proceder alejarse.

Se acercó a un parque para sentarse y relajarse, respirando hondo para mirar el cielo, por primera vez en su vida se tomó el tiempo se relajarse, disfruta de aquel pequeño parque, la tranquilidad le gustaba, su cuerpo se sentía bien, hasta el punto de poder escuchar su propia respiración y los latidos de su corazón, algo curioso llevo su mano a su pecho, tocando el lado izquierdo donde se ubica su corazón.

–A si se siente estar vivo. –susurro para el mismo, sentía cada latido al igual que su respiración.

Se levantó para luego caminar, durante en el camino se quedó pensando, si realmente en la vida humana era a si, muchas pregunta surgieron en su mente, entre más pensaba sobre los humanos, más dudas tenía, trato de ignorar sus pensamientos para regresar a la casa de Miriam.

Al llegar a la casa, solo vio como Miriam estaba acostada en el sillón durmiendo mientras la televisión estaba prendida, se acercó agarrar el control y apagar la televisión, después fue a la cocinar para servirse algo de comer.

Se quedó mirando a la mujer en el sillón mientras comía, cada vez que miraba a Miriam se sentía algo raro, su pecho sentía una calidez, algo pequeño pero agradable, aquella mujer era tan amable pero a la vez tan solitaria, volteo a ver aquellas fotos.

Veces el rubio se preguntaba que le había pasado a su esposo, pero no sé atrevía a preguntar, al termina de comer, se fue a su habitación, se sentía algo cansado, se recostó en la cama y trato de cerrar los ojos, los sueños era algo que le gustaba, sentía que podía escapar de la realidad.

Ya que podía controlar sus sueños a la perfección, sabía cómo tener esos sueños lúcidos, era en único lugar donde podría tener su cuerpo original, odiaba despertarse porque simplemente le recordaba que estaba en la vida de un ser humano.

Palabras: 682
Fecha: 19 de febrero del 2023

Aquí otro capítulo, perdonen si está muy corto, la falta de imaginación, también disculpen si hay mala autografía, dicho eso, me retiro, nos leemos hasta el siguiente domingo.