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Feria

El rubio estaba ahí sentando en aquella silla con aquella ojeras, simplemente no logro dormir bien y todo por un pequeño mosquito que no lo dejo descansar, agarro la cuchara para empezar a comer era lo único que lo mantenía despierto, terminar aquel plato lleno de cereal.

–Te ves fatal. –Miriam paso por el lugar para ir a la cocina.

–Oh gracias. –soltó una risa el rubio. –No me había dado cuenta.

–Debería ir a dormir un rato.

El rubio se quedó mirando la taza de cereal con leche para luego levantarse, agarro aquel plato para ponerlo en los demás platos sucios, pero por una razón no le gusto ver aquellos platos amontonado, a si que se levantó la manga de su camisa, empezó a lavar cada plato mientras trataba mantener los ojos abierto.

–Bill no te preocupes por eso, yo lo lavo más tarde.

El rubio nego con la cabeza mientras siguió limpiando aquellos platos y vasos, Miriam solo soltó un risa para luego ayudar al rubio con aquellos platos.

–Ves a descansar yo me encargo de esto.

El rubio solo se quedó mirando a su compañera, para luego dejar que ella lavarse los platos, camino hacia su habitación, se acercó en aquella cama cómodo para tirarse encima de esta, soltó un leve suspiro mientras se quedó pensando, la última vez que se sintió tan agotado de esa forma fue cuando se metió al cuerpo de Dipper.

Se soltó riendo tan solo recordarlo, sin duda ese niño no se cuidaba bien, se volteo quedando boca arriba mirando aquel techo, pensando en Dipper, simplemente no podía sacar ese "mocoso" de su recuerdo, sin duda no quería pensar más en el, a si que solo cerro los ojos para quedar dormido, descansar era lo único que deseaba en esos momentos, respiró sintiendo más vivo que nada, era una sensación algo rara pero en fin en cuenta le termino gustando.

Se soltó riendo tan solo recordarlo, sin duda ese niño no se cuidaba bien, se volteo quedando boca arriba mirando aquel techo, pensando en Dipper, simplemente no podía sacar ese "mocoso" de su recuerdo, sin duda no quería pensar más en el, a si qu...

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En esos momentos se sentía algo raro, nunca en su vida había probado los juegos de una feria, conocía muchas formas de cómo divertirse pero jamás pensó ir a un lugar donde solo los seres humanos se divertía.

Miriam caminaba mirando todo los juego del lugar, mientras que Bill solo le seguía el paso, se escuchaba los gritos de diversión por todo el lugar, la música también se escuchaba y uno que otro llanto de un niño.

–Que te gustaría probar primero.

El rubio miro el lugar, aún no tenía ganas de subirse a uno, pero en eso sintió la mano de Miriam y lo llevo a un puesto, dónde era de tiro, la mujer pago para agarrar el arma y apunto al patito de goma, al primer tiro fallo.

Que rubio solo se quedó mirando lo que hacía la mujer, volteo a ver el gran lugar, era algo molesto para el escuchar tanto gritos, en eso su atención volvió cuando Miriam le entrego el arma.

Mi jefe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora