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Fin.


Aquellos gemidos resonaba por toda la habitación, el sonido obsceno era el que gobernaba, sus pieles chocando entre si, el sudor empapado en ambas pieles, las mirada de ambos mirándose con deseo y lujuria, los jadeos que salían en ambas bocas. Los suspiro por querer aliviar sus propias desesperación de querer probar los labios del contrario, todo aquellos sentimientos en una sola sensación, los dos estaba disfrutando aquel placer que dominaba en ambos cuerpos, los fuerte gritos de satisfacción que soltaba al sentir por cada estocada que daba, provocando aquel sonido tan sucio de ambas pieles siendo chocada entre si.

Sin duda aquella sensación se le llamaría más que lujuria y deseo, después de un largo rato de quién iba ser el de arriba al fin podía disfruta aquel placer tan deseado por ambos, simplemente era una sensación tan grande en cada cuerpo, el calor la desesperación por querer más, sus respiración acelerada, tratando de respirar bien, pero no podía parar, simplemente la lujuria lo estaba poseyendo.

Ambos juntaron sus labios, un beso húmedos, sus lengua se juntaba para empezar una pelea, llegando provocar ese suave sonido de saliva mezclándose por ambas lengua, tener el cuerpo de ambos tan pegados, sentir cada roce era más deseable, uno de quello sentía su miembro palpitar, sentir como se frotaba contra el vientre del contrario, cada embestidas provocaba una sensación de calor, de quererlo mas profundo que le llegará a tocar cada parte de su interior, las lágrimas salía de aquellos ojos, que al parece estaba nublado por el placer, su espalda se arqueaba al sentir que tocaba aquel lugar tan deseable.

La sensación de tenerlo tan dentro suyo lo estaba volviendo loco, juraría que ya no estaba tan consiente de lo que pasaba, solo podía pensar en como era tan fuerte el calor en su cuerpo, su interior siendo embestida de manera placentera, sus gemidos ya no eran suave si no fuerte, gritos que llenaban por toda la habitación.

Ambos de miraron a los ojos, sus respiración era acelerada, las estocada dejaron de ser rápida, se detuvieron por unos momento para mirarse mutuamente, ambos estaba acelerando por la adrenalina que acaba de sentir, lo suspiro salía de ambos, una suave sonrisa apareció en ambas caras para luego depositar un suave beso.

—Pino, esto se siente bien. —Le era difícil hablar, no podía evitar soltar jadeo por cada palabra que salía de su boca.

—Hay que seguir. —se acerco al oído del rubio para poder morder su helix, haciendo que Bill soltara un jadeo de placer. —Que pasa, ya no puedes.

El rubio se mordió el labio, estaba completamente deseado por querer más, su cuerpo le pedía a grito que siguiera, sujeto las cadera de Mason para seguir con aquellas embestidas, era suaves pero profundas.

El castaño empezó a gemir, sentir las estocada de nuevo le hacía querer por más, movió sus cadera al mismo ritmo de la embestida, sus gemidos salía de sus labios, el calor que sentía debajo del obligó era raro, pero no podía evitar desear por más, las acaricia del rubio que depositaba a sus muslos hacia que soltará más jadeo, estaba perdido en el placer, entre más profundo sentía el miembro de bill, perdía el control.

—Mierda Bill Ahh. —apretó las sábanas, llegando a rasgarla con sus uñas.

El rubio estaba feliz, ver al castaño tan bunerable era algo que le excitaba, se acerco a los labios de este para dejar un suave beso, por cada estacada que daba sentía el calor recorrer por todo su cuerpo, sentía que muy pronto llegaría a clímax.

Con algunas cuantas estocada más profundas termino por correrse, Mason solo arqueó la espalda, dejando salir un fuerte gemido del placer, llegando a manchar ambos abdomen de semen, ambos respiraba con dificultar, una pequeña sonrisa apareció en los labios de Bill, para luego salir con cuidado del castaño, Mason solo se quedó pensando, de había sentindo bien, en eso sintió como el rubio se acostaba en su pecho, tenerlo tan cerca lo hacía sentir feliz.

Mi jefe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora