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Golpe

Había algo que a Bill no le gustaba mucho y esos era los chisme, Miriam vino al trabajo, no tardó mucho que las personas preguntara que le había pasado en la cara, al parecer ella solo respondía diciendo que se había caído, pero no tardaron en empezar a decir mentira, una de esas, era que Bill había golpeado a su propia madre.

No pudo evitar enojarse más, al sentir aquellas mirada como si lo estuviera juzgando, cosa que en si era lo que hacía la gente, el enojo creció más cuando alguien le dijo que era un poco hombre por hacerle tal cosas a una mujer.

El rubio estaba más que enojado, dejo aquello de lado y se preocupó más por Miriam, al parece ella estaba desanimada, había estado encerrada en su habitación la mayoría del tiempo, Bill estaba seguro que alguien la había visitado, pero si la mujer no cooperaba en decir algo, no podía hacer mucho.

Siguió trabajando hasta termina, agarro una carpeta que había preparado para mínimo cumplir con lo que le había dicho a Mason, salió de la área donde trabajaba, camino por un buen rato, una vez que allá entregando sus papeles, empezaría a estudiar, estaba determinado por cumplir y ganarse aquel puesto de secretario, no le gustaba la idea de recibir hordener, pero mínimo iba ser el secretario privado del castaño, que era mejor.

Cuando iba de regreso a su área de trabajo, alguien le había tomado el hombro, volteo a ver de quién se trataba, pero en cambio recibió un fuerte golpe en la mejilla, cayó al suelo dejándolo desorientado por unos momentos, levanto la mirada, al ver un señor que parecía furioso, el rubio no pudo evitar enojarse.

–Que mierda te pasa. –el rubio se levantó de su lugar pero fue empujado por aquel hombre, volviendo caer al suelo, el sujeto se subió encima de él y empezó a dar fuerte golpes al rubio.

Bill trata de detener cada golpes mientras miraba con irá aquel sujeto, al poco tiempo empezaron a llegar gente a ver la situación, uno de los trabajadores separaron al sujeto de Bill, el rubio solo se limpio la mejilla, al parecer le había sacado sangre.

–Quien te crees para estar golpeándome a si. –el rubio se iba acerca para regresarle el golpe pero una mano lo detuvo, era Miriam que al parece estaba muy preocupada, el rubio soltó un suspiro y se contuvo.

–Cobarse, como te atreve a golpearla, ya ni porque ella te dió la vida.

Bill apretó lo puño mientras miro aquel sujeto, su gana de destrozarle la cara era de mil, Miriam miro al sujeto tratando de explicarle la situación, era obvio que nadie le iba a creer sobre que se había caído por un accidente.

Uno de los jefe de esa área se llevó a Bill junto con el otro sujeto, calmaron la situación y cada empleado se fue a su área de trabajo, el rubio solo miraba con odio al sujeto que tenía de lado, la tensión de ambos se sentia, ambos fueron llevados a la oficina del castaño, que al parece este estaba muy concentrado leyendo.

El superior toco suavemente la puerta esperando a que su jefe le diera indicaciones de que pudiera pasar, abrió con cuidado la puerta al tener el permiso, entro a la habitación mirando con atención a Mason. –Disculpé la molestia, pero tenemos un asunto que resolver.

El castaño levanto la mirada de sus papeles para luego ver a las tres personas que tenía enfrente, se levantó de su lugar. –Sabes que estoy muy ocupado valla a recursos humanos que resuelva esto. –la voz de Mason era de autoridad, aquella voz que conocía Bill no era la misma, está sonaba más grave.

–Lo siento, solo que supongo debería de despedirlo, ambos se encuentraba peleando en medio del pasillo.

–Pino este idiota fue el q-. –Un fuerte golpe se escucho por toda la habitación, Mason había golpeado la mesa, los presente se quedaron callados.

Mi jefe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora