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Problema amoroso




El rubio estaba algo estresado y todo gracias a los estudios, era algo complicado, soltó un suspiro y bebió de su café, había estado muy ocupado con los estudios y trabajando, volteo a ver a la sala, dónde se encuentra a Miriam mirando la televisión, Bill se le quedó mirando por unos segundos, preguntándose si aún ella se sentía mal por lo que había pasado con su hijo, de pura suerte el sujeto ya no volvió a regresar.

Pero eso no quita el echo que el daño ya estaba hecho, la mujer estaba desaniamda y triste, Bill no le gustaba verla a si, se levantó para acercarse a ella, tomando asiento a su lado.

—Lo siento. —el rubio recargo su cabeza en el hombro de Miriam, mirando la televisión.

—Por que dice eso, no tiene la culpa de nada.

—Aun a si, no pude estar ahí.

Miriam acaricio el cabello de Bill, ambos se mantuvieron en silencio durante un largo rato, hasta que los labios de Miriam se separaron. —Debería de seguir estudiando.

—Si lo sé. —un leve suspiro salió de los labios del rubio. —A seguir con mi trabajo. —se levanto y camino hacia la mesa donde tenía todo su desorden.

Miriam se levantó para prepara la cena, pasaron un buen rato, charlando mientras que el rubio seguía haciendo su trabajo, estaba un poco preocupado porque muy pronto haría los exámenes, era su oportunidad de demotrarle al castaño que había logrado su objetivo, estaba emocionado.

Aquellas puertas grande fueron abierta con algo de bruquedad, Mason solo levanto la mirada, aquella cabellera rubia la conocía muy bien, pero el castaño se pregunta que hacía ella en un lugar donde no debería de estar

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Aquellas puertas grande fueron abierta con algo de bruquedad, Mason solo levanto la mirada, aquella cabellera rubia la conocía muy bien, pero el castaño se pregunta que hacía ella en un lugar donde no debería de estar.

—Pacífica, se puede saber que haces aquí, tengo entendido que tiene un viaje a Francia en seis horas. —volvió a ver sus papeles. —Como verás estoy ocupado.

—Solo vine para hablar con tu hermana, ya que nunca la encuentro, quise preguntarte personalmente a ti. —con cada paso que daba los tacones de la rubia rezonaba por toda la habitación. —habla Mason, dónde trabaja tu hermana.

—Enserio veniste hasta acá para decirme eso. —Mason soltó un suspiro. —Déjeme fuera de su triangulo amoroso, no quiero involucrarme en la vida amorosa de Mabel.

—Dipper, sabes muy bien que no dejaré que Gideon me gane en el está guerra, solo dime dónde trabaja Mabel. –la mano de la mujer se colocó en el escritorio para recargarse en este.

—Si no les eh dicho a ninguno de los dos dónde estaba Mabel, es porque ella me pidió que no les dijera. —Lo recuerdo que Mason le llegaron a la mente al escuchar aquel apodó, llevaba años de que Pacífica dejo de llamarlo así.

—Quieró invitar a tu hermana a Francia, a si que por favor, dime dónde está.

—Que si lo resuelve entre los tres. —se levanto de su lugar dejando los papeles en el escritorio, empezando a caminar hacia la pequeña sala que tenía en su oficina.

Mi jefe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora