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Papeles

La alarma fue apagada a los pocos segundo que empezó a sonar, el rubio se levantó y se estiró, se había acostumbrado a levantarse temprano y meterse a bañar con agua fría, aún que aún no se acostumbraba a ver su miembro, era algo raro, prefería ser un triángulo y no tener un cuerpo.

Salió del baño con una toalla en la cabeza mientras tenía puesto su ropa interior, camino hacia su habitación para terminar de ponerse su traje, al termina de acomodarse la corbata y peinar su cabello, salió de la habitación, le agradaba la compañía de Miriam, era alguien que sin duda no se arrepentía de conocerla, aún que nunca se lo iba a decir por su orgullo, se acercó para agarra dos platos.

–No es necesaria que me ayudes. –le voz de la mujer era tan amable y agradable para el rubio

–Si es necesario.

Después de una pequeña discusión entre ellos dos terminaron en sentarse para empezar a comer, Miriam miraba con atención al rubio esperando algo, Bill al sentir la mirada de aquella mujer, tuvo que dejar de comer.

–Sucede algo?.

–Ayer el jefe te hablo, está todo bien, no te despidió. –la mirada de aquella mujer era preocupante

–No, para nada, el solo me habló para ver si yo era un amigo de la infancia. –siguió comiendo.

–Y lo es. –le sonrió para seguir comiendo.

–No, se confundió de persona.

Siguieron comiendo, después de unos minutos los dos salieron del hogar de la mujer para empezar a caminar hacia la parada de autobús, el rubio pensaba sobre el castaño, desde que lo vio y hablo con el.

Entro al edificio mientras camina alado de la mujer, en eso el rubio se sorprendió al ver al castaño, al parece lo estaba esperando, este soltó un suspiro y se alejo de Miriam, la mujer de edad algo mayor lo miro para luego irse al ver su jefe.

–Oh hola Bill. –le sonrió mientras miraba al rubio.

–Que haces aquí. –le enojaba ver la cara del castaño.

–Es mi empresa, puedo estar donde yo quiera. –le sonrió más. –Que tal si me acompañas, tengo algo para ti.

Bill solo suspiro y siguió al castaño, caminaron juntos hasta llegar al ascensor, el silecion era incómodo para el rubio, no quería estar alado de aquel "niño".

–Bill, cómo se siente ser un ser humano.

–Si solo me llamaste para burlarte de mi, mocoso me retiro a hacer mi trabajo.

–Si te vas, te despido.

Bill miro con odió al castaño, juraba que quería agarrarlo por el cuello y asfixiarlo hasta que no pudiera respirar, pero sabía que si lo hacía lo iba a meter a la cárcel, no era mala idea ir a ese lugar donde te alimentaba, pero no soportaría compartir una celda con un desconocido y estar peleando.

–Que quiere pino. –lo miro tratando de ser paciente.

–Te tengo un gran trabajo para ti. –entro al ascensor.

El rubio lo siguió. –Lo está haciendo para molestarme. –miro aquellos ojos castaños, era un color claro pero a la vez profundo.

–Si, Aún no te perdono por lo que hiciste en Gravity falls. –aplastó el botón

–Ya pasaron años. –en ese momento el rubio miro con atención al castaño. –Tu cuántos años tienes.

–29 años. –salió del ascensor caminando hacia su oficina.

Mi jefe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora