Sobre nervios y canciones

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Miguel volvió a tachar una frase que acababa de ser agregada a la canción en la que había estado trabajando más exhaustivamente todos aquellos días, solo porque había prometido tocarla para Hiro. Ahora, bajo aquella presión, Miguel sentía que la canción tenía que ser perfecta y todas sus energías se concentraban en los más pequeños detalles de la canción.

Solo el propio Hiro podía sacarlo de su ensoñación cuando se sumergía entre los acordes y las rimas que debían ser eliminadas o agregadas cuando volviera a casa. Después de aquel día de Halloween, el Hamada menor se aparecía con mayor frecuencia para la hora de cierre en el café, y aquellas noches en que tenía la oportunidad de hablar con el chico, Miguel atrasaba tanto su visita que siempre debía salir corriendo a la parada de autobuses para coger el ultimo que correría aquella noche. Llegar a casa para trabajar en la canción era siempre su prioridad, aun si recortaba aquel tiempo solo para tener ocasión de conversar con el chico que le gustaba.

Captain había llegado un par de veces a buscarlo también, y aunque a veces entorpecía su trabajo -llevándole de paseo o simplemente pidiéndole que cantara algo- Miguel siempre se sentía agradecido con su compañía. Ciertamente algo había cambiado entre ellos, el mexicano podía sentirlo en la atmosfera que los envolvía mientras el héroe se encontraba silenciosamente sentado junto a él. No era incomodo ni frio, solo era... diferente.

Miguel no podía describirlo, pero sentía que Captain había cambiado su perspectiva sobre él, le sentía más real, más apegado a él. Y, a la vez, una distancia prudente había sido construida entre ellos. La mirada del chico se posaba sobre el mexicano de repente, aun si no podía verla, podía sentirla; pero no decía nada, parecía solo cómodo estando a su lado. Miguel no sabía si aquello era un avance en la relación que habían construido, pero esperaba que así lo fuera. No podía cortar los lazos con él, se había vuelto parte de su vida, casi sin darse cuenta, y no estaba dispuesto a perder eso.

Semana y media después de Halloween, Miguel se sintió lo suficientemente seguro como para creer que la versión final de la canción estaba lista. Era la madrugada del miércoles, hacía un frío terrible para el otoño, y aun así el chico esperaba por cierto héroe, sentado en el techo de su edificio, envuelto en una manta, y con la guitarra a escasos centímetros de él.

Cuando estaba comenzando a darse por vencido, el sonido ensordecedor de los propulsores del robot rojo se abrió paso en sus oídos y Miguel, ya adormecido a causa de las largas horas de espera y la falta de sueño de las noches anteriores, se reincorporó con parsimonia. Una sonrisa se formó sobre sus labios al divisar a Captain abandonando su lugar sobre la espalda de su amigo y saltar una distancia para nada prudente, para poder llegar junto a él.

No hubo un saludo, ni siquiera una pregunta acostumbrada sobre el cómo había sido su día, Miguel le sonrió al chico y soltó, como si las palabras se hubieran estado arremolinando en su boca mientras esperaba por él, ansiosas por salir por fin a la libertad del frio viento de la madrugada: -Está lista.

El chico purpura no dijo nada. Paró el paso y pareció, solo por un segundo, que sus palabras lo habían dejado desorientado. Un suave "Oh" robótico salió desde el casco blindado del héroe. Miguel no supo que significaba esa reacción, pero sin duda no era la que había estado esperando, aun si ciertamente no sabía qué tipo de reacción esperaba. Un sabor amargo se instaló en su boca, que intentó tragar y olvidar en su garganta, y prosiguió. »- Bueno, nunca se está cien por ciento seguro con el trabajo propio, pero creo que es todo lo buena que puede ser hasta ahora.

Captain no dijo nada por un par de minutos. Parecía nervioso, o así le percibía Rivera, mientras le dejaba un momento para que ordenara los pensamientos que parecían no dejarle disfrutar del momento junto a él. No podía engañarse a sí mismo, sin embargo, mientras sentía como un peso caía sobre su estomago al encontrar al otro tan poco entusiasmado con su reciente logro.

Sobre dos amores ⟨Higuel⟩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora