lost soul

Capítulo 39: Miedo y preparación.

La voz agitada del Kazekage resonó en las paredes del pasillo y llegó a los oídos de una Sabaku no Temari mientras subía las escaleras para recibir la misión que le sería asignada hoy.

A juzgar por el tono de voz de Gaara, tendría que ver qué estaba mal, aunque lo más probable es que ya lo supiera.

En los últimos días, habían estado circulando rumores entre los ninjas de alto rango de que Konoha estaba de nuevo en movimiento, hacia dónde aún no estaba claro, pero los espías supuestamente habían informado de movimientos masivos de tropas a lo largo de las fronteras y dentro de las aldeas de Konoha, Ame y Kusa. . Ojalá se hayan equivocado.

Pero cuando entró en la oficina de su hermano y encontró a varias secretarias y mensajeros ninjas corriendo en lo que parecía un frenesí de pánico, supo en algún lugar de su mente que los rumores podrían resultar más reales de lo que le gustaría.

"Gaara". su voz apenas se escuchó por encima del ruido de fondo, pero el Kazekage pelirrojo alzó la mirada para encontrarse con la de ella. Ella vio una severidad en sus ojos e inmediatamente supo la respuesta a su pregunta.

"Temari". Habló mientras se ponía de pie, dejando que los papeles que sostenía cayeran apáticos sobre su escritorio mientras le hacía un gesto para que se acercara. Se acercó a él y lo vio inclinarse para susurrarle algo al oído. "Encuentra a Kiba, Sakura, Ino, Shikamaru, Chouji y Hana y diles que vengan a la mansión Kazekage a la medianoche de esta noche y asegúrate de mantener el secreto al respecto. Hay una misión de suma importancia que solo ellos pueden lograr".

Ella asintió antes de darse la vuelta y salir por la puerta con el miedo comenzando a enrollarse alrededor de su corazón como una serpiente deslizándose.

El Demonio de Konoha regresaba.
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Las puertas de la sala de estudio de Zhuge se abrieron de golpe cuando una joven Kunoichi irrumpió, su expresión era una mezcla de ira, anticipación y cautela. "¿Es verdad?" cuestionó mientras se dirigía al escritorio del Raikage.

El hombre levantó la vista con calma de su pergamino mientras la miraba y hablaba. "¿Qué es verdad?"

"No te hagas el estúpido maestro, sabes exactamente a lo que me refiero. ¿Es cierto que está en movimiento otra vez?" Casi gruñó, permitiendo que la ira y la frustración se filtraran en su voz.

El Raikage enrolló su pergamino antes de ponerse de pie y mirarla de frente. "¿E incluso si es un niño de qué te concierne?"

Pareció momentáneamente sorprendida antes de hablar de nuevo. "¿Qué quieres decir con '¿Qué me concierne?' Nos hemos estado preparando durante casi diez años para cuando vuelva a hacer su movimiento, ahora finalmente ha hecho su movimiento..."

"Y no haremos nada hasta que sea el momento adecuado". Él la interrumpió con firmeza antes de caminar alrededor de su escritorio y mirarla directamente a los ojos. "Todavía no estás lista, Akina".

Sus dientes rechinaron uno contra el otro con ira mientras gruñía. "He estado entrenando durante tanto tiempo, he dominado mi arma, casi domino mi elemento relámpago y obtuve el control de tres colas completas del chakra de Kyuubi. Dijiste que lo más probable es que no pueda usar el chakra de Bijuu por mucho tiempo. Si yo Todavía no estoy listo después de todo este tiempo, entonces maldita sea, ¿cuándo diablos lo estaré?" Gritó la última parte mientras golpeaba el escritorio frente a ella con todas sus fuerzas. La madera gimió y crujió en señal de protesta y la pierna derecha se dobló y se astilló por la fuerza, lo que le permitió inclinarse peligrosamente hacia un lado.

Zhuge la observó mientras desahogaba su frustración y permaneció en silencio mientras continuaba hablando.

"Todos los días... lo veo en mis sueños, mientras los mata una y otra vez. Escucho su voz mientras dice que siempre seré demasiado débil... Quiero que termine. Quiero... "