lost soul

Capítulo 8: Historia retorcida

Hinata yacía jadeando contra el suelo duro, su rostro estaba manchado de tierra, su ropa estaba rasgada, cortada y quemada en varios lugares. También había toques de rojo, lo que indica que también estaba sangrando en alguna parte.

Abrió débilmente los ojos cuando la punta de la cimitarra de Naruto tocó su cuello expuesto. "Sigo decepcionado". arrastró las palabras.

Hinata lo miró a través de su agotamiento. Luchó por ponerse de pie, los músculos de sus piernas protestando por la tensión.

Naruto, aunque no lo admitiría, estaba levemente impresionado por su terquedad. La mayoría de las personas a las que había golpeado tan fuerte no se levantarían por el resto del día, si es que lo hacían. Y, sin embargo, aquí estaba ella, una mera gennin eclipsándola a todos.

"Todavía tienes que completar tu ejercicio, Hyuuga. Esperaba más de ti".

Su mirada se multiplicó por diez. "No... puedo... concentrarme... si... tú... sigues... atacando".

"¿Esperas que tus enemigos se queden de brazos cruzados y esperen a que ataques? Te sugiero que comiences tu ataque ahora antes de que decida atacar de nuevo".

Hinata apretó los dientes, decidió oficialmente, en ese mismo momento, que odiaba a este bastardo rubio.

Formó una rápida serie de sellos manuales que hicieron que el agua se elevara detrás de ella. Sin embargo, cuando comenzó a tomar forma, Naruto se adelantó y comenzó a atacarla con un simple Taijutsu... bueno... simple para él, para Hinata se sentía como si estuviera luchando contra su padre en un combate a muerte.

Trató de mantener el control de su jutsu, pero cuando recibió un fuerte golpe en el estómago que literalmente hizo que el aire de sus pulmones gritara mientras salía a toda prisa, el jutsu previsiblemente se derrumbó y ella con él.

Se desplomó, tosiendo, aferrándose a Naruto para mantenerse de pie, ya que sus piernas habían perdido toda su fuerza.

Naruto la miró fijamente, jadeando y tosiendo. Con un gruñido, la colgó bajo su brazo como un saco de papas.

Definitivamente no era la persona más delicada, notó Hinata con sequedad, pero no tenía ni la fuerza ni la voluntad para soltarse.

El viaje se hizo principalmente en silencio cuando estaban cerca de la casa de Tazuna. Kakashi apareció en un remolino de hojas. "Hola ustedes dos." Dijo y luego levantó una ceja ante el estado desaliñado de Hinata y su forma aparentemente inconsciente bajo el brazo del rubio. "Oh, Dios mío, la mataste". Dijo mientras tomaba apresuradamente un palo y comenzaba a pincharla.

Hinata gruñó y apartó el palo de un manotazo ya que no tenía la fuerza suficiente para hacer mucho más.

Kakashi suspiró con falso alivio. "Oh bien, ella no está muerta." Comentó arrojando el palo, por encima del hombro. "Bueno, vamos. Tsunami-san preparó la cena para nosotros".

Dicho esto, Kakashi levantó a Hinata de una manera mucho más delicada, llevando su estilo de novia hacia la casa de Tsunami.

Hinata murmuró: "Nunca entrenes con ese tipo. Es malo para tu salud".

Kakashi se rió entre dientes. "Me sorprende que hayas sobrevivido". Comentó secamente.

Hinata suspiró, "Guárdame algo de la comida, no creo que pueda comer en este momento".

Kakashi se encoge de hombros, "Claro".

Cuando llegaron a la casa, Hinata ya estaba dormida, Kakashi la llevó a su habitación y la acostó en el futón. Cerró la puerta y bajó, uniéndose a los demás en la mesa del comedor. Naruto se había quitado la máscara para comer.