𝙅𝙐𝙇𝙄𝙀𝙏𝙏𝙀 𝘽𝘼𝙆𝙀𝙍, una adolescente que ha vivido durante toda su vida enferma. Es alguien imaginativa e inteligente, vive confinada en casa porque si sale de ella podría morir. Juliette se enamora de Miguel, su vecino, aunque ambos chicos...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Otro día más. Juliette hizo su misma rutina de siempre.
Despertar, desenredar su cabello, desayunar, cepillarse los dientes, bañarse, tomar sus clases, ver sus redes sociales y finalmente, ver vídeos de gatos en tiktok.
Eran las 2:09 de la tarde y Juliette moría del aburrimiento. Por más que quisiera convencerse así misma que su vida ya no tenía solución, la ira de no poder hacer nada la abrumaba. Juliette soltó un sonoro suspiro y dejó su celular a un lado para después levantarse de su cama y dirigirse a la pequeña biblioteca que tenía en su casa.
Sutilmente pasaba las yemas de sus dedos por todos los libros que se encontraban en el estante, tratando de encontrar uno que le llamara la atención. Por más que le gustara leer, no todos los libros la convencían por completo.
Finalmente su vista se posó en un libro que le llamó la atención.
— Las ventajas de ser invisible — dijo a la nada. Alzó sus hombros y posó su labio inferior sobre el superior, en forma de puchero. Tomó aquel libro y se dirigió a su habitación, exactamente en el sillón que se encontraba cerca de su ventana. Antes de sentarse y disfrutar de su lectura, tomó su celular junto con sus audífonos y puso una playlist que fuera de acuerdo a la trama del libro que leería. Conectó los audífonos, se los colocó y empezó a reproducir el montón de canciones. Tranquilamente empezó su lectura.
Varios pañuelos se encontraban en el suelo de la habitación. Juliette resonaba su nariz con el pañuelo que tenía en su mano izquierda mientras terminaba de leer aquel libro que tanto le interesó. La castaña no paraba de llorar y de resonar su nariz, las lágrimas caían sobre sus rojizas mejillas sin parar y millones de sollozos resonaban por toda la habitación.
A este punto había quitado la playlist, según ella porque eso la hacía sentir peor.
El ruido de la puerta de la casa de enfrente la sacó de su no tan tranquila lectura y rápidamente dirigió su vista en aquella dirección, encontrándose con el chico de hace dos días. Ella al ver la silueta del moreno se exaltó y cerró su libro, lamentándose casi al instante pues no había puesto su separador en la página que se había quedado. No hizo ningún otro movimiento. Simplemente se quedó observando a aquel chico que salía con su patineta en manos y cerraba la puerta de su casa.
Miguel por inercia dirigió su vista a la casa de enfrente, más exactamente a la ventana, encontrándose con aquella chica. La confusión llegó a él cuando pudo notar que sus ojos estaban rojos e hinchados. Dejó su patineta en el suelo y colocó su pie derecho en esta para que no saliera rodando por si sola. Juliette no sabía que hacer, pues estaba haciendo contacto visual con el chico que se le hizo lindo. Miguel simplemente trataba de preguntarle si estaba bien a través de señas con sus manos, directamente intentando hacer alguna que Juliette entendiera.
