𝐒𝐓𝐀𝐘 𝐂𝐋𝐎𝐒𝐄 𝐓𝐎 𝐌𝐄 | 𝐌𝐈𝐆𝐔𝐄𝐋 𝐂𝐀𝐙𝐀𝐑𝐄𝐙

chapter fifteen.

↷✦; Descanzar en paz ❞

TW: Mención de suicidio y de pastillas.

JULIETTE BAKER

Mis ánimos estaban por los suelos. ¿Razón? Todo.

Cuando pienso que las cosas están mejorando en mi vida, mis pensamientos me aturden y hacen que me sienta mal conmigo misma. Cada día me odiaba más.
Siento que solo he sido una carga para la gente que me rodea, todo por mi estúpida enfermedad.

Creo que verme perder brillo fue de las cosas más tristes que he sentido.

Sentí esa sensación en el pecho cuando tomé esta decisión desde hace tiempo, la decisión que sabría que me rompería en mil pedazos, pero que sería la mejor.

Me fui queriéndome quedar, y eso fue lo que más dolió.

Sinceramente la culpabilidad me consume lentamente y yo estoy a mi límite, ya no puedo continuar. Estoy cansada.
Quiero descansar en paz.

Estaba en la misma posición de siempre, acostada en mi cama, con mi pijama y mirando al techo, siendo abrumada por los mismos pensamientos de a diario.

Las cosas con Miguel iban bien, de maravilla, diría yo. Pero esto no es por él, esto es por cómo me siento yo independientemente. Nadie tiene la culpa de mis problemas y tampoco merecían cargar con tantos conflictos debido a mí.

Creo que no podré cumplir mi promesa de visitar el océano con él.

Creo que ni siquiera podré cumplir mi sueño de ir al océano.

Las lágrimas caían sin parar de mis mejillas y los sollozos en mi habitación cada vez se intensificaban más, estaba sola. Mamá estaba trabajando en el hospital.

Me sentía tan estúpida. Me sentía una carga.

Ni siquiera disfrutaba de mi vida, simplemente me la pasaba encerrada en mi casa día y noche. Estaba desperdiciando mi tiempo.

Era mejor terminar con esto de una vez por todas.

Con lentitud me levanté de mi cama y con las pocas fuerzas que tenía, me dirigí a mi clóset. De este saqué una libreta, libreta en la que escribía como me sentía, libreta en la que me desahogaba por completo.
La libreta que tenía todas las explicaciones a mis problemas. La tomé y me dirigí a la oficina de mi mamá, ella tenía pastillas. Pastillas que me harían descansar por primera vez. Ya no tenía motivos para mantenerme aquí. Mi pasión por el arte, por la música y por la escritura se habían desvanecido, ya no tenía ganas de hacer nada. Ya no tenía ganas de ser fuerte.

Abrí la puerta de la oficina, pude encontrarme con todo en su lugar, con unos que otros papeles en el escritorio y ya. Pero fuera de eso, todo estaba limpio, ordenado.

Me dirigí como pude a los cajones en los que mi mamá guardaba sus pastillas y tomé unas cuantas que estaban guardadas en una caja, después de eso salí del lugar y tomé camino a la cocina por una botella de agua y finalmente me llevé todas las cosas al baño, empecé a quitarme las sandalias.
Llené la tina de agua y me sumergí lentamente en esta. Me recordaba a aquella tarde en la que sentía esa misma necesidad de desaparecer.

Era como un deja vú.

Tomé la caja de pastillas que se encontraba en el borde de la tina y empecé a sacar unas cuantas, las suficientes, creo que incluso hasta más.
A veces tener una madre que era doctora tenía sus ventajas, pero a la vez, sus desventajas.

Puse las pastillas en mi lengua y ayudé a que pasaran por mi garganta con la botella de agua. Finalmente sentía que todo estaba bien.

Con lentitud me sumergí completamente en la tina, dejándome llevar por el efecto de las pastillas. Todos los recuerdos pasaban por mi cabeza como una película, se sentía lindo. Saber que los demás tendrán una carga menos se sentía como un alivio, y al mismo tiempo, los problemas con los que cargaba desaparecían.

Se sentía estar en paz.

Espero que en la otra vida pueda estar caminando en la orilla del mar, sintiendo el aire libre golpear en mi rostro y sintiéndome bien conmigo misma. Conociéndome como realmente soy y no como quisiera intentar ser.

Si llegara a reencarnar, me gustaría hacerlo en una chica adolescente que puede disfrutar de su vida al estar en el mundo exterior, que tenga unos amigos tan gentiles como los que yo tuve alguna vez, un novio que la aprecie por como es realmente y no por lo que aparenta físicamente, unos padres comprometidos, sin problemas económicos ni alguna intervención familiar.
Creo que ese sería mi sueño hecho realidad.

De todas formas espero que cuando Madeleine, Miguel, Mason, Becca, Tristan junto con todos los demás, y mi mamá, cada vez que vean el océano me recuerden, porque ahí es donde siempre estaré.

Me sentía tan culpable por hacerlos preocupar constantemente, por hacerlos pasar tiempo conmigo en mi casa y no en ningún otro lugar. Me sentía mal de arrastrarlos a mi desastroza vida.

Pero todos esos problemas iban a desaparecer, no solo para ellos, sino también para mí.

Quizás sea muy egoísta de mi parte dejarlos sin ninguna explicación, pero era lo mejor para ellos y para mí. No me hubiera gustado que descubrieran mis tontos problemas cuando estaba en vida, por eso decidí dejar aquella libreta que tenía todos mis secretos guardados a mi lado, para que así sea quien sea la persona que me encuentre ahí, sepa la razón.

Mi cuerpo empezaba a dejar de pesarme, sentía como todos mis problemas desaparecían junto conmigo. Se sentía como volver a vivir tranquilamente.

Omaiga.

No me maten pls, este es el destino que le tenía a Juliette desde que empecé la historia.

No se alarmen que todavía falta más, aún no acaba el sufrimiento juju.

los tqm

— Ren.