Capítulo 49.

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Antonio: 

Estaba en la sala de espera, totalmente destruido, aún me aterraba la idea de perder a mi mujer y a mis hijos, paso exactamente una noche dónde ni Angelo ni yo pudimos dormir, mi patito tampoco quiso despegarse de nosotros, quería estar al lado de su mami, no pude dormir ni comer, toda la situación me tenía abrumado. De solo pensar en la idea de perderlos, me llenaba de rabia y miedo. 

Tres horas más tarde llegó el doctor.

—¿Familiares de Anne Morrison?

—Aquí doctor —todos llegamos a el.

—Vine a avisar que pasamos a la señorita Morrison a cuidados intensivos y ya pueden pasar a verla pero sólo una persona puede entrar y estarán con ella solo unos minutos. —asentimos y el se retiró.

A los minutos llegó la enfermera a llevarse a uno por uno a ver a Anne, hasta que fue mi turno, quise pasar de último para poder descansar al salir, solo quería verla y que supiera que yo estaba aquí. Le pedí a la enfermera que me dejara pasar con Luna y accedió así fueran unos minutos. Caminamos por un largo pasillo que estaba en completo silencio luego nos detuvimos en una puerta con el número 203 y entramos a la habitación, tome a Luna de la mano.

Al entrar tuve que ahogar mi llanto al verla así, su piel estaba pálida y su rostro estaba cubierto de golpes y un enorme tubo en su boca, toda esta situación me tenía muy mal, de solo pensar en perderla me aterraba, salí de mis pensamientos a sentir un pequeño apretón en mi mano y baje a ver a Luna que estaba mirando a Anne sin decir nada.

—Papi.. mi mami está herida —me miró con los ojos llorosos—, hay que darle besos para que se cure —asentí.

—No llores patito, ella puede oírte y no le gustará escucharte llorando —limpie sus lágrimas.

Me acerque hasta su cama y me senté en la silla y coloque a Luna en mi regazo e inmediatamente ella tomo la mano de Anne.

—Mami —susurró—, debes curarte, mis papis lloran mucho y no me gusta verlos así, te voy a dar mi Patimomo para que te cuide mientras yo no estoy —le colocó el peluche a su lado.

Mire a la enfermera —¿Puede dejarlo ahí? —señale el peluche.

—No hay problema señor —sonrió amable—, eso le hará bien, aunque esté en ese estado, se que pueden oírnos, así que hablele y dígale que la quieren.

Asenti —Debes regresar amor -puse mu mano en su vientre- aquí están dos bebés más por los que debes luchar, debes regresar —lagrimas caían por mis mejillas— si te vas, no podremos con esto solos, no quiero ver crecer a mi patito sin ti a nuestro lado —solloce—, por favor regresa.

Luna me abrazó —No llores papi, la señora enfermera dijo que puede oírte, no quiero que ella te escuche triste —limpio mis lágrimas— ahí está mi Patimomo, el va a cuidarla —asentí con una pequeña sonrisa.

—Asi es patito, el va a cuidarla —acaricie su vientre— nuestros hijos están aquí hermosa, solo se un poco más fuerte ¿Si? Lucha solo un poco más. —me acerqué a su vientre— Cuiden de mami, los amo mis bebés —susurre— sean fuertes. —bese su vientre.

—Señor ya debe salir —dijo la enfermera— ya la hora de visita se terminó. —asentí.

—Gracias señora enfermera, cuide mucho de mi mami —Luna le dió un dulce—, esa una pequeña recompensa por ser buena.

La enfermera le regaló una sonrisa y sin más salimos de la habitación, llegamos hasta la sala de espera y encontramos a todos ahí, Luna se soltó de mi y fue hasta donde Angelo que estaba con la cabeza abajo. Yo me acerque a mi madre y la abracé

Anne y el Amor. |+18| #1 de Trilogía Moretti. -Finalizada- ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora