Parte I: Capítulo diecisiete.

5.3K 307 300
                                    

XVII

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

XVII. Retraso

Montecarlo;
Mónaco, 2019.


Despierto al escuchar sonar mi teléfono e intento tomarlo pero los brazos de Charles aferrados a mi cuerpo me lo impiden. Mi corazón se sobresalta al recordar todo lo sucedido en la noche anterior, mientras observo la pantalla de mi teléfono y el nombre de Bianca aparece haciéndome sentir terrible.

No soy capaz de contestar a su llamada. ¿Qué podría decirle? Traicioné y sobrepasé todos los límites que pueden haber.

Y soy totalmente consciente de ello.

Dejo que la llamada termine y apenas me llega su mensaje, lo leo con detenimiento.

bi
cena en casa esta noche,
love you — 09:16 AM

La tensión en mi cuerpo es evidente. Cometí un error, cometimos un error. Ahora salir adelante, superar lo sucedido será el triple de difícil.

¿Cómo podré ahora sacar de mi mente el recuerdo de sus caricias?

Maldita sea. Cada cosa que hago complica más las cosas.

Siento que quiero llorar, la desesperación me sobrepasa, sin embargo comienza a disiparse cuando Charles me abraza con delicadeza. Sus cálidos brazos me envuelven, mientras nuestros aún desnudos cuerpos se rozan bajo las sábanas.

—Buenos días —dice con voz ronca cerca de mi oído.

Siento inmediatamente cómo mi piel se eriza al escuchar su voz.

Me giro hacia él, dispuesta a decirle todo lo que siento, lo mal que fue lo que hicimos, lo terrible de la situación, sin embargo, apenas veo su rostro tan cerca del mío, por un momento las dudas y preocupaciones desaparecen.

—Siento que lo que ocurrió anoche en realidad no pasó.

Él sonríe y besa mi frente antes de responder— Uf, créeme que sí sucedió.

Su sonrisa me transmite calma, sin embargo, nuevamente es inevitable no pensar en todo el caos que nos espera al salir de la cama.

—Charles, tenemos que hablar.

—No, por favor no —me pide escondiendo su rostro en la curvatura de mi cuello, provocándome cosquillas.

—Es necesario.

—Necesito disfrutar de esto antes de salir allí afuera a enfrentar los problemas. Por favor, Luciana.

A pesar de que las preguntas y preocupaciones inundan mi mente, decido dejarme llevar por un momento más. No hay certeza de que podamos volver a estar juntos de esta manera.

Me acurruco en su pecho, mientras el cálido sol entra por la ventana a un costado de la habitación. Nuestros corazones laten a un compás perfecto y nuestras miradas se conectan antes de volver a besarnos.

¿Cómo evitar un amor prohibido? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora