Ella sabe que está mal. Ella llora por las noches, sufre por los sentimientos que le abruman y desordenan la vida, sentimientos que comenzaron sin darse cuenta y se transformaron en algo que ni ella sabe descifrar.
¿Cómo poder superar algo que ni tu...
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XI. Gasolina
Montecarlo; Mónaco,2019.
Despierto bañada en sudor mientras la lluvia aún sigue cayendo fuera de casa. El día es completamente gris y me hace sentir aún más triste. Siento culpa, pesar y una gran molestia en mi estómago al recordar lo sucedido ayer.
Me dirijo al baño para tomar una ducha y me tomo unos minutos para observar mi rostro en el espejo con detenimiento. Unas grandes ojeras y mis ojos algo hinchados por llorar antes de dormir decoran mi cara. Decido ignorarlo y meterme a la ducha. El agua tibia me hace sentir mejor. Salgo de allí y luego de secarme, me pongo una pijama nuevamente, no saldré a ninguna parte, al menos hasta que la academia vuelva a abrir cuando el clima mejore.
Bajo las escaleras y me sobresalto al encontrarme frente a frente con Bianca al entrar a la cocina. Me saluda con una gran sonrisa y me ofrece sus deliciosos panqueques para desayunar. La culpa me carcome por dentro y me produce aún más ganas de llorar. Lo que hice fue horrible, terrible, ¡soy la peor persona del mundo! Deberían apedrearme o algo así.
—¡Cariño! No pensé que te vería hoy —exclama Bianca, llamando mi atención.
Levanto la mirada de mi plato para encontrarme con la persona que menos necesito ver en este momento: Charles.
Sí lo queremos ver, Luciana. No mientas.
Nuestras miradas se cruzan por unos segundos y el recuerdo del beso de ayer remueve algo en mi interior.
—Me iré esta tarde —dice Charles desviando su mirada de mí para posarla sobre mi hermana.
Nerviosa, desvío mi mirada de ellos. ¿Por qué se ven tan jodidamente bien juntos? ¿Por qué Charles tiene que ser tan guapo? ¿Por qué soy la peor hermana y ser humano de la tierra? ¿Por qué estos panqueques están tan deliciosos?
Preguntas que jamás tendrán una respuesta.
—Creía que te ibas ayer. Al menos eso me dijo tu madre cuando fui a cenar con ella anoche.
Abro los ojos como platos al escuchar eso. ¿O sea que ella no lo envió a verme por lo sucedido en la academia? ¿Fue su decisión? ¿Me mintió?
Bien, no debería emocionarme tanto por eso.
—Amm... ocurrió algo —responde Charles. Parece completamente tranquilo, sin embargo titubea un momento al hablar.
