Ella sabe que está mal. Ella llora por las noches, sufre por los sentimientos que le abruman y desordenan la vida, sentimientos que comenzaron sin darse cuenta y se transformaron en algo que ni ella sabe descifrar.
¿Cómo poder superar algo que ni tu...
Parte II será narrada desde la perspectiva de Charles y Luciana.
¿Cómo superar un amor prohibido?
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I. Bebés
Viena; Austria, 2022.
Dos años después:
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-Max, el bebé está llorando -murmuro adormecida.
No recibo una respuesta de su parte, por lo que me giro hacia él en la cama y golpeo levemente su hombro. El llanto del pequeño Lio se escucha por toda la habitación y ruego no despierte a Luka, su hermano mayor, ya que me costó demasiado hacerlo dormir.
-No escucho nada -habla con los ojos cerrados, mientras aferra sus tibias manos a mi cuerpo y me acerca hacia él.
-Es tu turno, no es justo.
-Tú aceptaste cuidarlo -murmura, adormecido.
Me separo de su agarre y me levanto de la cama para ir hacia la cuna del pequeño- ¡Es tu sobrino, Max!
-¡Pero tú quisiste cuidarlo!
Me quito el cabello del rostro y me acerco al pequeño bebé de ojos azules que apenas me ve deja de llorar. No entiendo cómo Victoria, la hermana de Max, tuvo la confianza de dejarlo con nosotros cuando apenas tiene tres meses, pero no la juzgo, si yo tuviera bebés también querría salir a divertirme un rato y olvidarme de los llantos y los pañales sucios. Lo llevo cuidadosamente a la cama y me recuesto con el sobre mi pecho.
-Mamá ya vendrá pronto, Lio -le susurro acariciando su pequeña cabecita, mientras Max por su parte, sigue durmiendo.
Observo al bebé, mientras recuerdo que hace apenas algunos meses mi corazón dejó de sentir dolor por lo ocurrido hace ya bastante tiempo. Ellos, la familia Verstappen, han sido primordiales en el proceso de sanación que tanto me ha costado tener. Hubo momentos en que no podía levantarme de la cama por todo el dolor que sentía, es más, estuve meses enferma debido a que mis defensas bajaron e hicieron de mis días aún más miserables, pero ahí estaban ellos apoyándome, especialmente Max. Él me ayudaba a salir de la cama, a comer, se quedaba conmigo durante las noches, es más, ¡una vez hasta me ayudó a bañar!
