Ella sabe que está mal. Ella llora por las noches, sufre por los sentimientos que le abruman y desordenan la vida, sentimientos que comenzaron sin darse cuenta y se transformaron en algo que ni ella sabe descifrar.
¿Cómo poder superar algo que ni tu...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
VII. Ibiza
Viena; Austria, 2022.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¿Qué tal todo en el nuevo departamento? —me pregunta Lisa, una de las arpistas de la filarmónica, mientras terminamos de guardar los últimos instrumentos en la sala de ensayo. Es una de las pocas personas que se ha acercado a hablarme desde que llegué y hasta me ayudó a encontrar otro lugar donde vivir. No sé si es correcto llamarla amiga aún, pero sí ha sido un gran apoyo en el último tiempo.
Me encojo de hombros— Hasta el momento, todo bien.
—¿En serio? Eso es bueno. Mis vecinos son de lo peor. Tuvieron trillizos hace un mes y son tan ruidosos y llorones. No puedo descansar mis doce horas diarias por su culpa.
—¿Doce horas? —río.
—Es lo mínimo que necesito para recuperar energía.
Seguimos hablando a medida que avanzamos hacia la salida del edificio y me cuenta tantas cosas que por momentos me cuesta asimilar tanta información. Lisa es de esas personas que parlotean y parlotean debido a que odian el silencio. Cuando no está hablando, está cantando y si no está cantando está tocando el arpa. Me agrada eso de ella, me hace olvidar la pena que siento al llegar a ese silencioso departamento cada noche, extrañando a Max. Llevamos semanas sin hablar, ya lo perdí completamente.
—Hace calor, me sudan las axilas —me dice, sacudiendo los brazos— Me gusta el verano, pero a mis axilas no tanto.
—¿Qué harás durante las vacaciones? Tenemos varias semanas de receso —le pregunto, riendo por su comentario anterior.
Ella se quita el cabello del rostro, debido al viento que golpea nuestros rostros apenas nos dirigimos al estacionamiento en busca de su auto— Solo me quedaré en casa. Mi familia saldrá de vacaciones, pero no me llevarán. La última vez que me invitaron una medusa me picó el pie y le pedí a cada persona que veía que me orinara. Al parecer a mis padres no les pareció una buena idea...
