Capítulo 03: Estar cerca tuyo me está cambiando

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"Sólo di mi nombre, soy tuyo para que me domes

En el medio de la noche

En el medio de la noche

Estoy completamente despierto, anhelo tu sabor

Toda la noche hasta que llegue la mañana

Estoy recibiendo lo que es mío

Tú vas a conseguir lo tuyo"

~*~

Salí del baño, todavía sintiendo las mejillas rojas por la mirada de Vegas. Vi a un extraño, que no era yo, sentado en su regazo abrazándolo y me sentí muy celoso. No sabía qué estaba pasando conmigo, después de todo, lo único que pasó entre nosotros fue un beso al azar, pero no podía sacarme ése momento de la cabeza. Como una película que se repetía, veía su atractivo rostro inclinándose sobre mí, luego incluso podía sentir sus labios, aunque ya habían pasado muchos días. Tenía la sensación que era adicto a éste hombre, especialmente ahora que lo estaba siguiendo paso a paso.

Me estaba lavando las manos, preguntándome qué hacer, cuando escuché una voz grave desde atrás, haciéndome estremecer todo el cuerpo.

"¿Le mostraste a alguien tu nueva ropa interior, mi Cenicienta?" Preguntó Vegas, parado, apoyándose tranquilamente contra la pared.

La camisa desabotonada mostraba una buena parte de su pecho y, Dios mío, éste hombre tenía el cuerpo perfecto. Lo miré con ojos de susto, no esperaba que me siguiera, pero entonces una rápida idea vino a mi ridícula mente. Alguien como él no perdería el tiempo en alguien como yo, probablemente él sólo tenía que usar el baño y decidió molestarme. Había una marca roja en su cuello, recordándome que Vegas no le pertenecía a nadie, especialmente no a un simple e insignificante guardaespaldas.

"Khun Vegas." Plegué mis manos en un saludo, y él me mostró una de sus típicas sonrisas.

"¿Entonces?" Levantó una ceja y esperó por una respuesta, y yo me moví cuidadosamente, incómodo por el tema del que él estaba hablando. "Te la pusiste para alguien? ¿Alguien especial?"

Me reí nerviosamente, pensando a quién podría mostrarle semejante ropa interior, y luego vi frente a mi cara una imagen de mí mismo: en ella estaba en la cama, y éste hombre de pie junto a mí, mirándome con esos profundos, hambrientos ojos...

Rápidamente me giré hacia el lavabo y me salpiqué el rostro con agua fría.

"Quien querría verme con eso puesto." Murmuré para mí, luego sentí una calidez contra mi cuerpo.

El pecho de Vegas frotó ligeramente mi tensa espalda y yo quería gemir su nombre, pero me contuve, apretando mis temblorosas manos en puños.

"No me gusta" comenzó, bajando la voz, "cuando alguien no me responde".

Sentí su cálido aliento contra mi oreja, luego sentí su lengua desplazándose a través del lóbulo de la misma, dejando una sensación quemante donde sea que tocaba. Jadeé, haciendo mi mejor esfuerzo para mantenerme calmado.

"Lo siento, señor." No reconocí mi voz, por qué de pronto se volvió tan necesitada, haciéndola sonar como si quisiera algo más. ¿Algo que no podía entender?

"¿Y bien?" Repitió, y luché para alzar la vista hacia su reflejo en el espejo.

"No me mostré a nadie, señor." Susurré bajo la influencia de la magia de sus oscuras y atrayentes pupilas profundas. "No podría".

El diablo no negocia (Devil doesn't bargain)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora