Capítulo 12: Do you know how beautiful you are?

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"Nunca te amarás a ti mismo

Ni la mitad de lo que te amo yo

Y nunca te tratarás bien a ti mismo, cariño

Pero quiero que lo hagas

Si te dejo saber que estoy aquí para ti

Tal vez te amarás a ti mismo como te amo yo, oh

Y he dejado escapar de mi boca estas pequeñas cosas

Porque eres tú, oh, eres tú

Eres tú, ellas forman parte de ti

Y yo estoy enamorado de ti y de todas estas pequeñas cosas"

~*~

Me senté a la mesa, mirando con incredulidad a Macao y Vegas, quien estaba sentado junto a mi abuela. No entendía por qué ellos aparecieron tan repentinamente, y las últimas palabras sólo confundieron mi mente. No, yo no creía que Vegas me amaba. No tenía razón para aceptar sus palabras, simplemente no entendía por qué decidió mentir así. ¿Qué pasó luego de que lo dieron de alta del hospital? ¿Por qué luce tan pálido? Él debería comer algo decente, tal vez debería prepararle un baño, tengo la sensación de que debería recostarse... ¡No! No te des por vencido, Pete. No vuelvas a hacer el ridículo. Recuerda lo que él escribió, lo que piensa de ti.

"Yāy, recuerda, a Vegas le gusta la comida picante, pero haz algo suave para Macao, ¿quizás un huevo?" dije en dialecto sureño, sabiendo que ninguno de los dos hermanos lo entendería.

¿Quieres que regrese? Vamos a ver cuánto lo quieres. Estoy seguro de que vas a escapar de aquí después que des el primer bocado, bastardo. Quería maldecirlo en voz alta, pero resolví hacerlo en mi cabeza ya que parecía que él no se había recuperado completamente. Mis ojos automáticamente vieron su cicatriz, y me pregunté cuánto había sufrido él durante este tiempo.

"¿Te duele?" Pregunté sin querer, y él me miró con ojos radiantes, no estaba esperando que yo le hablara.

"No, ya no". Admitió, frotando suavemente el área enrojecida. "Desde que te vi ya nada me duele."

Rodé los ojos ante la descarada mentira, y Macao –que estaba junto a mí– hizo lo mismo.

"Ja, eso fue patético" Murmuró, sacudiendo la cabeza, y yo quería reírme por lo que dijo.

Aunque no lo hice. No quería que Vegas pensara que él estaba ganando. Hasta que no sepa qué es lo que necesita, no mostraré nada de lo que realmente siento. Él no tenía ningún derecho de hurgar en mi cabeza o en mi corazón, nunca más.

Poco después mi abuela trajo la comida, y después de su primer bocado supe que, si Vegas no escapaba, no regresaría vivo. De reojo vi su reacción. Recogió una gran cucharada de comida y la puso en su boca, luego sus ojos de repente se pusieron tan grandes como platos. Tenía la impresión de que todo el color pálido de su piel se estaba volviendo rojo y gotas de sudor aparecieron en su frente.

"¿Qué pasa, cariño?" Preguntó mi abuela, pero –en nombre de Vegas– le aseguré que no era nada, y los tres vimos cómo Yāy iba a su habitación.

"Dios..." Vegas susurró, agarrando su vaso de agua y atorándose inmediatamente, sintiendo ahora un ardor más fuerte en la garganta.

Fingí que no me importaba su estado, pero cuando lo vi agarrarse el estómago e inhalar profundamente como tratando de calmarse, le quité el plato de enfrente, empujando un vaso de leche.

El diablo no negocia (Devil doesn't bargain)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora