Capítulo 11: El fin y el comienzo de la Segunda Familia

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"Estilo verdugo

Y no habrá juicio

No sabes que

Sería mejor que murieras

Todo lo que veo es rojo, rojo, oh rojo

Ahora todo lo que veo es aaaaah

Oh, estás acabado

Mejor duerme con un ojo abierto esta noche"

~*~

Revisé las armar una última vez cuando nos detuvimos frente a la entrada. Miré a mi gente y ellos asintieron hacia mí, recordando las instrucciones. Tomé un respiro profundo, comprobé que el chaleco estuviera bien colocado encima mío, y salí. Mi padre estaba parado frente a nosotros hablando con Chan, uno de los guardaespaldas de mi tío. Sostuve el rifle en mi mano y los observé, esperando una señal. Estaba concentrado, había planeado todo y todo lo que necesitaba era una oportunidad. No me importaba Kinn, la vida de mi primo para mí valía menos que el polvo sobre mi auto, pero tenía que actuar el papel del buen hijo que estaba exigiendo poder. Era la única manera de asegurarme que nadie en éste edificio fuera a herir a Pete.

Desde que dejé en su habitación las medicinas y la comida que hice ni siquiera he tenido oportunidad de ver si él estaba bien. Sólo esperaba que lo que le traje le hubiera ayudado de alguna forma y que ya estuviera de pie, sano. Macao estaba a salvo escondiéndose en la casa de uno de sus amigos, le advertí sobre mis planes, aunque temía que él me prohibiría matar a nuestro padre. Él asintió, sin embargo, considerándolo una buena decisión. Ambos hemos sufrido por un largo tiempo debido a éste hombre, por demasiado tiempo.

Respiré profundamente mientras escuchaba la conversación, luego noté un movimiento de los dedos de mi padre que indicaba que era tiempo de atacar. Sin pensar demasiado apreté el gatillo y disparé al pecho de Chan. Varios hombres corrieron inmediatamente al escuchar el ruido, pero nos encargamos de ellos bastante rápido.

"Es tu turno, Vegas." Dijo mi padre, viéndome con ojos llenos de esperanza y lo único que quería hacer es reírme. Tonto.

Yo asentí, pretendiendo estar de acuerdo, y me dirigí hacia adentro, mirando a mi gente destruir todo lo que se les cruzaba en el camino. Las balas volaban en todas direcciones, carne y sangre adornaban el suelo, pero nos las arreglamos para llegar al ascensor. Presioné el botón del piso principal donde sospeché que estaban todos, y tan pronto como la puerta se abrió uno de mis hombres arrojó granadas de gas hacia el interior, obstruyendo la visibilidad de los otros. Fácilmente salimos fuera del elevador, escondiéndonos detrás de columnas enormes que nos sirvieron de escudos contra las balas.

"¡Vegas, bastardo!" Escuché el grito de Kinn desde cierta distancia. "¡¿Estás loco?!"

"Yo no, idiota, mi padre" Musité, aunque sabía que él no podría escucharlo.

"¡Tienes que retirarte antes de que todos muramos aquí, incluyéndote!" Kinn siguió gritando, y yo comencé a caminar cautelosamente hacia él.

No era fácil moverse sabiendo que alguien podría dispararme en cualquier momento, pero por suerte logré alcanzar el mostrador tras el cual él se estaba escondiendo. Me deslicé sin ser notado y puse el cañón contra su espalda.

"Kinn." Comencé, y él se quedó paralizado, esperando mi movimiento. "Sal de aquí, voy a acabar con todo."

Intenté hablar de manera que nadie más pudiera escucharme, pero mi primo parecía no entender a qué me refería.

El diablo no negocia (Devil doesn't bargain)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora