II. Secreto

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Moroha acabó de ayudar marchándose cuando la noche cayó en la ladera oscureciendo las playas.
El Tekkousen quedó varado con la familia de Kirinmaru velando por su destino.
Si hubiera podido aún estaría ahí dentro tomando la mano de Kirinmaru esperando el momento en el cuál abriera sus ojos de una vez.

La realidad, sin embargo, era que podrían pasar días o un siglo en despertar.
La cazadora suspiró ante la desalentadora realidad que Riku comentó.

La imagen de Setsuna y Towa sentadas sobre una piedra en el camino que daba a la playa la sorprendió.

—¿Que hacen aquí?— preguntó alicaída

—La tía Kagome se preocupó por ti, quería quedarse a esperarte pero dijo que prepararía algo especial en casa.— informó Towa

—Ofrecimos llevarte luego de que acabaras de ayudar a Rion, ¿te fue bien?— inquirió Setsuna

—No es seguro que despierte, si aún lo hiciera tendría que marcharse de aquí. No existe nada para ellos más que rencor.— vaticinó la hija de Inuyasha con un gesto de preocupación

—¿Serás capaz de dejarlo ir?— dudó la mayor de las gemelas

—Shhh, baja la voz, ¿quieres que la mitad  del poblado se entere?— la acalló histérica

—Tarde o temprano alguien se dará cuenta, si él despierta la gente notará tu interés.— informó la ojipúrpura

—¿Por qué les conté?— renegó la de rojo

—Ya, no tiene nada de malo que te guste alguien solo que es un poco raro que sea el demonio con el que peleamos por meses.— recordó Towa acariciando su cabello

—¿De que hablas? A Moroha no le gusta Kirinmaru— habló Setsuna provocando una corta duda entre las otras dos —Está enamorada.— aclaró cerrando los ojos

La cazarecompensas se avergonzó asimilando el color de su kimono en cuanto a rojo.

—¡Eso no es verdad!— gritó la menor batiendo sus brazos en el aire

—De no estarlo ni siquiera te interesaría su estado, creo que ambas comenten un error, tú con Riku, ella con Kirinmaru.— llamó la atención a su hermana

—¿A que te refieres?— Towa captó el reproche en la voz de su gemela

—Han sido enemigos de nuestra familia por décadas, mira todo el dolor que provocaron, no deberían liarse con los Kirin.— enfadada la menor batió su cola de caballo

—No tienes que recordármelo, siento que Riku es diferente a su amo, no culpes a Towa por haberse enamorado de él.— aconsejó su prima cruzándose de brazos

—Bueno, si seguimos así nuestros padres nos matarán, si mamá no hubiera intervenido no sé si ahora estarían vivos.— jadeó Higurashi

—¿Moroha? ¿¡Casada con un Daiyokai!?— exclamó Takechiyo saliendo tras algunos arbustos

—¿Tú que haces aquí?— la cuarto demonio casi perdió el aliento al ver al pequeño ayudante de Jyubei al descubierto

—Lo olvidé por completo, le rogué a Takechiyo para que se quedara cerca.— la muchacha de la época moderna jugó nerviosamente con sus dedos

—¿En verdad? ¿Vas a casarte?— apresuró en correr el tanuki —Que mala amiga eres, creí que sería el primero en saberlo.— el príncipe de la isla Mamidaira convirtió su rostro en una corta expresión de desagrado

—No seas tonto, no puedo casarme aún, moriría de aburrimiento si llegara a suceder.— la cuarto demonio observó sus garras aparentando desinterés

Cuarto demonio, cuarto corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora