Ichiro llegó a la hora prometida para dirigir el viaje.
Con un rostro gentil, de buena imagen, ganó la confianza de la chica rápidamente.
El camino a los otros pueblos dibujaba paisajes que Moroha oyó mencionar de otros viajeros que se establecían en el pueblo a descansar.Desde árboles frondosos a montañas imponentes, caminos estrechos, lagunas solitarias. Todo a los ojos de Moroha era maravilloso.
—Creo que recorrí estos caminos alguna vez pero no lo recuerdo bien.— dudó Moroha tratando de encontrar una sombra conocida en el paisaje
—No tiene de qué temer, por ahora estos páramos fueron purgados por los exterminadores, la verdadera amenaza se encuentra un tanto lejos, ¿podrá caminar?— le preguntó el muchacho con un ritmo pausado
—Claro, me manejo de maravilla en la tierra.— presumió la chica
Ichiro miró silenciosamente las botas que Setsuna le regaló a su prima, el material llegaba hasta por encima de las rodillas, el adorno que ahora llevaba era distinto al que notó cuando la conoció.
Era una muchacha extraña, de pensamientos rebeldes, de actitudes humanas y otros modales yokai.
—Debo advertir que el próximo pueblo no es afecto a los híbridos, déjeme hablar a mí, en cualquier caso cuando vean las habilidades que tiene no habrá queja alguna que valga.— admitió el samurái aferrándose a su katana por costumbre
—No me interesa lo que los humanos piensan de mí, si no les agrada verme pueden girar la cabeza. Si hago esto es porque acepté el pago.— Moroha tenía estos gestos fáciles de diferenciar pero Ichiro no tenía idea si hablaba desde su orgullo o en realidad carecía de interés en los humanos
—Ha sido una gran travesía la que pasaron usted junto a las hijas del señor Sesshomaru, en ese tiempo... ¿no dudó ni un poco?— balbuceó el muchacho
—Tenía que hacerlo, eran mis amigas la que estaban en riesgo, encontrar a mis padres fue pura suerte, no esperaba encontrar una familia.— la hija de Kagome explicó demostrándolo con las manos
—Ya veo...— el joven murmuró cabizbajo
—¿Que hay de ti? ¿cómo te convertiste en espadachín?— trató de animarlo dándole un pequeño empujón
—En realidad...— dudó en decir él —No soy un espadachín profesional.— terminó por declarar algo ansioso
—¿¡Qué!?— gritó la castaña haciendo que el bosque a su costado resonara
—La verdad es que sirvo a mi señor por insistencia de mi padre, el señor Kanaye es respetado por llevar adelante la prosperidad de la ciudad a pesar de tener un extraño carácter pero no tengo la habilidad para sostener una katana. Conozco las técnicas, los movimientos, fue por esto que el amo Kanaye me ordenó buscarla, para practicar mis técnicas.— terminó de relatar el joven
—De todos los compañeros me tocó un novato, ¿para que tienes dos katanas entonces?— lamentó Moroha sujetándose la cabeza
—Con usted cerca no hay nada que temer.— la confesión se oyó algo confiada, a pesar del corto tiempo Moroha creyó que en el mundo no todos contaban con poderes espirituales o demoníacos.
La chica sintió pena sin darse cuenta.
>•<•>•<
Se detuvieron a las puertas del pueblo antes predicho donde las señales fueron claras.
Astillas de lo que alguna vez fueron árboles, la barricada requemada, la tierra revuelta en largos garabatos, la puerta golpeada hasta quebrarla.
Ichiro sonrió desde la esquina de sus labios.
ESTÁS LEYENDO
Cuarto demonio, cuarto corazón.
FanficSecuela de Mitad humana, mitad reina. Luego de que Osama Kirin fue derrotado las familias regresaron a la normalidad, Kirinmaru ha recuperado a su amada hija y tal vez haya oportunidad de conquistar de una vez el corazón rebelde de Moroha...