Moroha se tomó el tiempo para entrar a la casa de los señores dispuesta a apreciar el vestido de la futura novia.
—¿No te parece hermoso?— rió la mujer girando en el pequeño vestido
—Es perfecto.— sonrió la chica notando los detalles
Las perlas relucientes, el fino hilo de plata, el tocado como un objeto final.
—Ah chica lobo, tengo tantas ganas de que ese día llegue al fin.— suspiró sentándose en medio de la sala
—Es todo un honor que me lo muestre a mí pero creo que debería guardarlo, es muy especial ¿no?— aconsejó la muchacha
—Quisiera vestirlo por siempre, tengo que darte las gracias, antes de que vinieras me preguntaba si podría ser feliz con esta maldición pero si logras matar a la serpiente seré libre.— asintió Sasori
—Todavía falta matar a esa cosa, no me agradezca hasta que lo haga.—
—De novia a novia... ¿no sientes nervios de no ser apta para tu futuro esposo?— preguntó la pequeña mujer algo insegura
—Sé que lo ves como un gran Daiyokai pero es como cualquiera de nosotros. No creo que espere algo de mí solo... que lo acompañe por lo que nos reste de tiempo.— admitió la cazadora
—Serás una novia muy bonita, pero ¿humanos y demonios pueden convivir? Sé que eres la perfecta mezcla de un mitad demonio y una sacerdotisa legendaria pero no sé si podrás cumplir con la promesa.— preocupó la novia haciendo que Moroha quedara cabizbaja
—No elegimos a quien amar, él podría tener el tiempo del mundo mientras que quizás yo pierda mañana, aún así no me arrepentiría de quererlo.— admitió la joven en una voz inusualmente mansa
—Perdón, no quería hacerte sentir así.— empalideció la anfitriona
—Está bien, es inevitable pensar estas cosas, si el tiempo es tan corto... debería hacerle ver que en realidad si estoy dispuesta a estar a su lado.— murmuró Moroha colocando su mano encima del corazón
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Kirinmaru posaba sobre algunas formaciones rocosas lejanas a la costa, alejadas de los humanos curiosos.
Myoga se paseaba de casa en casa mientras Ichiro parecía cómodo entre los pescadores.
El sol bajaba en las costas cuando la chica del traje rojo saltó por un pequeño camino de rocas que daba hasta donde descansaba el gran rey.
—Es una hermosa vista, ¿no?— preguntó la jovencita para sentarse a un costado
—Si tú lo dices, he visto el sol un millón de veces, cada vez que desciende la noche atormenta a los humanos.— resopló el Kirin
—¿No puedes predecir la llegada de estos demonios?— inquirió ella
—No, aunque me resultan familiares de otra época.— aseguró el ojiverde cruzándose de brazos
—Sobre el compromiso yo... no tengo idea de como podremos hacerlo pero me gustaría acompañarte un poco más.—
La chiquilla era una ocurrente caprichosa, ¿cómo podría usar tanto coraje para mencionar sus ideales?
—Ya lo haces, toma esta tarea como una forma de compañía.— dijo a secas el gran demonio
—Estoy un poco segura de que el matrimonio no es exactamente así, de todas formas tendremos que encontrar la paz en algún momento.— supuso la cazarecompensas
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Cuarto demonio, cuarto corazón.
FanfictionSecuela de Mitad humana, mitad reina. Luego de que Osama Kirin fue derrotado las familias regresaron a la normalidad, Kirinmaru ha recuperado a su amada hija y tal vez haya oportunidad de conquistar de una vez el corazón rebelde de Moroha...