XVII. SEÑALES

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Jungkook estaba por entrar en la habitación de su hija cuando de repente sintió una mezcla de aromas muy familiares que lo pusieron en alerta.

Se apresuro con la intención de sacar al omega del lugar, pero al abrir la puerta, la vista derritió su corazón.

Si era sincero, siempre se preguntó cómo es que sería la vista de toda su familia completa, y ahora ya no tenía que preguntárselo, lo tenía frente a sus ojos.

Jin y Moon acurrucados en la camilla, tranquilos, descansando pacíficamente, soltando su delicioso aroma, manzanas y canela el de Jin junto con el de castañas que pertenecía a Moon, ambos mezclados con un toque de chocolate similar al suyo.

Dios, que relajante era estar en este lugar, por fin después de casi 10 años se sentía completo.

No quiso molestarlos, se notaba que ambos estaban disfrutando de la compañía del otro, así que solo opto por tomar asiento en el mueble que estaba cerca de la puerta.

Cerro los ojos y se puso a pensar, en que no estuviera en esta situación tan complicada si desde el principio hubiese escuchado las palabras de aquel hombre, que solo se aprecio en su vida dos veces.

Fueron dos veces en la que la misma persona le dijo lo mismo y él fue tan estúpido que no le tomó importancia en ninguna oportunidad.

La primera vez que se encontró con este personaje, había sido el día de su matrimonio, recuerda que esa vez tenía una cara de póker, estaba tenso y odia tanto al omega, porque según su yo de ese momento, Jin estaba arruinando todos sus planes de futuro.

Patán, era un término que le quedaba corto. No llevaba ni 20 minutos de casado cuando se separó disimuladamente de la "multitud" al tonar que sus padres se habían olvidado de él mientras presentaban a Jin a algunos socios, familiares o conocidos.

Ver tanta hipocresía lo había hartado, ese día buscó a Hall entre los invitados para llevárselo a pasar el rato hasta que la fiesta acabara y tuviera que llevar a su "esposo" a su nuevo hogar.

Después de serle infiel a su marido el mismo día de su boda, se sintió aburrido. Iba saliendo de aquella recamara cuando se topó con alguien, un hombre de buen porte, alto, blanco, de ojos azules y cabellos rubios.

Como si fuesen conocidos, se acercó a él, le tocó el hombro y le susurró unas cuantas palabras, palabras a las cuales no había encontrado sentido hasta hace casi 10 años atrás, cuando vivió en carne propia el dolor de perder a alguien amado.

—Estas actuando inmaduro, esta vez deseamos que de todo corazón puedas hacer la cosas bien. La culpa no lo tiene él, Jeon.

Y recuerda: "Nunca ignores a quien te importa, porque un día te das cuenta que perdiste la Luna, mientras observas las estrellas"

Diciendo eso aquel hombre se fue y por más que lo busco en la fiesta, no había ningún rastro de él.

La segunda fue hace casi un mes, estaba corriendo apresurado por los pasillos del aeropuerto, su jet no estaba disponible para ese día por lo que tuvo que embarcarse en un vuelo comercial.

Había llegado a las justas, se sentó y al instante llamó a Taehyung diciéndole que vaya por su hija, cuando cortó un sobrecargo se acercó a él y le entregó un catálogo.

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