II. FÉRTIL

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Seokjin era muy inocente respecto a muchos aspectos de la vida, conocía la maldad de la gente y no precisamente gracias a un ente extraño, sino gracias a su propia familia, solo que, a pesar de todo eso, no sabía más. Él tenía la vaga creencia que la gente fuera de su familia seria mejor, mucho más buena con él.

Quizás eso se reforzo con las acciones que demostraron los Jeon con él, no solo los padres, sino el hijo, quien había estado "cortejándolo" por casi un mes antes de casarse. A pesar de que el omega sabia que fue vendido a ellos, quedo impresionado por aquella acción que tomo el alfa, eso sin contar que los padres de este lo visitaban y siempre se encargaban de hacerlo sentir muy espacial.

Y fue en ese tiempo descubrió que la madre luna había sido generosa con él, no solo le había dado un alfa muy guapo, sino que al parecer le había mando alguien de un gran corazón, todas las palabras que el alfa le decía quedaban grabadas en su alma. Claro que este pequeño detalle él no lo sabía así por así, desde muy pequeño su abuela le había contado que algo muy hermoso que solo los omegas y alfas podían tener, era encontrar a su destinado, pues sería él o ella seria quien velaría por su bienestar por la eternidad, seria el o ella quien lo amaría por siempre.

O eso decían los mitos acerca de los hijos de la diosa luna.

Esto fue algo que su abuela nunca pudo saber, pues en sus tiempos les era muy estricto relacionarse con los omegas. Le dijo que era un suertudo por nacer en estos tiempos, pues ella misma se encargaría de presentarle a su destinado, quizás las palabras de aquella mujer no calaron en el Seokjin de aquel entonces, pero ahora estaba mas que seguro que fue ella quien le ayudo a la diosa luna a darle tal alfa como su pareja.

Sin embargo, todo cambió después del matrimonio, después de decir sus votos, después de llegar a la casa que compartirían, el alfa dejo ver su verdadera cara.

Seokjin se sentía emocionado, hoy era la primera de muchas noches que compartiría con su alfa, se acercó cariño a Jungkook y quiso besarlo, pero este lo aparto bruscamente, haciendo que el omega cayera.

—¡No te me acerques! —grito el alfa muy alterado, el omega consternado, trato de levantarse mientras preguntaba el porqué de aquella acción.

—Jungkook... cariño... ¿pasa algo? —

El alfa lo fulmino con la mirada, no le gusta escuchar aquel apodo por parte de la boca de ese omega que arruino todos los planes que tenía con su novio.

Jungkook se acerco y lo tomo bruscamente del rostro, ni siquiera dejo que el omega se estabilizara cuando lo arrojo nuevamente al suelo.

Con esa fuerza que lo empujo consiguió  que Seokjin golpeara su cabeza con el piso, inmovilizándolo, presiono con intensidad el frágil rostro de ese omega, lo hizo mirarle a los ojos y luego soltó unas cuantas palabras, que terminaron de partir el corazón del pequeño.

—Escúchame bien Seokjin, no porque ahora lleves mi apellido significa que tienes derechos sobre mí, nunca más en tu perra vida vuelvas a hablarme con ese tono, ni a llamarme con esos estúpidos apodos, nunca mas en tu vida te atrevas a tocarme o a insinuarte a mí, agradece que no te golpeo ahora mismo porque eso es lo único que quero hacer en estos momentos, has arruinado todo, todos mis planes, todo lo que quería hacer con mi vida y con mi novio. —apretó más su agarre, a este paso el rostro de ese ser frágil quedaría con moretones.

—No me digas que te creíste todo este estúpido juego, si estoy casado contigo es porque no tuve otra opción, decir que te odio es poco comparado con lo que siento con solo verte, me das asco. —

Las mismas palabras de desprecio y odio, solo que, de diferentes personas, pero con el mismo efecto en su alma, ¿que nada en el mundo podría estar a su favor?, ¿ni siquiera su destinado podía amarlo?

LET ME FEEL YOU LOVEWhere stories live. Discover now