Vol 4.7

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Estaba en un sueño... ¿Era posible controlar lo que pasaba en ellos? Se frotó su cabeza con fuerza mientras trataba de buscar la forma de despertar. Intentó torcer sus mejillas con sus pulgares, pero su piel estaba tan fría que parecía estar insensible al tacto.

"Maldición".

Sentado debajo del gran árbol. Notó que conforme pasaba el tiempo, las ramas secas comenzaron a caer una por una. Mirando la rama que se encontraba en lo más alto, notó que la punta de la rama que sostenía las dos flores de melocotón, comenzaba a secarse desde el extremo.

"¡No!"

Taerim se levantó y miró cuidadosamente la punta de la rama que comenzaba a secarse. Después miró el suelo debajo de él.

"Cuando la rama se seque por completo, las flores morirán... ¿No sé que tengo que hacer para evitarlo?"

Trató de escalar el árbol, pero al sujetarse de las ramas, estas colapsaron. El dolor de caer al suelo era tan real que no volvió a intentarlo. Pero su corazón estaba siendo comprimido con una fuerza tan dolorosa que le era difícil mirar aquellos retoños de fruto tan pequeños.

"Lo siento..."

Al final, entendió que todo esto había sido su culpa. Taerim nuevamente se sentó en el suelo y cavó entre sus distorsionados recuerdos. ¿Realmente la escena de él mismo saltando por una ventana desde un segundo piso era real?

"¿Por qué hice algo tan estúpido como eso? Debí haberlo sabido... Siendo ahora un Omega, ¿no se supone que debía saber sobre mi embarazo? Fui un idiota todo este tiempo".

En el interior de la fragmentada mente de Taerim, había vagos recuerdos de mareos, náuseas, dolor abdominal... ¿Quién come melocotones a mitad de la noche? Fue muy descuidado de su parte haber ignorado las señales de alerta. Simplemente, fue negligente y ahora, una persona inocente estaba pagando el precio.

Ni siquiera lo conocía, su existencia fue descubierta hace pocos momentos. Sin embargo, Taerim no pudo contener sus lágrimas. Era difícil explicar la sensación de amar tanto a alguien que ni siquiera había conocido. Pero un anhelo ferviente crecía en su corazón. Al mismo tiempo, la sensación de pérdida estaba siendo alimentada, por lo que pasaba frente a sus ojos.

"Deseo regresar...."

"¿Por qué?"

La voz infantil detrás de él fue muy familiar. Claro, solo había una persona que podría visitarlo dentro de un sueño.

"Seo Bae-Joon..."

Los ojos que antes brillaban como una gema preciosa de color ámbar ahora estaban opacos y sin brillo. La expresión del niño frente a Taerim era triste y seria.

"¿Por qué quieres regresar? ¿A dónde quieres volver?"

"¿De qué estás hablando? Si no regreso morirán".

Taerim miró con una expresión de perplejidad al niño frente a él.

"¿Qué es lo que te hace querer salvarlos? La culpa no hará que despiertes".

'Culpa'.

El rostro de Taerim se inclinó hacia abajo. Había algo de razón en sus palabras. Su corazón estaba afligido por la culpa y pensaba que si lograba enmendar su error, al menos estaría feliz con que aquellas hermosas flores no se perdieran.

"Siento dolor".

Taerim, colapsó de rodillas frente a la imagen de Seo Bae-Joon siendo un niño. Las temblorosas manos intentaban sujetar los delicados brazos, pero temblaban tanto que Taerim sintió miedo de lastimarlo.

El niño, mirando el llanto y la apariencia de Taerim, permaneció en silencio. Levantó sus pequeñas manos y abrazó su cuello delicadamente. Su rostro giró hacia las flores. La rama principal se estaba secando.

"El tiempo se está agotando".

"¿Hay una razón por la que deba volver? Aun si regreso a la realidad, no sé si podrán salvarse".

Taerim lució derrotado. Pensó que su corazón no podría soportar una pérdida de esa magnitud.

Tenía miedo.

Ese era el sentimiento que lo mantenía recluido en un sueño. Los ojos color verde esmeralda se abrieron con asombro. Al estar conectado con él, ese sentimiento se transmitió íntimamente.

"No lo hagas... No me abandones, lo he perdido todo. También tengo mucho miedo de perderte, de perderlos, pero no puedo hacer más. Si pudiera regresar al pasado, jamás hubiera actuado como lo hice. Y tal vez las cosas serían diferentes. Lo siento mucho por todo el daño que te cause".

La mano del niño, que se acercó a su mejilla, era cálida. Taerim cerró los ojos, pero en el momento que sintió el contacto con su piel algo era diferente. La mano se sentía de un tamaño mucho más grande que la de un niño.

"Te amo... Te amo como un loco, quizá desde que te vi por primera vez me enamoré de ti y no pude aceptarlo".

La voz que se filtró por sus oídos no era la de un niño... Esa voz era. Taerim abrió sus ojos de inmediato y miró a Seo Bae-Joon a su lado, con una rodilla flexionada en el suelo.

"Seo... Seo..."

Sus manos se entrelazaron y su cuerpo fue arrastrado a su pecho.

"Sé que no merezco ser perdonado, incluso si me perdonas no sería suficiente para mí. Pero estoy enamorado de ti, al punto de que no deseo vivir si no es contigo".

Taerim, que podía sentir la cálida sensación embriagar su cuerpo por completo. Cerró sus ojos y abrazó fuertemente a Seo Bae-Joon. Sus lágrimas siguieron fluyendo sin control y su corazón no dejaba de doler.

"No... no quiero... Por favor... no más".

"No puedo obligarte a quedarte... pero si hubiera la más mínima posibilidad de que en tu corazón hubiera espacio para mí, para nosotros. Dame una oportunidad de enmendar mis errores del pasado, no te dejaré solo y estaré a tu lado siempre. Sin importar el futuro, si sobrevives, ellos pueden volver a nacer".

Esas palabras de consuelo fueron sinceras, Taerim lo podía sentir. Su corazón afligido comenzó a sentirse más ligero y una sensación agradable se esparció por todo su cuerpo.

"No estaré solo".

"Siempre estaré a su lado".

Ante esas palabras, Taerim fue capaz de cerrar sus ojos y dejarse llevar por la vertiginosa sensación que lo arrastraba hacia una luz muy blanca.

***

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