Alec POV
Alec pasó la toalla por su cabello para secarlo, solo usando unos pantaloncillos aguados. Caminó por el pasillo, sonriendo al ver a Magnus hacer su rutina de yoga de las mañanas, ahora en el departamento de Alec, usando solo una camiseta holgada dorada y unos leggins negros.
Continuó caminando hacía su habitación, luego hacía su closet. Abrió las puertas, para sacar el traje que ya tenía listo para su trabajo de fotógrafo en otro de esos eventos de recaudación. Sacó el traje cuando algo en el fondo del closet le llamó la atención. Pasó su mano entre la ropa colgada para encontrar una pintura que lucía bastante familiar y real.
– ¿Magnus? – Alec le llamó.
– ¿Si, Arañita? – Magnus contestó desde la otra habitación. Aun usaba el apodo en algunas ocasiones, a pesar de ya casi llevar medio año juntos.
– ¿Porqué hay una pintura, que parece ser un Monet, en mi closet? – Alec le preguntó, aun mirando la pintura, y simplemente recibiendo silencio de respuesta. – ¿Magnus? –
– No te preocupes, no es un Monet, – Magnus contestó, apareciendo de repente, recargado sobre el marco de la puerta. Sin importar cuando tiempo pasara, nunca era capaz de escuchar acercarse al ágil Gato.
Alec suspiró aliviado.
– De hecho, es un Matisse, –
El alivio desapareció. – ¿y como por qué está en mi closet? –
– Porque no encontré otro lugar donde ponerlo, – Magnus contestó inocentemente, como si fuera algo obvio, sonriendo de forma dulce.
Alec soltó un profundo suspiro. Sabe que está enamorado de un ladrón. También sabe que la ciudad no está del todo segura de que hacer, ahora que constantemente atrapan al Hombre Araña con los labios pegados a los del Gato Negro.
Mucha gente ve a Magnus como un Robin Hood que roba a ricos que se lo merecen, lo ven como un ángel ladrón. Otros piensan que el Hombre Araña cambió de bando, como alguien en quien no se puede confiar, sobre todo la policía. Aunque ellos nunca le han tenido mucho afecto, incluso antes de su relación con el Gato.
El Gato Negro era un ladrón con un corazón de oro, esa era la verdad. Había mucho más de él de lo que la gente sabía, y ese era un privilegio que solo Alec tenía.
Pero a veces la vocecita de moralidad en su cerebro le recordaba que el era un héroe y su novio un ladrón. Magnus podía tener un buen corazón, incluso más grande que el de la mayoría, pero tenía la mala costumbre de meterse a museos o tiendas y robar artefactos invaluables, o diamantes preciosos.
Y Alec algunas veces no sabía como lidiar con eso. Intentaba acostumbrarse, acostumbrarse a Magnus, principalmente porque realmente quería tenerle por siempre. Perseguirle por los tejados por el resto de su vida, si Magnus se lo permitía.
– Lo sé, lo sé, pero es que últimamente paso más noches aquí que en el penthouse, donde guardo todas mis cosas, – Magnus dijo, entrando a la habitación.
– Tus cosas robadas, – Alec señala.
Magnus gira los ojos, intentando restarle importancia al tema. – El punto es que normalmente paso a mi departamento a dejar mis artículos adquiridos. Pero la otra noche te extrañaba demasiado así que vine directamente a tu departamento, y bueno, el único lugar que encontré para ponerlo fue el closet. –
– ¿Cómo no te vi entrar con esto? – Alec dice, mirando nuevamente la gran pintura.
– Estabas dormidito. Columpiarse por la ciudad realmente te agota. Que bueno que no soy de esos criminales que mata por la espalda, porque si no ya estarías en el otro mundo, – Magnus dice, intentando bromear.
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El Gato y la Araña (MAlec AU)
AdventureLas aventuras entre Alec Lightwood, el amigable vecino Hombre Araña, y Magnus Bane, el famoso ladrón reconocido mundialmente, el Gato Negro, y sobre como poco a poco se va formando una bonita historia de amor en los tejados de las oscuras noches de...