12. El Zorro Negro

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ALEC POV

– Bebé, malas noticias, el Rinoceronte volvió, – Alec le dice, entrando por la ventana y quitándose la máscara. El departamento estaba oscuro, siendo casi las nueve de la noche, no se oía ni un susurro. Pero Alec sabía que su novio estaba ahí. – Y peor, aun me odia –

– Aun se puede poner peor, jovencito, – dijo, una voz que no reconoció.

Alec brincó cuando una lámpara al lado del sillón se prendió, casi haciéndole caer. No su mejor momento. –

– Mierda, – dijo, comenzando a buscar su máscara,

– Alec, ¿te caíste de la ventana? – Magnus le preguntó, entrando a la sala. – Eso no es muy superhéroe de tu parte, – rio.

– Hay un hombre en nuestro sillón, – Alec contestó, dejando de buscar su máscara y saludando torpemente al hombre en el sillón, que simplemente le miraba aburrido.

El hombre se puso de pie sobre sus caros zapatos, y Alec se preparó para defender a Magnus, de ser necesario.

– Ya veo, – dijo Magnus enojado. Más enojado de lo que nunca antes le había visto.

– Un hombre. Ni siquiera le mostraste una foto de tu padre, el gran Zorro negro, a tu tonta araña. –

Alec abrió los ojos sorprendido.

– ¿Padre? – dijo, incrédulo.

Sabía que Magnus tenía un padre, todos tenían uno, pero hasta donde sabía, estaba muerto. Había escuchado historias sobre un padrastro idiota que había muerto en un accidente de coche junto con su madre. Magnus le había contado eso mientras le abrazaba en la cama.

Pero el padre que le había abandonado no era un tema que hubieran discutido. Principalmente porque Alec sabía que le había abandonado, solo regresando cuando Magnus tuvo edad suficiente para robar. Le había enseñado todo lo que sabía, le había manipulado con su necesidad de un padre, hasta que a sus dieciocho años le obligó a realizar un asalto que terminó en la muerte de un policía. Por lo que Magnus le abandonó y habían perdido contacto. A Magnus no le gustaba hablar mucho de ello y Alec lo entendía.

Aun así, había pensado que ese hombre estaba muerto.

– Desafortunadamente, – Magnus suspiró, alejándose de su padre quien se veía con toda la intención de darle un abrazo. Solo se puso delante de Alec, como protegiéndole de él. – ¿Pensé que estabas muerto? –

Ah, eso lo explicaba.

– Esos rumores fueron solo una estrategia, querido hijo, – su padre le dijo.

– Que decepción, – Magnus dijo, tomando la mano de Alec.

– Oh no, decepcionante es averiguar que tu hijo, que criaste para ser uno de los mejores ladrones, anda por la ciudad con un superhéroe, – su padre dijo, viendo mal a Alec.

Era un hombre bastante intimidante, tenía que reconocer. Aunque podía ver el parecido con Magnus, sus facciones eran frías y no cálidas como las de él. Sus ojos eran iguales, pero aterradores. Su cabello blanco como el Magnus, parecía ser algo genético.

– No tienes ningún asunto en con quien salgo y en lo que hago. Así que, Asmodeus, ve al punto del porque estás aquí, y vete, – Magnus le dijo, con voz fría y dura. Asmodeus un nombre aterrador para un hombre aterrador.

Asmodeus no se veía ofendido por el tono de su hijo.

– Bien. No tendremos una feliz reunión familiar, – Asmodeus dijo, con una sonrisa malvada. – Quiero que vengas conmigo, que tomes tu lugar legitimo a mi lado. tu talento se desperdicia en esta ciudad, y más aun con tu novio héroe. – dijo, señalándole amenazadoramente. – Juntos, podríamos ser los reyes de los ladrones, justo como cuando eras un adolescente. Todos vuelven en algún momento a donde pertenecen, y ya es tu turno. –

El Gato y la Araña (MAlec AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora