El teléfono de Alec comenzó a sonar, y lo único que deseaba era que parara. Fue una noche larga persiguiendo al duende por toda la ciudad, con Magnus a su lado todo el tiempo. Peleando juntos para vencer al bastardo.
Gruñó y cubrió su rostro con la cobija. Magnus le dio un empujoncito en la espalda.
– Es el tuyo, – se quejó mientras el teléfono volvía a sonar.
Finalmente, Alec se quitó la cobija y tomó su teléfono del buró, para contestarlo sin ver.
– ¿Qué? – Su voz sonaba irritada y cansada.
– No has checado las noticias esta mañana, ¿verdad? – le preguntó su hermana. Alec gruñó al sentir las manos de Magnus en su espalda.
– No, ¿porqué? – Alec dijo, aun algo irritado.
– Oh, deberías, – Izzy contestó. – Magnus también debería. –
– Estás siendo demasiado criptica, – Alec dijo, abrazando a Magnus, soltando un quejido al notar una gran herida en su brazo.
– Suenas de la mierda, – le dijo ella.
– Si, lo estoy. Y tu sigues sin decirme que pasa, – Alec cerró sus ojos nuevamente. Ama a su hermana, pero ahora solo quiere volver a dormir abrazado de su novio.
– Solo googlea sus nombres juntos, – ella le dijo, haciendo que Alec se preocupara, por lo que ella agregó. – Sus nombres de supers. – Alec respiró aliviado.
– ¿Ahora? –
– Ahora, – ella ordenó.
Alec suspiró. – Mierda. Okey. Te llamo al rato. –
Izzy rio un poco. – Solo considera que Jace y yo solo vimos los tres primeros segundos e inmediatamente gritamos y aventamos el teléfono lejos. –
– Eso no suena bien, – Alec suspiró, antes de colgar.
Magnus, que había escuchado la conversación, tomó el teléfono de Alec y googleó sus súper nombres, esperando encontrar otra foto de ellos, o algo así. Pero la noticia principal del día era algo mucho pero mucho más íntimo.
– Oh... oh, – Magnus dijo, sabiendo que Alec no se iba a tomar eso bien.
– ¿Oh, oh? – Alec preguntó, inclinándose para ver la pantalla. Magnus le alejó el celular. – ¿Cómo un buen oh? –
Magnus se giró para verle de forma incrédula. – Arañita, ¿desde cuando un oh, oh, ha sido usado de forma buena?
Alec se encogió de hombros, sabiendo que tenía razón. – ¿Quizá era la primera vez? –
Magnus dudó un segundo, antes de mostrarle la pantalla a Alec.
"El hijo favorito de la ciudad es atrapado en un video sexual"
"El hombre Araña y el Gato Negro follando en el techo de un edificio"
"Primero un beso, ahora lo demás"
– No, – Alec dijo, quitándole el teléfono y abriendo uno de los artículos. Siendo el video lo primero en aparecer.
– Me temo que si, – Magnus contestó, mientras el video iniciaba.
Al principio parece algo inocente, pero por el título, ambos sabían que no lo era. Unos segundos después, Alec se encontraba apretando el botón de su traje que deja sin funcionar las cámaras. Y después, Magnus comenzó a acariciar el pecho de Alec.
Alec se levanta la máscara lo suficiente para poder besar a Magnus suavemente, como siempre le besaba en los tejados, para después convertirse en los besos que se daban en su habitación, y memorablemente una vez en la cima de una nave extraterrestre (ventajas de salir con un superhéroe que salva al mundo de vez en cuando).
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El Gato y la Araña (MAlec AU)
AventuraLas aventuras entre Alec Lightwood, el amigable vecino Hombre Araña, y Magnus Bane, el famoso ladrón reconocido mundialmente, el Gato Negro, y sobre como poco a poco se va formando una bonita historia de amor en los tejados de las oscuras noches de...