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Minho había vuelto luego de dos días. Pero esta ocasión, en vez de marcharse luego de pedir, se sentó en la misma silla donde usualmente se sentaba Hyunjin y comenzó una plática con halagos de por medio hacia Seungmin.

─¿De donde sacas tanto piropo? ─Seungmin rio escandalosamente al escuchar al pelinegro.

─Tus hermosos ojos hacen que mi mente cree las más maravillosas frases para deleitarte. ─Minho sonrió, recibiendo un suave golpe en el hombro del castaño como si se conociesen de toda la vida.

─Dios mío, por favor para. ─Seungmin volvió a reír y se quitó una pequeña lagrimita de su ojo derecho antes de que rodara por su mejilla. Sabía que Minho lanzaba aquellos comentarios más para molestarlo, pero en vez de hacerlo, soltaba carcajadas de las idioteces que salían de su boca.

Su vista instantáneamente se dirigió a las afueras de la cafetería al sentir la tan característica motocicleta de Hyunjin. De esta bajó el nombrado y Yeji. Enseguida, los ojos oscuros de Hyunjin chocaron con los de Seungmin, enviándole una corriente eléctrica por toda su espina dorsal. Vio el pequeño abrazo que Yeji le dio a Hyunjin antes de desaparecer por un costado de la cafetería, Seungmin suponía que a la sala de empleados. Volvió a chocar miradas con Hyunjin, quien ahora mismo tenia una mueca en el rostro y sacaba una mochila negra del compartimiento de su motocicleta.

─Hey. ─Seungmin miró a Minho sobresaltándose, y los pequeños ojos del chico viajaron desde él hasta Hyunjin, quien comenzaba a caminar hacia la entrada, y volvieron al castaño. El pelinegro enarcó una ceja, divertido.─ Vale, creo que tengo que irme a la universidad. ─Minho miró burlonamente a Seungmin, quien apretó los labios y miró hacia su costado ─ Adiós lindo.

Seungmin ni siquiera pudo despedirse de Minho antes de que se marchara luego de darse cuenta de lo que sea que haya pasado allí, chocando a medio camino hacia la puerta principal con Hyunjin, quien le miró entrecerrando los ojos y los dientes apretados con fuerza. Seungmin no pudo ver qué demonios hizo Minho, pero el rostro de Hyunjin ensombreció de una manera tan intimidante que Seungmin quiso esconderse detrás de la barra, lástima que no pudo hacerlo, ya que Hyunjin le había visto y no apartaba la vista ningún milisegundo de él.

Cruzaron ojos nuevamente, y Seungmin tragó saliva al ver de reojo como se sentaba al frente suyo y dejaba su mochila en el respaldo de su asiento, sin separar sus orbes y apretando el mantel entre sus manos. De alguna manera se sintió bien tener la mirada de Hyunjin en él, en sus ojos -que especialmente los había maquillado un poco más de lo usual.-

─Hola, Hyunjin hyung, ¿Qué sucede? ─Preguntó en voz baja, completamente de piedra y sintiéndose algo aliviado al ver esas grandes cuencas vacías y oscuras suavizarse un poco ante su pregunta.

Seungmin notó aquello, y marcó un pequeño punto para él y su voz.

─Nada en realidad. Yeji ha estado un poco insistente y yo tengo un trabajo que terminar. ─Hyunjin apartó bruscamente la mirada y dirigió sus manos a su mochila en un dos por tres al escuchar la puerta que llevaba a la cocina ser abierta.

Seungmin, como todo un ser curioso, giró su torso y encaró a una Yeji con un tic en el ojo que el castaño suponía que era de rabia, al ver a Hyunjin sacar su computadora frente suyo. Seungmin se sintió intimidado, últimamente no se cruzaba mucho con Yeji, pero se percataba de su actitud más hostil en vez de la amigable y risueña personalidad.

Vio a la castaña marcharse unos instantes después dentro de la cocina, y cuando volvió su cuerpo al frente. Hyunjin miraba la puerta de la cocina con una ceja fruncida.

─Pelearon, ¿no?

Hyunjin hizo una mueca, tecleando algo en su computadora.─ En realidad no tengo idea, no le tomo mucha importancia. ─Se encogió de hombros.

Seungmin se tragó el pequeño nudito de su garganta antes de decir:─ Deberías hablar con ella, se veía enojada y no me gustaría que ust-.

─Seungmin, cuando estoy contigo prefiero no hablar de Yeji.

El estómago de Seungmin dio un vuelco inesperado, Hyunjin mantenía la cabeza baja detrás de la pantalla, pero si se colocaba de puntitas sutilmente, podía notar que el rubio tenía los ojos cerrados y su labio inferior apresado por sus dientes.

Tierno. Pensó, sintiendo sus mejillas algo calientes.

for me ☆ h.mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora