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─¿Me vas a explicar quien carajos te vino a dejar a casa? ─Seungmin gritó y se dio la vuelta en la puerta de su casa, viendo a Jisung -su mejor amigo y compañero de piso- parado en la puerta de la cocina con sus brazos cruzados.

─Dios mío Jisung, no vuelvas a hacer eso. ─Seungmin le miró mal, llevándose una mano al pecho.─ No eres mamá, no debo explicarte nada. ─Le dijo, sacándole la lengua al peligris, quien gruñó como un gatito antes de que Seungmin recogiera sus cosas.

─Es el chico que está de pareja con Yeji, ¿no?

─¿Y tu co-? ─Seungmin se detuvo, mordiéndose el labio y sujetándose el puente de la nariz.─ Fue Felix.

─Se vendió por una photocard de Tzuyu. —Jisung rio, antes de darse vuelta y comenzar a caminar hacia el sofá de dos cuerpos que había en la pequeña y acogedora salita de estar. El mayor se tiró en el sofá a cuerpo muerto, para palmear a su costado un minúsculo espacio para que Seungmin se sentara, e invitándole indirectamente a contarle todo sobre Hyunjin -ahora con el pequeño avance de que se comieron la boca hace 15 minutos atrás-.

Iba a asesinar a Lee Yongbok, alias Felix, por contarle al chismoso de Jisung su extraña relación con un hombre emparejado.

Dios, eso de verdad sonaba mal.

*****

En los siguientes tres días, Seungmin no supo nada de Hyunjin, porque, aparte de tener pena para escribirle un mensaje luego de todo lo ocurrido dos noches atrás, y de que Hyunjin tampoco le escribía, el rubio no había hecho acto de aparición en la cafetería, ni siquiera para ir a buscar a Yeji, quien seguía con esa actitud hostil que a Seungmin le daba algo de miedo.

Pero al menos, durante estos dos días, Minho había ido a alegrarle las aburridas tardes contándole sobre su vida diaria y haciéndole reír con cualquier insignificante coqueteo amistoso. El pelinegro ahora mismo le contaba la vez en donde intentó hacer uno de los tantos bubble tea que Seungmin hacía y la tapioca había explotado de alguna forma.

A veces pasaban motocicletas fuera de la cafetería, y Seungmin inconscientemente veía por los ventanales si en alguno de esos casos era Hyunjin el que estacionaba su motocicleta y se quitaba el casco, como siempre lo vino haciendo desde hace semanas atrás. Pero Seungmin siempre formaba una mueca de decepción al darse cuenta de que nadie se estaba estacionando, nadie iba a entrar por la puerta y definitivamente Hyunjin tampoco vendría ni le escribiría hoy.

Despidiendo a Minho y viendo su chat de kakaotalk con Hyunjin, decidió dejar su vergüenza de lado y enviarle un simple mensaje que decía Hola:).

Y esperó, pacientemente durante toda una hora, atendiendo a la gente y mirando a su celular al lado de la caja registradora por si brillaba a causa de una nueva notificación de kakaotalk. Y finalmente a las 7 de la tarde, con las manos picando, abrió el chat, quedando con una sensación completamente amarga al darse cuenta de que Hyunjin si había visto su mensaje, pero no le había respondido.

Sintió sus ojos lagrimear un poco, con una decepción tan grande que se le cerró la garganta a tal punto de no poder hablar, ¿Por qué le sucedía esto? ¿Qué tan grande era la presencia de Hyunjin en su vida para querer llorar como un bebé simplemente por no responderle un mensaje? Seungmin sintió algo parecido al miedo en su pecho, claramente le quedaban dos días aún para lo que sea que Hyunjin necesitara explicarle, ¿Y si Yeji volvía a refregarle inconscientemente su relación en la cara con el hombre que le tenía enamorado?

¿Estaba enamorado? Su labio tembló de solamente pensarlo, de solo pensar que aquello era real, y de que tenía tan pocas y casi ninguna probabilidad de que todo lo que le estaba ocurriendo fuese a salir bien. ¿Qué demonios hacía?

Sin poder evitarlo, se cubrió el rostro con sus manos y dejó salir un sollozo casi imperceptible, su situación recién comenzaba a afectarle casi como una pesa del porte de su cuerpo sobre sus hombros. intentó reprimir la tristeza que comenzó a sentir no sabe cuando.

─Seungmin, ¿Estás bien? ─Se sobresaltó al sentir unas manos sujetarle los hombros, y giró su cabeza, encontrándose con el rostro preocupado de Yeji a un costado suyo.─ ¿Qué pasa Minnie? ─Preguntó de nuevo la chica, y Seungmin no fue capaz de responderle por el fuerte nudo en la garganta que no le dejaba ni respirar bien.

¿Cómo le explicaba a Yeji que estaba enamorado de su novio, que había besado a su novio?

Seungmin aún creía que la palabra enamorado era demasiado fuerte, pero el jamás había sentido tantas cosas por una persona, él jamás había tenido la necesidad de estar con alguien y jamás había sentido tanta euforia y emoción al recibir un beso. Porque Seungmin conocía los sentimientos de gustarle otra persona, pero estos sentimientos que tenía con Hyunjin no se comparaban para nada con los otros, estos activaban todos sus sentidos, presionaban todos sus botones correctos.

─¿Por qué no vas a despejarte un poco afuera? Yo me quedo en la caja, ¿Si? Ve a calmarte Minnie. ─Le susurró Yeji de nuevo, sobando sus hombros tratando de reconfortarle de alguna manera.

Seungmin sorbió su nariz, controlando todavía sus ojos nublados en lágrimas y enderezándose en el asiento. Le dio a Yeji una mirada apenada de agradecimiento, cosa que por suerte la chica entendió y con una sonrisita le empujaba fuera del asiento. El castaño intentó ocultar su rostro sonrojado y sus ojos llenos de lágrimas antes de salir lo más desapercibido posible hacia la sala de empleados para calmarse.

Solamente le quedaban dos días para saber lo que sea que diría Hyunjin, tenía miedo de que aquello afectara a su pobre corazón.

for me ☆ h.mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora