for me ☆ h.m

12

Día jueves, y sintiéndose mucho mejor, se encontraba nuevamente en la cafetería con un turno bastante corto por si recaía de nuevo. Jisung le había dado medicamento y una botella con agua tibia de hierbas por si tenía malestares y le hizo jurar que cualquier cosa le avisara a él o a Felix.

Había acordado con Hyunjin de que este pasaría a recogerlo cuando su turno acabara a la hora de almuerzo, para lo que faltaba media hora.

Estaba realmente ansioso, tanto que no se percató para nada el hecho de que Yeji tenía los ojos hinchados y el cabello despeinado, con una actitud lenta y explosiva, más de lo normal obviamente. No, nada podía parar su ansiedad, a menos de que fuera el mismo motivo quien la inició.

Suspiró con una sonrisa boba, Hyunjin estaba tan abajo de su piel, tan enterrado en su corazón y tan dentro de su mente que para Seungmin era imposible no pensar en otra cosa que no fuese él. Su cabello rubio, de pequeños rulitos que enmarcaba su rostro ovalado y sus pómulos y cachetes rellenitos. Esos ojos delineados naturalmente que escondían tantas emociones y tantos sentimientos en aquellos iris achocolatados que Seungmin podía mirar por horas. Aquellos labios, aquellos perfectos, jugosos y perfectos labios que tenía Hyunjin, con un tacto caliente que volvía a Seungmin una jalea tembleque, aquellos labios que había probado y degustado, esa boca que el castaño solo quería volver a besar una y otra vez.

Soltó un quejido al sentir un pequeño malestar en la boca de su estómago, no había comido ni un bocado desde ayer al almuerzo, que fue un simple bowl de arroz blanco y desabrido para que no le cayera mal, y con tan solo tres días de haber enfermado ya sentía sus pantalones una talla más grandes. Debía ser bastante cuidadoso, cualquier aroma lo suficientemente fuerte le podía causar náuseas, y él definitivamente moriría.

Había llevado un pequeño espejo de bolsillo ese día, al igual que había dejado su cabello algo húmedo para que se secara solo y le quedasen pequeñas onditas y algo más de volumen. A pesar de lucir algo pálido, Seungmin aún quería verse lindo para Hyunjin, era algo que le nacía ser porque amaba notar el como Hyunjin se quedaba prendido viéndole cuando él "no se daba cuenta", pero en realidad, Seungmin era el tipo de persona observadora que no se le escapaba ningún tipo de detalles, y era algo de que, alguna forma, era bastante útil.

Aunque todo apuntase a que Hyunjin si correspondía sus sentimientos, la pequeña incertidumbre de que quizás no sea así se transformaba en un nudo que le apretaba la garganta a Seungmin. Y le daba miedo el simple hecho de saber de que existía la posibilidad de que Hyunjin le dijese que todo fue un simple error, que solamente le probó, que quiso comprobar su sexualidad, etcétera.

Seungmin entregó la pequeña tacita con café de avellanas a una chica dedicándole una sonrisa justo cuando sintió el característico sonido de una motocicleta subirse a la vereda y detenerse a las afueras del local. Seungmin soltó un suspiro, formando una sonrisa de alegría inconscientemente al ver a los cabellos de Hyunjin rebotar fuera del casco y a este mismo sacudir un poco la cabeza y pasar sus manos por sus cabellos antes de sacar su teléfono.

Se acercó a la caja, justo cuando de la cocina salió el chico el cual empezaba su turno ahora. Le dedicó una sonrisa, antes de tomar su celular que se encendió al recibir una notificación, y dejándole las indicaciones de lo que había hecho antes de desaparecer por la cocina hacia la sala de empleados por sus cosas.

Sam♡:
Estoy afuera

Seungmin marcó el término de su turno a las 12:30 pm y se quitó el mandil antes de guardarlo enmarañado en su bolso, al igual de que se sacó la camisa con el logo de la cafetería y la reemplazó por una negra con dibujos en blanco y una pequeña bandana para despejar su rostro de su largo cabello. Se vio a través de la pantalla de su celular, y al ver que no había nada fuera de lugar, se colgó el bolso al hombro y abrió la pesada puerta trasera que daba al callejón para salir y comenzar a caminar hacia la avenida y hacia -ya puede decirlo sin cuestionárselo demasiado- su amor.

Lo vio allí, sentado en su motocicleta con sus dos pies en el suelo, inclinado sobre el manubrio y mirando su teléfono mientras soplaba con un puchero sus rulos largos que ya comenzaban a cubrirle los ojos. La camisa manga corta anaranjada que llevaba se apegaba a la flexión de sus brazos. Y como si Hyunjin pudiese sentir su presencia cerca, levantó la vista hacia él cuando comenzaba a acercarse al rubio. Enseguida, Hyunjin dibujó una sonrisa con sus labios, dejando a la vista los alineados dientes y logrando que el castaño se avergonzara al sentir ese par de ojos oscuros recorrerlo de pies a cabeza.

Cuando se halló lo suficientemente cerca, Hyunjin se enderezó y se levantó de la motocicleta sin dejar de observarle con una sonrisa que Seungmin pudo catalogar como atontada, y al estar frente a él, no pudo evitar soltar una risita al sentir nervios en su estómago.

─Hey. ─Susurró Hyunjin, pestañando repetidas veces como si Seungmin no existiera y solo fuese producto de su imaginación.

─H-hey. ─Seungmin intentó no tartamudear.

Intentó, pero su cerebro de poroto lo hizo igual.

Enrojeció un poco ante eso, sintiéndose aún más nervioso que hace un par de segundos y queriendo golpearse las mejillas al estar al límite de soportar el enrojecimiento de su rostro.

Sintió la tibia mano de Hyunjin acunar su hombro, antes de sujetar la correa de su bolso y quitárselo de encima sin oposición del castaño, y guardándolo en el compartimiento de su motocicleta, le entregó un casco que había obtenido del mismo compartimiento.

─¿A donde vamos? ─Preguntó Seungmin, colocándose el casco encima de la cabeza y ajustándolo a su pequeña cabeza.

Hyunjin volvió a subirse a la motocicleta, pero antes de que Seungmin pudiese subirse por su propia cuenta, sintió una de las manos de Hyunjin posarse en la curva de su cintura y guiarle hasta el asiento de atrás acolchonado. Seungmin se dejó hacer, demasiado desconcentrado por el toque sin notar que Hyunjin acariciaba la piel cubierta de su estómago con su dedo pulgar.

─Abrázame fuerte, Minnie, no quiero que te pase nada de camino. ─Le volvió a concentrar, Seungmin apretó los labios al verlo girarse para encender la motocicleta, y él como pequeño koala, entrelazó sus brazos sobre el pecho de Hyunjin, apegando el suyo a la ancha y formada espalda del rubio.

Seungmin inconscientemente aplastó su mejilla contra el casco y el hombro de Hyunjin, y con una sonrisa boba, se olvidó por completo la razón principal por la cual iban a salir juntos. Al igual que la otra gran razón que se encontraba ahora mismo apretando un mantel de cocina, viendo con tal enojo como aquella motocicleta desaparecía por la calle desde dentro de la cafetería.