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Seungmin rió sonoramente, volviendo a golpear a Hyunjin en el pecho con sus puños sin fuerza, y sintiendo al peludo Kkami subiéndose al sillón, para luego acomodarse entre las piernas de Seungmin, entremedio de los dos y alejándolos lo suficiente como para que sus pechos ya no se tocasen y pudiesen ver por completo los rostros contrarios.

El rostro de Hyunjin, en ese mismo momento era algo que a Seungmin le maravillaba. La forma en que esos rulos caían por su frente, casi llegando a la altura de sus ojos, tan risueños y entrecerrados, brillantes, mirándoles con algo que Seungmin no supo nombrar, pero que le calentó el estómago de manera inexplicable y le puso sumamente nervioso encima de las piernas de Hyunjin. Se encogió en su lugar, ocultándose un poco entre sus hombros antes de sonreír con timidez y dejar que sus manos viajaran hasta llegar a las de Hyunjin. Pasó las yemas de sus dedos por las palmas contrarias, sintiendo pequeñas durezas -Seungmin intuyó que eran por la motocicleta y el hecho de que Hyunjin no utilizaba guantes-.

Bajando la mirada, presionó sus pulgares en aquellas zonas, masajeando las manos del mayor hasta terminar entrelazándolas suavemente, sintiendo pequeñas caricias de los dedos de Hyunjin en el dorso de sus pequeñas manos.

Sintió a Kkami removerse cuando se inclinó lo suficiente como para que Hyunjin y él rozaran narices. Seungmin aspiró el pesado aire de Hyunjin, tan varonil, su aliento a menta chocando en su rostro agradablemente.

Se estaba derritiendo nuevamente contra él.

—Minnie. —Susurró el mayor, intentando no romper la pequeña atmósfera amorosa que habían creado con tan solo unos roces.— Te quiero.

Seungmin se descompuso, no era la primera vez que Hyunjin le decía que le quería, pero seguía teniendo el mismo efecto de la primera vez. Su sistema y raciocinio dejaba de funcionar, y quería tanto apegarse al chico, quería tanto sostener aquel rostro entre sus manos y besarle hasta cansarle.

Hyunjin era definitivamente el punto débil, el talón de Aquiles, la fibra sensible de Seungmin, y eso de alguna forma le encantaba tanto que quería permanecer de esa forma cuanto pudiera.

Seungmin volvió a sonreír quedamente.— Yo también, Hyunjin hyung.

*****

Días después, Seungmin se encontraba bromeando con Hyunjin sobre la barra de la cafetería, con solo una pareja dentro de esta misma que conversaba animadamente cerca de la puerta de entrada, ellos dos se encontraban en su propia burbuja cariñosa. Los dos llenos de pequeñas risillas, inclinados sobre la barra para estar uno más cerca del otro, con ambos ojos admirándose con una ternura casi inquebrantable, y sus dedos jugueteando entre ellos, acariciándose, entrelazándose, dándose pequeños apretones cariñosos.

Seungmin tenía muchas cosas que decir al sentir la cercanía de Hyunjin hacia su cuerpo, pero a la vez lo sentía tan innecesario, ya que con sus pequeños roces, gimoteos y sonrisas parecía entender a la perfección lo que le intentaba transmitir el rubio, y esperaba que sucediera lo mismo de su parte.

Su estómago se encontraba tan cálido, una sensación tan agradable, tal como tomar un chocolate caliente cuando tenes frío en invierno, o arrimarse cerca de una chimenea cuando nevaba afuera.

Hyunjin le hacía experimentar tantas cosas banales con su presencia, que cada día estaba más impresionado y curioso sobre lo nuevo que iba a sentir.

—¿S-seungmin? —Escuchó, y se despegó de su pequeña aura romántica junto a Hyunjin, algo desconcertado, para girar su cabeza a la derecha y observar como Yeji tenía la mirada fija en ellos, con los ojos abiertos, escaneándoles fijamente.

Seungmin enseguida quitó sus dedos de sobre los de Hyunjin, lo más sutilmente posible, y se enderezó apretando sus labios entre si de la barra, mirando de reojo como Hyunjin hacía lo mismo mientras miraba un punto muerto en el suelo.

Pero Seungmin notó como Yeji había puesto sus ojos en sus manos tomadas segundos antes de separarlas, y como sus ojos viajaron de él hacia Hyunjin al enderezarse y separarse como si sus manos quemaran.

Seungmin tragó saliva, sintiéndose algo temeroso al ver como la castaña no le quitaba los ojos de encima, tan oscuros que no sabía qué pensaba ella ahora mismo.— Hmmh... Hola Yeji, no sabía que habías llegado ya.

Yeji nuevamente viró sus ojos hacia Hyunjin, quien no miraba hacia el frente, sino que vagaba en instragram ociosamente viendo videos de comida vegetariana.

—Si... Acaba de empezar mi turno. —Habló, sin despegarse del rubio.

Seungmin se rascó la nuca.— Y... ¿Qué sucede?

—Nada.

Luego de aquello, y dándole una última mirada fugaz, Yeji se dio la media vuelta y se marchó hacia la cocina a paso veloz, dejándoles solos -metafóricamente- de nuevo, y con una sensación amarga en la garganta.

Ambos chicos se miraron al perder a Yeji de vista, Seungmin con las cejas algo fruncidas, sin entender mucho lo que había pasado y con un mal presentimiento y Hyunjin con una mueca de molestia y extrañeza que borró al sentir nuevamente la mano pequeña de Seungmin sobre la suya.

Dios, ambos estaba algo jodidos.

for me ☆ h.mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora