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Hyunjin realmente se había preocupado por él.

Ya que, en vez de llevarlo a cualquier local en donde no podría comer nada para no recaer por su débil estómago, le había llevado a un parque familiar, y ahora mismo estaba sentado en una manta sobre el pasto, con un recipiente con arroz blanco y un par de papas y zanahorias cocidas al vapor y con Hyunjin comiendo exactamente lo mismo.

—¿De verdad hiciste este almuerzo para mi? —Preguntó Seungmin, mirando la comida con una sonrisa enternecedora y tomando una zanahoria con los palillos.

—Si. —Suspiró Hyunjin.— Cuando supe que estabas mal del estómago, no quise arriesgarme a que algo pudiese caerte mal, pero tampoco quería que comieras nada, así que entré a mi cocina esta mañana y bueno... Esto se me ocurrió. —Se encogió de hombros, girando su cabeza hacia él y sonriéndole con los ojos cerrados.

—¿Por qué te molestaste en hacerlo? —Susurró suave, sin borrar su sonrisa y jugueteando con los últimos trocitos de papas y unos granitos de arroz.

No tuvo el valor de levantar la vista de su recipiente, estaba tan conmovido que creía que si veía frente a frente a Hyunjin no resistiría y se lanzaría a besarlo frente a todos. Y no, no quería eso, no cuando aún Hyunjin debía explicarle tantas cosas.

El silencio se prolongó entre ellos dos, Hyunjin no le contestaba la pregunta y eso ponía a Seungmin nervioso de cierta forma, por lo que antes de que cualquier cosa saliera por su bocota, se llevó lo último de comida que le quedaba a la boca, callándose a si mismo e intentando comer de la forma más lenta posible.

—Porque me gustas.

Seungmin tosió, accidentalmente escupiendo un granito de arroz hacia el césped y atorándose con el resto. Se llevó el antebrazo hacia el rostro para cubrir su boca y comenzar a toser, enseguida sus ojos lagrimeado e intentado respirar correctamente entre cada tosido.

—¡Seungmin! —Escuchó a Hyunjin exclamar, antes de sentir sus manos en su espalda para masajearle y escucharle decir no se que cosa mientras intentaba respirar normalmente.

¡LE GUSTAS LE GUSTAS LE GUSTAS!

Seungmin apenas podía procesarlo, los granitos de arroz habían ido por su vía respiratoria y su nariz estaba congestionada por el polen, por lo que se apoyó en la manta con sus manos y volvió a toser, intentando recuperar el aire mientras sentía las suaves caricias de Hyunjin en su espalda.

No era una broma, ¿Cierto? ¿De verdad le gustaba a Hyunjin?

Finalmente sintió su tráquea ser despejada luego de un par de tosidas más, pero por el estupor, seguía intentando recuperar el aire perdido entre pequeñas tosidas. Sus ojos se habían humedecidos al punto de que pequeñas gotitas de agua salada reposaban en sus manos, y sentía la cara tan roja por el esfuerzo. Pero aún así, sonrió enormemente cuando finalmente pudo concentrarse en lo que Hyunjin había dicho.

—No es broma, ¿Verdad? —Preguntó Seungmin, sentándose en sus piernas y secándose los ojos con su antebrazo, bajo la atenta mirada de Hyunjin que le miraba preocupado.

—¿Estás bien? —El castaño asintió, esperando a que respondiera a su pregunta. Hyunjin suspiró.

El rubio se rascó la nuca y fijó su mirada en un punto en el suelo, con una pequeña mueca y un leve temblor de labios que Seungmin pudo notar a pesar de tener los ojos nublados. Y lo que le decía que el chico estaba bastante nervioso.

—Claro que si, me gustas, ¿Por qué mentiría? —Hyunjin encontró sus ojos, encogiéndose de hombros y formando una sutil mueca que pretendía ser una sonrisa.— No soy esa clase de persona.

Seungmin tragó saliva, ¿Qué se suponía que debía hacer ahora? Era cierto que conocía a Hyunjin de hace apenas un mes casi, pero Seungmin sentía que el rubio había sido tan transparente con él, que no necesitaba más tiempo para conocerse. Saber que sus sentimientos si eran correspondidos -por fin aceptaba, aún con un poco de miedo, que estaba muy colado por Hyunjin- le formaba una calidez en el estómago tan agradable y placentera.

Seungmin ya había estado con chicos y chicas a sus 18 años, pero definitivamente nadie era como Hwang Hyunjin. Quizás era porque era 4 años mayor, era más adulto y maduro, y sabía como complacerlo hasta con simples mensajes. O también porque era una persona sumamente interesante e intrigante, muy diferente a como se le planteaba. Pero había algo en él, algo que le arañaba e insistía en acurrucarse entre sus brazos, ser complacido, ser amado tal y como a él le gustaba ser tratado.

Sintió la pesada mano de Hyunjin amoldarse a su mejilla, acunándola entre sus dedos y mirando aquellos ojos que demostraban una adoración genuina. Eso le gustaba a Seungmin, que Hyunjin fuera tan de piel con quien quisiera, tanto como para demostrar sus emociones a través de sus preciosos ojos.

Quiso acercarse a besarlo, tal y como la otra vez, y sabía que Hyunjin estaba a solo un instante de impulsarse con su mano libre y atacar sus labios.

Pero Seungmin necesitaba respuestas.

Se apegó al cálido contacto de la mano de Hyunjin con una pequeña sonrisa por un par de segundos, antes de separarle de su rostro suavemente y apresarla entre sus pequeños deditos. Enseguida notó la atemorizada mirada del rubio.

–Quiero... quiero que me expliques todo, antes de responderte. —Apaciguó todas las dudas de Hyunjin con suaves caricias de sus pulgares en la yema y dorso de su mano.— Por favor, no puedo entender todo este tema. —Suplicó.

Vio como la manzana de adán de Hyunjin moverse, y no pudo evitar pensar que eso era sexy, demasiado sexy. Concentrándose nuevamente en su objetivo, le vio asentir con el rostro sutilmente deformado en una mueca de angustia.

—Esto es... más o menos largo de explicar. —El rubio se pasó las manos por su tela de su jean.— Pero voy a intentar explicarte lo mejor que pueda.

Seungmin asintió, acomodándose de otra forma para acercarse inconscientemente más a Hyunjin. Y nuevamente, todas las opciones de lo que sea que le fuera a contar revolotearon de su mente.

Esta vez, con el hecho de que sí le gustaba a Hyunjin.

Hyunjin se pasó una mano por el pelo y relamió sus labios, antes de abrir la boca y decir:

—Yeji jamás fue mi novia.

Y Seungmin sintió como un cubo de agua helada le caía por la espalda.

for me ☆ h.mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora