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Seungmin soltó una risa forzada, entrecerrando los ojos y esperando a que Hyunjin le dijese que aquello que había dicho era una mentira.

Pero no pasó, Hyunjin mantuvo ese semblante relajado, con una sonrisa floja estirada en sus labios y aquellos ojos cautivadores fijos en Seungmin.

—Es... una broma, ¿no? —Seungmin ladeó la cabeza viéndose nervioso y sin saber el por qué de pronto, posó una de sus manos en su rodilla y la otra fue directo a su boca, en donde comenzó a mordisquearse el pulgar como un bebé. No podían culparlo, tenia una fijación oral bastante fuerte, todo aquello que tuviese en la mano y entrase en su boca, terminaba ahí siendo mordisqueado por sus dientes.

—No Seungmin, no es una broma. —Hyunjin suspiró, enderezándose en la manta y guardando los recipientes y envases vacíos en el bolso donde los había traído, para luego gatear la pequeña distancia que lo separaba del castaño y acomodarse cerca suyo, sonriendo tontamente al ver a Seungmin bajar la vista y pellizcar con sus dientes furiosamente su dedo pulgar.— Yeji nunca fue mi novia. —Hyunjin se rascó la nuca, viéndose algo apenado ante lo que acababa de decir.— Debo explicarte todo para que lo entiendas, así que préstame atención. —Con su mano derecha, extendió el brazo y sujetó el mentón de Seungmin para elevarlo con un pequeño empujoncito hacia arriba, y lograr que el bajito le mirase de nuevo.

—Te dije que estudiaba música, ¿cierto? —Seungmin asintió.— Bueno, mi mejor amigo estudia en la misma universidad que yo, pero en cambio, él estudia pedagogía en biología, lo mismo que Yeji. Un día, me encontré con ellos dos a la salida de la universidad, ya que Changbin estaba en un pequeño informe junto a Yeji, y es ahí donde la conocí.

Hyunjin no había quitado su mano del mentón de Seungmin, dándole pequeñas caricias mientras el menor asentía, escuchando atentamente al rubio.

—Yo noté enseguida que Yeji quedó enganchada conmigo, porque el día siguiente, ella ya tenia mi número de teléfono. —Hyunjin rio.— Hablé con ella alrededor de dos semanas, más que nada, ella me preguntaba cosas y yo le respondía, no soy bueno siguiendo conversaciones y Yeji en ese momento no era la persona más interesante del mundo.

Seungmin sonrió, negando con la cabeza. Hyunjin era alguien de muy pocas palabras a través de mensajes. Él tenia algo de suerte al ver interés de parte de Hyunjin por sus temas de conversación en kakaotalk, pero al  comienzo, fue bastante incómodo al no saber que escribirle.

—Ella un día, me dijo que tenía algo que decirme, y me citó en el centro comercial para almorzar, hace más o menos un mes. —Hyunjin rio, confundiendo a Seungmin.— Ella... ella me confesó sus sentimientos, y parecía que sabía que yo la iba a rechazar, por lo que antes de que le respondiera, ella me pidió que le diera 30 días para intentar enamorarme.

—¿Eh...? —Seungmin soltó, frunciendo el ceño y dejando la boca abierta a pesar de no hablar.— ¿Te pidió un mes completo como novio?

Hyunjin negó.— No, no, ella me pidió un mes completo para intentar enamorarme. Y yo, que no estaba interesado en nadie, me dije "¿Por qué no? Es bonita y agradable", y bueno, acepté. —Hyunjin se encogió de hombros con una sonrisa.— Pero bueno, digamos que fue un mes perdido para ella, porque ya en el primer día intentando enamorarme, apareciste tu y...—Hyunjin apretó los labios y apartó la mirada de Seungmin, algo avergonzado.— Apareciste y no pude evitar pensar que eras el hombre más precioso que pude haber visto.

Seungmin pestañeó, enmudecido y cerrando la boca, comenzando a sentir sus mejillas calientes e inconscientemente apretando la tela de su remera entre sus deditos rechonchos.

¿Hyunjin no se había enamorado de Yeji, por él?

—Y si te fijaste en mi, ¿Por qué no se lo dijiste? ¿No pensaste que la ibas a ilusionar?

Hyunjin volvió a mirarle, sus rizos rebotando por el brusco movimiento en su frente y viéndose tan guapo que Seungmin volvió a apartar sus ojos.

—No soy tan malo como para que al primer día le dijese que ya no quería, al menos debía intentarlo. Y le dejé muy en claro que no se ilusionara, que yo no la trataría como mi novia y que si no me enamoraba al final de los 30 días, no íbamos a intentar nada. —Aclaró Hyunjin.— Esos 30 días terminaron hace dos, el día que te enfermaste, y le dije a Yeji que no había funcionado. Ella me rogó, claro que lo hizo, pero no puedo estar con ella cuando en mi mente solo estás tu.

Seungmin se llevó un dedo a la boca en nerviosismo, comenzando a mordisquearlo y con la mirada fija en un punto en el suelo.

— Y... ¿Por qué me ignoraste? —Seungmin no le iba a decir a Hyunjin lo mal que se sintió, no sin antes escuchar la razón del rubio.

Escuchó un suspiro.— Quería asegurarme de que no sentía nada por Yeji y que tu me gustabas, entonces, ¿Qué mejor que ver si te necesitaba y extrañaba, e intentar actuar como un novio para Yeji y confirmar mis sospechas? —Seungmin ladeó la cabeza, con una mueca y dejando caer su dedo de la boca.— Perdóname si te hice sentir mal, pero necesitaba saber si de verdad estabas tan metido en mi cabeza para intentarlo contigo. Porque no pienso dar menos que mi 100% si se trata de ti. Y dios, —Hyunjin exclamó, sacudiendo la cabeza y blanqueando los ojos de forma graciosa.— Te extrañe muchísimo.

Hyunjin se atrevió a tomar la mano de Seungmin, y el castaño se derritió porque la mano de Hyunjin era tan cálida, tan perfecta. El rubio entrelazó sus dedos y dio un pequeño apretón a la mano de Seungmin, logrando que este soltase una risita risueña y una sonrisa, porque sus manos enredadas contrastaban tan bien, se acoplaban como piezas de rompecabezas y aquel apretón Seungmin notó que estaba lleno de un cariño tan diferente al cual estaba acostumbrado.

—Aparte, lo bueno de no haber cortado esos 30 días, es que podía ir a la cafetería con la excusa de verla a ella, para verte a ti.

Seungmin lo miró incrédulo, y le dio un pequeño empujoncito con su mano libre.

—Eres muy malo.

—Claro que no lo soy, a Yeji se le olvidó un detalle importante al pedirme 30 días para enamorarme.

—¿Cual? —Preguntó curioso Seungmin.

—Que soy completamente gay, y no me gustan las mujeres. —Hyunjin volvió a reír, y Seungmin sintió un par de vibraciones en su estómago y espalda ante ese sonido. La risa de Hyunjin era tan preciosa, tierna, como su nariz se arrugaba al hacerlo y sus dientes relucientes y alineados se mostraban en una sonrisa que endulzaban la vida de Seungmin.

Seungmin volvió a sonreír, y se acomodó al lado del rubio para apoyar su cabeza en el hombro de este mismo y acurrucarse a su costado, sin soltar su mano y sintiéndose tan bien, tan afortunado, que todo su dolor físico desapareció, todas las dudas que tuvo durante esos días se esfumaron de su cabeza al sentir el pequeño besito que Hyunjin dejó en su cabello.

—Entonces... luego de que te contara todo esto y te dijera que estoy colado por ti desde la primera vez que te vi.. supongo que me quieres, ¿No? —Preguntó temeroso Hyunjin.

Seungmin se quedó en silencio, simulando estarlo pensando y rodando los ojos hacia arriba solo para molestar y desesperar a Hyunjin al no decirle nada. ¿Qué si lo quería? Mucho, tal vez demasiado para lo poco que se llevaban conociendo, pero a Seungmin no le importaba en lo más mínimo, era la primera vez en sus 18 años que sentía algo así por alguien, y no iba a dejarlo pasar como cualquier otro. Vio de reojo como Hyunjin lo quedó mirando con una cara de terror que le dio risa, descolocando al el rubio pudo atemorizarse más.

Seungmin se separó un poco de Hyunjin para mirarle con una sonrisa abierta, y asintió lentamente, viendo como el rostro de Hyunjin pasaba de tener una mueca de terror a una de alivio en milésimas de segundos.

—Si, puede ser. —Susurró Seungmin.

for me ☆ h.mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora