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Seungmin bajó la mirada al suelo, aún completamente rojo mientras sentía el pulgar de Hyunjin acariciarle el dorso de la mano mientras las mantenían entrelazadas, intentando transmitirle paz en ese momento.

—Mamá, te presento a Seungmin. —Habló Hyunjin, rascándose la nuca algo nervioso bajo la atenta mirada de los ojos oscuros de su madre.— Es... todavía no es mi novio, pero lo será. —Seungmin sintió su estómago removerse ante eso, la seguridad con la que lo había dicho el mayor lo había puesto más nervioso de lo que estaba.

No escuchó nada de parte de la señora Hwang, y tampoco le quiso mirar. En cambio, sintió como caminaba hasta quedar frente a él, parecía ser un poco más bajita que él. Y como de pronto se agachó lo suficiente como para ver su rostro escondido.

—Hola corazón, ¿puedes mostrarme bien tu rostro? —Preguntó, ladeando la cabeza y con una sonrisa tan cálida como la de Hyunjin, Seungmin ya sabía de donde había sacado aquella sonrisa el mayor.

Asintió tragando saliva, levantando la cabeza mientras se mordía el labio y logrando ver mejor a la mujer frente a él. Era un par de centímetros más baja de él, de ojos pequeños y la misma sonrisa y nariz de Hyunjin, su cabello negro le llegaba a la cintura y era naturalmente gordita que le dio ternura, y por detrás del hombro de la señora Hwang, notó como Changbin lo escaneaba rápidamente y luego asentía con una sonrisa a Hyunjin.

—¡Pero si eres tan lindo! —De pronto, Seungmin se vio apretado entre los brazos de su futura suegra con fuerza, soltó un quejido mientras sus ojos se abrían sorprendidos y solamente se dejaba hacer por la extraña fuerza de la señora, miró a Hyunjin con algo de pánico y este solo pudo reír mientras le soltaba la mano y se encogía de hombros. Aspiró aire que le faltaba al sentir como era soltado, pero volvió a sobresaltarse al sentir esas pequeñitas manos sujetarle el rostro.— Ya veo por qué Hyunjin está tan enamorado, ¡Si eres una cosita tan tierna! —Seungmin soltó una risa nerviosa y miró a Hyunjin con pánico de nuevo, dándose cuenta que estaba sonrojado y Changbin se burlaba de él.

—Mamá... lo estás asustando. —Dijo, separándolo suavemente de su madre y refugiándolo en sus brazos, Seungmin se dejó hacer, ronroneando sin querer al apoyar su cabeza en el hombro de Hyunjin.

Su madre bufó divertida.— Te lo tenías bien escondido, Hyunjin, pero bueno, con solo verle la carita lo apruebo. —Levantó las cejas, antes de darse vuelta y tomar una bolsa que llevaba Changbin en la mano.— Ni se te ocurra lastimar a Seungmin, Hyunjin... Y por si acaso, solo vine a ver como estaba mi hijo y dejarle algo de comida ya que este no se digna ni a llamarme. —Le apuntó acusatoriamente, antes de entrar a la cocina seguida de Changbin y dejándolos a ambos solos de nuevo.

Seungmin miró extrañado a Hyunjin, aún sin entender muy bien qué había pasado, y Hyunjin solo pudo soltar otra de sus risitas agudas y encogerse de hombros.

Al menos, Seungmin se sentía más aliviado al saber que no había causado una tan mala impresión.

La señora Hwang realmente era tan alegre y cálida que le estaba mareando un poco, le había preguntando un par de cosas con entusiasmo y había quedado maravillada con su persona. Changbin conversaba con Hyunjin en la mesa de la cocina mientras Seungmin escuchaba un par de historias de la señora Hwang con Hyunjin de pequeño.

—¡Hyunjin pegaba sus dibujos hasta en la taza del inodoro! Un día fue mi jefe a una cena y Hyunjin justo había pegado a la tapa un dibujo de un perro descuartizado, ¡Y ni hablar del debajo de la mesa! Tenía hasta las cartas para sus amiguitas de primaria ahí abajo. —Seungmin rió al escuchar eso, la señora Hwang lo contaba con una gracia innata que solamente escucharla le hacía sonreír. Hyunjin se quejó al escucharla contarle aquello al castaño, pero esta lo ignoró.— Dios, Seungmin, eres tan adorable. Créeme que no creería que tienes más de 17 si no hubiese visto aquello al llegar. —Seungmin se sonrojó ante eso.— ¿Cuántos años tienes? ¿21? —Preguntó mientras revolvía una olla con sopa.

Seungmin miró a Hyunjin nervioso, y este hizo una mueca de miedo hacia él.— Em... cumplí 18 hace 4 meses. —soltó, algo bajito.

La señora Hwang asintió con una sonrisa, antes de girarse hacia él y mirarle impresionada, Seungmin intentó sonreír, saliéndole más una mueca, y la señora Hwang se giró a su hijo, viéndole apretar los labios mientras pestañeaba.

—Hwang Hyunjin no me jodas que estás saliendo con alguien 4 años menor que tu. —Susurró.

Hyunjin solamente pudo apretar los dientes mientras la veía y musitar: —¿Perdón?

Y bueno, el paño de cocina que estaba colgado en la manija del horno ahora había azotado la cabeza de Hyunjin con un golpe seco.

*****

Cuando Hyunjin cerró la puerta de entrada luego de haber despedido a su madre y a Changbin, fue que soltó todo el aire retenido que tenía, escuchando la burbujeante risa de Seungmin detrás suyo, quien estaba sentado en la mesa del comedor. Hyunjin se giró, serio y con una ceja alzada, caminando hacia él suavemente y abrazándolo mientras se colgaba entre sus piernas.

—¿De que te ríes? —Preguntó, sintiendo los dedos de Seungmin peinar su cabello.

—Tu mamá es rara, pero al menos no le caí mal. —Festejó, logrando que Hyunjin virase los ojos divertido mientras negaba con la cabeza y le acariciaba la cintura.

—Mmm, si lo es, pero te aceptó bastante rápido, por eso estoy feliz. —Hyunjin hablaba como si realmente estuviesen en una relación -y no estaba lejos de serlo-, por lo que Seungmin negó con la cabeza mientras un bostezo salía de su boca, se sentía cansado, había tenido demasiadas emociones por el día y solo quería dormir apegado a Hyunjin y al pequeño Kkami en la cama de este.

Se estiró un poquito, lo suficiente como para impulsarse y aterrizar en el suelo sin que ese toque en su cintura se fuese. Le tocó la nariz a Hyunjin, con los ojos algo entrecerrados.

—Tengo sueño, ¿puedo ir a tu cama? —Preguntó bajito.

Hyunjin asintió, acariciando una de sus orejas cariñosamente mientras le miraba como si fuese lo más bonito de su vida.

—Claro que puedes, yo voy a lavar la poca vajilla que queda y voy contigo, ¿Está bien, Minnie? —El castaño asintió contento, besando suavemente al contrario en los labios, sin ninguna otra intención de por medio y solamente moviendo sus belfos contra los otros.

Cuando se separaron, Hyunjin lo dejó ir a su habitación, y él se fue por el pasillo refregando sus ojitos e imaginando a Kkami acostado en la cama, esperándolo. Y cuando estaba girando el pomo de la habitación del rubio, escuchó un jadeo de la cocina, antes de que las pisadas de Hyunjin se escuchasen por todo el departamento.

Pero bueno, él ya había abierto la puerta, y Seungmin se dio cuenta de que todavía eran suficientes emociones por el día.

for me ☆ h.mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora