Todo comenzó con esa muerte.
Tres chicos comienzan a ser acosados mediante mensajes, después de la muerte de Emma Musk todo se derrumbó.
Ellos tres pensaron que eran los únicos que estaban siendo vigilados por esa persona, sin embargo Lucía Willia...
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—— NARRADOR OMNISCIENTE.
Un coche se estacionó justo en la entrada de la escuela, dos hermanos estaban ahí dentro, una miraba con fastidio la entrada de la escuela y el otro le hablaba sobre la importancia de estudiar.
— Debes entrar. — habló el hermano mayor.
— No quiero.
— Vamos Liz, este año harás amigos, ya lo verás. — agarró la mochila de su hermana y se la dio. —Toma, vendré por ti en la salida.
La chica abrió la puerta del coche y salió, caminó hacia la puerta de la entrada y entró lentamente.
La gente estaba muy amontonada en los casilleros, por dentro ella se agradeció por haberle tocado un casillero lejos de la puerta principal, así que con calma caminó por los pasillos hasta alejarse del bullicio de gente.
Su primera clase era ciencias sociales, no iba a entrar ya que la primera semana por ley solo eran presentaciones entre los maestros y sus compañeros, no tenía ganas de conocer nueva gente.
Así que tomó con fuerza su mochila y caminó hacia él ya conocido campo de entrenamiento, al salir, se sintió tranquila, sin nada de gente, caminó hacia las gradas y ahí lo vio.
Un chico de cabello largo, tenía algo entre sus manos y lo jugaba, al no poder ver decidió acercarse, subió las escaleras pero estaba tan distraída que cayó frente al chico.
— Eso debió doler. — el chico la miró y le tendió la mano, sin embargo Liz lo rechazó.
— ¿Qué es eso? — Liz señaló el objeto cuadrado y de varios colores que estaba en la mano del chico.
— Es un cubo, tengo que hacer que todas las caras estén del mismo color. — la miró. — ¿Quieres intentarlo? — se lo extendió.
— No, gracias. — se sentó a su lado. — ¿No deberías estar en clases?
