Pov.narrador/ra
Un nuevo día había llegado, y con él una nueva oportunidad para poder conquistar al chico noruego.
Eso era lo ue pensaba cierto británico de cuencas negras quien se había levantado temprano aquel día para así hacerle un desayuno "especial" al de cuernos, este consistía en el clásico desayuno americano; huevos revueltos, pan tostado, salchichas picadas, las infaltables tiras de tocino frito y un jugo de naranja.
Tom miro maravillado su obra de arte, sin dudas le había quedado magnífico ¡y solo quemó tres tostadas antes de que le quedaran bien! Eso era bueno... ¿no?.
Bueno, dejando aquello de lado, coloco el desayuno del noruego en una bandeja la cual pidió "prestada" de la colección de cubiertos de plata y porcelana que poseía Matt. Ya con aquello listo, se dispuso a ir hacia la habitación del de cuernos, al llegar a esta toco tres veces la puerta y luego espero, sin embargo nadie le respondió, volvió a tocar y nuevamente espero, pero igual, nadie respondía.
—tal vez sigue dormido.
Se dijo a si mismo para luego soltar un pesado suspiro, ignorando el derecho a la privacidad ajena, Tom abrió la puerta de la habitación y entro esta sin el consentimiento de Tord, camino con cuidado de no hacer ruido y se acercó a la cama del durmiente chico, ya ahí, le miro atento, admirando lo lindo que el chico se veía dormido, con la boca abierta y con saliva cayendo de esta, se aguantó una carcajada, con algo de dificultad sacó de teléfono del bolsillo de su pantalón, era la oportunidad perfecta para así cambiar su fondo de pantallas por lo que lo la perdería.
—ey bello durmiente, arriba.
Le llamo una vez y había terminado de tomar la foto y ponerla de fondo de su teléfono, el noruego gruño leve para luego darse la vuelta y taparse con su cobija.
—cinco minutos más.
Soltó bajito, el chico parecía cansado, quizás se había quedado despierto toda la noche leyendo sus mangas hentai, bueno, realmente no le sorprendía esa clase de cosas, después de todo, era algo típico de Tord.
—oh, bien, supongo que le daré tu tocino a Ringo entonces, descansa Commie.
Y como si fuera un resorte, Tord se acomodó sentándose rápidamente en la cama, Tom se carcajeo ante esto, sabía que funcionaría, Tord nunca pudo resistirse al tocino y realmente dudaba si alguna vez lo fuera a hacer.
—buen día Tord, hice esto especialmente para ti.— le dio la bandeja con la comida al aún adormilado chico —espero y te guste.
El noruego quien aun se veía con sueño, miro atentamente la comida, un bostezo escapó de su boca, se refrego los ojos con sus manos para que así "quitarse" el sueño que aún tenía.
—¿le echaste veneno o algo?.— se ánimo a preguntar una vez y se sintió más despierto —si es así, créeme que me encantaría morir por algo que se ve tan bien.
Halago con una pequeña sonrisa, tomo el tenedor que venia en la bandeja y se dispuso a comer sin embargo se detuvo antes de siquiera dar el primer bocado, Tom le miro extrañado.
¿que pasaba?.
¿Acaso en verdad pensaba que había envenenado la comida?.
¿Esta no se veía lo suficientemente buena?.
¿Por qué no quería comer?.
—joder, me apesta la boca— se quejó el cornudo dejando la bandeja a un lado y levantándose de la cama, el chico no planeaba comer hasta que no se cepillara los dientes.
El sin ojos se quedó en el mismo lugar analizando las palabras del contrario, vaya que le había asustado, soltó un pesado suspiro, miro por donde el noruego se había ido para luego mirar a la maneja de comida, su estómago había comenzado a sonar, el pobre había olvidado prepararse un desayuno propio por lo que el hambre se hacía presente en él, lo único que había comido en aquella mañana habían sido las tres tostadas quemadas con un café.
El chico estaba dispuesto a irse a la cocina s prepararse algo decente que comer, seguro a Tord ni siquiera le importaría si se iba o no, es más, capaz y le parecía mejor, es decir, a nadie le gustaría que le vieran mientras comen ¿no?.
Y así, nuestro querido testigo de jehová salió de la habitación del comunista, el también tenía hambre y quería desayunar tranquilo.
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Tord había salido del baño y regresó a su habitación, en su rostro había aparecido una expresión de sorpresa y confusión al no ver al sin ojos, el pensó que le esperaría o algo.
El chico se sentó en la cama y tomó la bandeja dejándola así en sus piernas, agarró el tenedor y finalmente comenzó a comer el desayuno que el británico había preparado para él.
Delicioso.
Aquella palabra no era suficiente para describir lo que estaba comiendo, estaba bueno, muy bueno, incluso se atrevía a decir que era mejor que lo que solía cocinar Edd. El pan estaba algo quemado, eso no podía negarlo, pero lo demás, por dios, estaba espléndido, el huevo estaba amarillo y suave, la salchichas estaban cortadas en forma de pulpo lo cual le pareció bastante tierno... pero una ternura por lo infantil que parecía no por otra cosa, claro; el jugo de naranja estaba dulce, lo suficiente como para que lo ácido no molestara y el tocino, oh, el delicioso tocino parecía estar mucho más sabroso que nunca.
Ahora se lamentaba por haber querido echar al testigo de jehová cuando que despertó temprano.
—ok, s-supongo que esto le da unos cuantos puntos a su favor.
Comento con un pequeño sonrojo en su rostro recordando el trato que habían hecho, lo odiaba, pero Tom cocinaba rico y eso a alguien tan glotón como el sin dudas lo conquistaria.
Continuará...
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¡Diez días para enamorarte! (Terminada)
Fanfic-ámame... -¡Joder para con eso! ¡no soy gay!. -pero me besaste. -¡no confundas las cosas! f-fue un accidente, ¡me tropecé!. -Tord... -basta, si vuelves a decir algo, yo... ¡te golpeare!. -Tord por favor, solo dame un chance, una oportunidad, no te p...