『 𝚇 』

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X.

Si no hubiese visto a Ada tan alterada, la habría tomado a broma, una broma absurda y cargante que empezaba a no tener ninguna gracia.   

—Es para hoy... —volvió a insistir y me tomó de la muñeca para empujarme adentro de mi propio dormitorio.  

Cerró la puerta y de nuevo fue a vigilar por la ventana, y yo de nuevo me quedé atontada. ¿Pretendía que me cambiase frente a ella? Carraspeé incómoda y traté de imponer algo de respeto.

—Me vendría... Me vendría bien algo de privacidad.

—Y a mí me vendría bien un millón de dólares. ¡Apresúrate!

—Bien, bien... pero no mires... —Me di por sometida y Ada se rio de mi pudor.  

—No prometo nada, linda —respondió, y aunque sonó a un chiste, he de reconocer que sus palabras me inquietaron.   

Habrían sido más propias de Leon, incluso de mi hermano, pero no de ella. ¿Acaso estaba coqueteándome? "Lo que me faltaba...", lamenté, pero en realidad no me molestaba la idea. Igual me vestí cuidándome mucho de no cometer un acto de exhibicionismo. No quería que comparara mi figura de chica normal con su lindo y firme cuerpo de supermodelo.

—Quiero saber qué está pasando —exigí. 

—Ya dije que te lo diré luego. Tú solo haz lo que te digo.

Todo el mundo parecía saber qué hacer conmigo excepto yo misma. Sin embargo, a pesar de que la aventura y el riesgo me atraían como a un niño un caramelo, pensé que no estaría de más empezar a ser dueña de mi vida de una maldita vez por todas.      

—Pongamos algo en claro, linda: hoy es el día de Yo no confío en nadie y menos en ti, así que, o me dices qué diablos te traes entre manos o te largas de mi departamento.    

Ada suspiró hondamente antes de hablar.  

—Bien... No debí haberte dado ese chip, ¿de acuerdo? Hay gente muy peligrosa queriendo recuperarlo.

—¿Es por el chip? Pues ya no lo tengo...   
 
—¡¿Ya no lo tienes?! —replicó Ada muy sorprendida.  

—No, y creí que lo sabías. Mi hermano y Leon llegaron a arrebatármelo cinco minutos después de que te fuiste.   

—Vaya... Eso explica muchas cosas, pero... mejor así...  

—¿Qué cosas? ¿Qué es mejor?

𝙴𝚕 𝙸𝚗𝚌𝚎𝚗𝚍𝚒𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝙿𝚛𝚘𝚟𝚘𝚌𝚊𝚜𝚝𝚎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora