CAPÍTULO 39 / Atlas

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Será que, si le hago el amor lo suficiente a Maxim, ¿podré dejarla embarazada?

Digo, sé que toma anticonceptivos, pero vamos, que es bien sabido que todos los métodos tienen un margen de error mínimo. Así que no pierdo la esperanza de que podamos ser uno de ellos. De allí la loca idea de no perder oportunidad de llenarla con mi semilla.

Lo sé, es una locura, sin embargo, tener un bebé con ella sería algo maravilloso. He visto lo bien que trata a Noah, así que sin dudas sería una madre extraordinaria.

«– Maxim, mi mujer, la madre de mis hijos – lo digo en mi cabeza y suena jodidamente bien.»

Y no es que piense, que embarazarla es la excusa perfecta para que se quede a mi lado, pero sería un mentiroso si dijera que la idea no ha cruzado por mi cabeza. Como sea, tener un hijo con ella me haría inmensamente feliz.

– Mierda, Archer, ¿puedes decirme qué es eso que te tiene por las nubes? – me pregunta Scott al ignorarlo por tercera vez en la reunión donde solo estamos él y yo.

– Solo estoy pensando en Noah – miento completamente. – Se está recuperando de un resfriado y me preocupa que no se encuentre bien.

– Ah sí, me dijiste que pasó con ustedes el fin de semana, ¿cierto?

– Sí, Maxim y yo lo llevamos a la escuela esta mañana.

– ¿Y por qué no lo llevaste al médico si viste que no estaba mejorando? – suelta mi amigo preocupado.

– No, no, él está mucho mejor. Es solo, que... ya sabes, soy primerizo en esto de hacerme cargo de alguien y eso me tiene preocupado – suelto la excusa más creíble de la que soy capaz.

– Bueno, eso es excelente. Habla muy bien de ti el que hayas cuidado a tu sobrino cuando nadie más podía hacerlo. Puntos a su favor, señor Archer – me felicita.

– Y ya que sacas el tema, ¿cómo va lo de la solicitud de custodia?

– No debe tardar en llegarle la notificación a los Preston, una vez estén enterados nos citarán para la reunión inicial. Quizás falte más de un mes para eso – me explica.

– Bien, Maxim y yo debemos prepararnos, sé que a Olivia no le hará nada de gracia que intente quitarle la custodia de su nieto. Es capaz de intentar cualquier cosa, de eso estoy seguro.

– Coincido, solo te pido que actúes con la cabeza fría cada vez que la veas o hables con ella, mira que puede aprovechar cada paso en falso para hacerte quedar mal. Así que sé inteligente.

– Eso haré – prometo.

– ¿Y qué tal vas con tu esposa? – me pregunta como si nada.

– ¿Por qué lo dices?

– No sé, parece que se han adaptado perfectamente a su papel de la pareja perfecta. Toda la oficina se la pasa comentando lo enamorados que se ven – se encoge de hombros.

– ¿Y no se supone que eso debemos hacer? ¿Que nuestro matrimonio se va de lo más creíble? – le digo evitando su mirada mientras reviso el expediente que tengo en las manos.

– Sí, es solo que pensé que quizás estaba pasando algo que no me estás contando.

– Lo que pasa es que Maxim y yo nos hemos convertido en buenos amigos, nos tenemos confianza y eso ayuda mucho a nuestra actuación – le digo y como no es de todo falso, Scott se creé todo.

– Excelente, pues sigan así, están haciendo un buen trabajo – me felicita.

Y es que, no es que no confíe en Bradley, al contrario, es mi mejor amigo, pero además de eso es mi socio y mi abogado. Sé que, como mi mejor amigo me animaría sin dudarlo a buscar mi felicidad con Max. Sin embargo, como mi socio y mi abogado, se vería obligado a pedirme que me apegara al contrato y siguiera con el plan sin dejar que mis sentimientos interfieran.

Si te quedas conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora