Tu, mi pecado capital

Como niños.

Los días siguieron su curso y con ellos Rin a regañadientes volvió a retomar sus clases. Era una muy buena alumna por lo que no le sería difícil, lo que le preocupaba era la relación con sesshomaru. Ya no le hablaba como antes, le evitaba como si fuera la peste, la ignoraba todo el tiempo y mantenía su distancia de ella lo que le traía mal sabor de boca.

Rin estaba muy triste por la ley de hielo a la que estaba siendo sometida, por culpa de su arrebato había perdido la única persona que le había ayudado a superar un poco la muerte de sus padres. Sin tan solo no hubiera sido tan impulsiva el seguiría hablándole con cariño, sonriéndole o llevándola a lugares que a ambos le agradaban. Había intentado todo para llamar su atención, pero cada vez fallaba miserablemente.

1- Le había preparado un desayuno.

Esa mañana se había levantado con las gallinas. Por lo general sesshomaru se encargaba de preparar el desayuno, pero en esa ocasión y a manera de disculpas, Rin se decidió a hacer algo especial para el. Tenía clases más adelante y posiblemente tendría que irse en el autobús escolar por lo que preparó sus pertenencias para estar lista en caso de que se le hiciera tarde y tuviera que salir corriendo.

Opto por algo sencillo, rico y tradicional, pero delicioso. Oky, no sabia cocinar, eso estába claro, pero un día se aprendía y a lo mejor, ese era uno de sus muchos talentos. Se puso manos a la obra y se dispuso a la preparación de "el Asa Teishoku" Que consistía en; arroz, sopa de miso, tsukemono encurtido japonés de verduras pescados y huevos.

Algunas cosas le dieron un poco de dificultad y por poco manchaba su uniforme a pesar que llevaba puesto un enorme delantal color azul marino. Manos por aquí, manos por alla, parecía una especie de trompo dando vueltas en la cocina esparciendo desastre por todos lados.

Suspiró de alivio cuando por fin pudo terminar su obra de arte y la observó con orgullo sobre el comedor mientras se limpiaba los restos de comida de el delantal. Se veía bastante apetecible o al menos como se veia en el libro de recetas que estaba sobre el gabinete.

━ Seguro que después de esto, sesshomaru dejará de ignorarme y me pedirá que cocine siempre para el__ sonriendo para si, tomó un poco y lo guardo en su cochera para comerlo en el recreo. Miró su reloj y notó con horror que el autobús estaba por pasar, se colocó la mochila en su hombro, tomó la lonchera y patica pa que te tengo, volar, volar, volar. Ni tarde ni perezosa se echó a correr derribando el zafacon en el proceso, ya limpiaría la cocina cuando estuviera de regreso.

Esperando que a sesshomaru le gustara el desayuno, se fue a clases con una sonrisa de oreja a oreja. Sin embargo, la felicidad le duraría muy poco, las cosas no resultaron como esperaba. Resulta que cuando fue a la cafetería a comer el suyo, tuvo que verterlo todo en el bote de basura por qué lo que no estaba exsesivamente insípido, esta salado.

Quiso patearse mentalmente ¿por qué no la probó antes? Lo malo de todo, es que el profesor no salía del baño desde que vino esa mañana, incluso la misma Rin tuvo uno que otro problema estomacal, pero no tanto como el por qué solo ingirió un bocado. Sesshomaru no le reclamó nada por alguna razón y Rin se prometió que no se daría por vencida y que aprendería a cocinar.

2- Flores para sesshomaru.

Así es, como no había funcionado lo del "delicioso desayuno" se decidió por algo más simple ¿ A quien no le gustaban las rosas? No requerían preparación, solo cortarlas del hermoso jardín que rodeaba la casa y colocarlas en su habitación.

Dias después de lo del incidente del desayuno volvió a actuar. Se levantó temprano, incluso más que la última vez, se dirigió al jardín y cortó unas cuantas rosas y algunos lirios. Juntandolas todas las llevó a la habitación del hombre el cual continuaba dormido como un angelito. Rin entró de puntillas y las colocó en su almohada muy cerca de su rostro para que el pudiera inhalar la fragancia mientras dormía. Junto a estas también deslizo una nota de disculpas para el.