Rin se descubre enamorada de su profesor de Inglés sesshomaru taisho, pero el no solo será su apuesto maestro, si no que también su tutor complicando más la situación. ¿Tendrá sentimientos recíprocos? ¿Que pasará cuando Rin se le declare? ¿confundir...
Holis ¿cómo estamos por aquí? Espero que bien, les escribo desde el campo donde me encuentro jajaj Aquí no hay señal, por lo que esprobable que este capítulo lo publique en la noche. No soy muy buena escribiendo cosas de acción, pero espero que estecapítulo sea de su agrado.
He aquí una imagenpara que aprecien la vista que aprecio yo desde mi posición. Quiero agradecer a todas por su paciencia al esperar cada capítulo, es decir ¿no queda de otra no? Me imagino que dirán al leer esto ajaja pero me alegro que leshaya gustado, falta poquito para su culminación y ya vamos por 1.k lo que es bastantemotivador...😏😊🤭
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Sin más que añadir....
Llegó a su destino después de haber dejado la mitad de su preciado convertible blanco en un estrepitoso accidente por las congestionadas calles del bulevar. Accidente que el mismo había provocado por conducir con exceso de velocidad, algo de lo cual no estába acostumbrado a hacer, pero que la situación lo ameritaba. Tambien se escaqueo de los daños que posteriormente debía pagar, no por qué no pudiera hacerlo claro está, si no que no iba a perder tiempo valioso. Lo que no sabia con certeza, era si había llegado vivo o muerto. Bien podía ser su espíritu el que estuviese allí tras haber abandonado su maltrecho y moribundo cuerpo en la conmoción.
Al llegar a la vieja bodega, se sorprendió de lo arruinada que se encontraba. De hecho para ser sinceros, podría decirse que tenia unos 12 años que no la visitaba. Y fue por casualidad de la vida que en una ocacion su padre lo había llevado con el para verificar el buen funcionamiento y la mano de obra de los hombres que trabajaban en ella. Que tampoco era que acudía allí todos los días, pero la recordaba como un lugar majestuoso.
Rodeada de altos y frondosos árboles de cerezo que inundaban el enorme espacio dejando un manto de flores sobre el verde pasto que te permitían sentir que caminabas sobre una alfombra rosa pastel. Simplemente era una vista maravillosa, lo que más apreciaba de haber acompañado a su padre y que más adelante había hecho un dibujo y se lo había ofrecido a kagura.
Las paredes de la bodega estaban pintadas de color zapote y las hermosas ventanas cristalizadas en forma de arco le daban un toque magistral, a parte aquellos tejados color bermellon que si le mirabas mucho con el sol en pleno apogeo corrías el riesgo de quemar tus retinas y eventualmente terminar más ciego que una abuelita de 110 años. Más que una bodega, parecía una especia de villa de estilo medieval.
