Desesperado

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Pov kagura.

Iluminada por el fuego resplandeciente en su mirada, una mujer de ojos de arrebol caminaba por un obscuro pasillo. Su única prenda, una sonrisa que abarcaba gran parte de su rostro y un trasparente camisón que no dejaba nada a la imaginación. En sus manos sostenía dos copas con un líquido ámbar burbujeante.

Llevó a sus labios una de ellas y sorbió un trago de aquella bebida mientras hacía un sonido de placer.

Por fin, ha llegado el momento querido sesshomaru.

Murmuró abriendo la puerta de la habitación del peliplata. La habitación estaba a penas iluminada por la escasa luz de la luna que se colaba entre las cortinas de la ventana. Se acercó a la mesita de noche y colocó allí las dos copas, pero cuando se disponía a subir al lecho, notó que este estaba vacío.

Frunció el ceño preguntándose dónde podía estar, iba a acercarse al baño para verificar si estaba allí, cuando...

━¡¡ Kagura!!....

Se quedó pegada al suelo con un pie alante y otro atrás en dirección al baño. Tragando grueso, volvió a juntar sus pies y se cruzó de brazos. ¿Podía ser su imaginación? ¿por qué el la estaría llamando tan tarde de la noche? Si reconocía que se había pasado con la sustancia que vertió en su copa, lo había sedado durante muchas horas, pero estaba segura que el no se daría cuanta de nada o a menos que..

━ Kagura, MALDITA SEA, VEN AQUI.

Dejó escapar el aire contenido, las cosas le estaban saliendo demasiado bien para ser verdad, ahora debía enfrentar aquello con astucia. Pensó en recoger sus cosas y largarse, pero de ninguna manera conseguiría lo que querría asi. El problema ya estaba plantado, si se echaba para atrás el problema se agradaría aún más.

Llenando sus pulmones de aire una vez más, se dirigió hacía la fuente del sonido descubriendo que para su mala suerte, en efecto venía del cuarto de la mocosa. Desde afuera y travez de la puerta entreabierta, observó al hombre sentado sobre la cama con una mirada perdida sobre un punto inexistente en la pared.

La luz de la luna daba en lleno en su rostro y no había expresión alguna en el por lo que no supo como interpretar aquello. No traía puesto más que unos pantalones de dormir y unas pantuflas. Su larga cabellera cubría todo su fuerte torso.

━ Entra__ anunció haciéndola sobresaltar.

Kagura no supo cuanto tiempo estuvo contempladolo o en que momento el hombre se había dado cuenta de su presencia. Si embargo, el había despegado su mirada de la pared y observaba un papel entre sus manos. Terminó de empujar la puerta y se adentró en la obscura habitación.

Se acercó a la perilla y encendió la luz, cuando se dio la vuelta su mirada dio en lleno en la del peliplata quien le extendía una manta para que se cubriese. Torció los labios en desacuerdo, más alargó su mano para tomarla asegurándose de rosar sus dedos contra la blanca y fuerte mano.

Sesshomaru caminó hacía la ventana y abrió un poco más las cortinas mientras parecía estar rezando en silencio. Kagura solo lo había visto en aquella forma el día que le dijo que ya no podían seguir juntos por qué el no tendría nada para ofrecerle. Cuanto se arrepentía ahora de sus palabras, ella sabía que lo había herido.

Pov autora.

Sesshomaru respiró hondo, debía calmarse antes de empezar una conversación con la mujer, pero su paciencia estaba al borde por lo que era difícil. Observó la luna esa noche estrellada, estaba llena e irradiaba tanta luz que quemaba la retina. Se preguntó si Rin estaría observando también desde el lugar donde estuviera y quiso golpear la pared por ser tan imbecil.

Tu, mi pecado capitalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora