Capítulo 11

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Mi verdadera familia

Noviembre 2021

Me fui de vacaciones a la casa de la playa que tienen mis papás. La verdad como tenemos casa en la playa aprovechamos cada vez que se presenta la oportunidad o cuando hay día feriado o un puente como en este caso fue Día de muertos, fuimos mis hermanos más pequeños y dos de los grandes. Por si no les he dicho en mi familia somos en total de 11 hijos. Cinco arriba de mí y cinco abajo de mi. Un hijo falleció en el vientre de mi mamá a los cuatro meses. Pero lo contamos como si fuera un hermano para nosotros. Un día antes de irnos de regreso, mis papás hablaron conmigo nuevamente. Esta vez para hablar sobre la escuela y otra cosa más. Me dijeron si ya había tomado una decisión acerca de lo que quería estudiar. Les dije que todavía no estoy seguro pero si no me queda nada más volvería a estudiar comunicación, en verdad esa carrera me gusta por que te enseña bastante y tiene muchas ramas de estudio como cine, televisión, radio y periodismo. Les dije la verdad, no me quería sobre calentar de tanto estudiar y quería poner primero mi salud mental. Me dijeron que estaba bien y que me apoyaban en esto. Sentí un alivio al fin poder decirles esto y que al fin me apoyaban en algo.
— ¿Que otra cosa me iban a decir?— les pregunté a los dos para poder acabar esta conversación tan larga. Y en eso mi mamá respondió.
— Queremos pedirte que descanses los domingos de trabajar. Por qué los domingos no se trabaja y bien lo sabes—.
Mis papás como son muy acercados a la iglesia para ellos los domingos no se trabaja por qué no bien dice en la biblia, dios creo el mundo en siete días y en el séptimo descanso y ese día lo usaremos para santificarlo y dedicárselo. O cómo dice en los 10 mandamientos, santificaras las fiestas y el domingo es la fiesta del señor. Pero más que nada por qué los domingos en mi familia se reúnen y de vez en cuando salimos pero yo soy el único que no va últimamente por estar trabajando, en eso tienen razón.
— Está bien mamá, le dire a mi jefa cuando tenga tiempo de verla—. Sandy en ese entonces también estaba de vacaciones y no volvía hasta la siguiente semana. Le quería decir yo en persona por que si le digo a la gerente encargada me iba a decir lo mismo, hasta que volviera Sandy.
De camino a casa hicimos una parada para comprar recuerdos y echar gasolina al carro. Mientras esperábamos a que se terminar de llenar el tanque baje a una tienda de recuerdos muy cerca de la gasolinera. Tome mi billetera y fui directo al puesto de recuerdos. Había muchas cosas de variedad, pulseras, collares, conchas de mar, estrellas de mar, botellas de vidrio con un barco adentro y entre muchas cosas. Me llamo tanto la atención un collar que era como un frasco y adentro tenía arena de color azul y mini conchas de mar y un mini papel enrollado. Me pareció tan bonito que enseguida lo compré. Se lo quería regalar a Brian. Claro, tenía nervios por su reacción al dárselo. ¿Qué tal si me rechaza el regalo y me dice algo? O ¿qué tal si solo me dice gracias, pero no me regales cosas, solo somos amigos recuerdas? Por qué, seamos realistas. Si un chico gay le regala algo a un chico heterosexual sé mal interpreta las cosas. Los hombres heterosexuales piensas que si un gay les habla solo por hablar, de inmediato se escandalizan por qué piensas que no los queremos coger o besar o ser novios. Por favor, los gays tenemos estándares y no nos metemos con cualquier hetero machito. Al menos yo. En seguida tome el collar y lo pague. Mañana lunes iba a ver a Brian. Por suerte como "estaba libre" por darme de baja ya no tenía nada que hacer y tenía suficiente tiempo libre, así que mis horarios de trabajo estaban ya en las mañanas y tenía más días para ver a Brian, ya no solo cuando yo entraba y él salía. Ahora puedo platicar más con el.
Al día siguiente en el trabajo lo vi. Quería dárselo cuando él estaba en su hora de descanso o cuando ya se iba a ir. Pero no tanto se lo quería dar si se iba por que solo me diría "muchas gracias por el detalle" y no tendríamos mucho tiempo que platicar que digamos. Por suerte en su hora de descanso llegue y no había nadie más acompañándolo. Solo él y yo. Saque el collar de mi mochila y justamente cuando llegue, su hora ya se había acabado. Estaba recogiendo sus cosas y guardando su teléfono. En el lugar que estábamos los dos era en el cuarto de empleado. Es muy chiquito con una mesa para cuatro personas y una mesa para dos personas. Su mochila la tenía en una silla de la mesa para cuatro, él estaba guardando su celular y sus AirPods. Tenía muchos nervios, el corazón me latía demasiado y las manos me empezaron a sudar.
—Brian, ¿ya de nuevo a sufrir con clientes?
— Ya bro, a chingarle al trabajo—. Nos quedamos como dos segundos en silencio. Tenía mis manos hacia atrás de mi espalda y el collar en mano. Sentía que las palabras no me podían salir de la boca.
— Oye antes de que te vayas quería darte un regalo que te compré en la playa
— ¿En serio?—. Sus ojos se abrieron de emoción y me regalo una sonrisa. Parecía sonrojado, solo que con el cubrebocas no se puede ver si está sonrojado o no.
— Es un collar, espero lo uses. Te lo compré por que pensé mucho en ti en la playa—. ¿Acaso acabo de decir que pensé en él todos los cuatro días en la playa? Me va a tachar de acosador obsesionado. Bueno, técnicamente me estaba obsesionando de él. Maldición. Jure por mi vida que no volvería a enamorarme después de lo que me hizo Rubén. Maldición. Maldición. Maldición.
— Está muy bonito Moy, gracias
— De nada jugador estrella— le empecé a llamar así después de los partidos por haber metido el gol ganador.
Después de darle el regalo, como agradecimiento me iba a dar la mano y y yo la mía para chocarlas. Pero al contrario. Jalo de mi mano y me abrazo. Yo no lo podía creer lo que me estaba sucediendo. Le devolví el abrazo y nos quedamos abrazados como por diez segundos. Su abrazo era diferente a las demás personas. Con su perfume que me encanta, Dios me iba a desmayar de la emoción. Nunca antes me había sentido así por alguien, atraído y enamorado por completo. Me enamore de Brian. Perdí la cabeza por Brian. No me interesaba nadie más que solo Brian. Solo que, todavía no le iba a decir que me gusta completamente, sabia que se me hacía guapo más no que me gustaba realmente.
— Gracias en serio, lo voy a guardar, ¿Ya te fuiste a comer?
— No, de hecho mi hora de descanso empieza justo cuando regresarás—. Y aparte se interesa si ya comiste o si estás bien. Puede sonar como si me estuviera haciendo ilusiones pero, me sentía atraído hacia él. Brian cumple con todas mis expectativas. Atento, amable, cuidadoso y muy listo. ¿Parece ser ya haber encontrado al amor de mi vida? ¿O solo esto era parte de mi imaginación? Parece haber encontrado a mi tipo de hombre, mi sueño en carne y hueso. Un chico tonto se enamoro de un chico listo. Que tonto soy y qué listo y guapo es él. Dos cuerpos, un alma. Al menos eso sentía yo. Era feliz. Fui feliz ese día.
Pasaron los días y Sandy no regresaba de sus vacaciones, le pregunté a la gerente a cargo cuando regresaba Sandy de sus vacaciones y me respondió que hasta el próximo mes, ya solo faltaba 4 semanas para acabar noviembre pero todavía faltaba mucho. —Diablos, ¿cómo les voy a decir a mis papás que todavía no descanso este domingo que viene?—. Me pregunto El domingo por la mañana mi padre estaba convencido de que yo ya había pedido los domingos de descanso, a lo cual él me dijo que vaya haciendo la comida mientras él va por mis abuelos ( sus padres)
— No puedo
— ¿Cómo que no puedes a qué te refieres?
— Es que... hoy trabajo, entro a las 2
— ¡NO PUEDE SER! ¿Que no habías pedido ya los domingos de descanso?
— No por qué no está mi jefa que a ella le tengo que avisar—. Mi padre estaba molesto. Me pidió que me subiera a su auto y él me llevaba a trabajar. De seguro se viene otra plática más. Esta vez intensa.
Ya en su auto en camino a trabajar, apago la radio y hablo conmigo.
— ¿por qué no le avistaste a tu jefa por mensaje?
— por qué las cosas se piden hablando de frente y además ella le tiene que avisar a los demás gerentes en persona que yo voy a descansar los domingos y no me pongas los domingos en horarios—. Tenía las piernas juntas y mi mochila en ellas. Me pongo recto cuando se trata de mi papá y más cuando me está regañando.
— Estoy harto de que me desobedezcas, harto de tu rebeldía. Nos urge a tu mamá y a mi que te vayas de la casa para que sientas lo que es sufrir y ser independiente. Tienes un carácter de puto, dime ¿acaso eres gay?— me temblaban las piernas pero lograba ocultarlas con mi mochila, tenía miedo a que chocáramos con la velocidad que íbamos. — No papá no soy gay ¿por qué lo dices?
— ¿entonces por qué no nos presentas una novia? Todo el carácter que tienes, esa actitud y por cómo hablas
— Papá tampoco me voy a conseguir una novia en un día, todo con su tiempo
— Si, todo con su tiempo, por eso nos urge que te vayas de la casa para que vivas tu vida y libre de nosotros
— Pues si quieres me voy mañana
— ¿Quieres terminar en la calle? ¿Viviendo en la miseria? ¿eso quieres?
— No papá claro que no
— Entonces se hombrecito y compórtate como tal. Mientras vivas en mi techo harás lo que yo ordené—. Estaba muy asustado, quería llorar del coraje pero no con el, solo quería llegar rápido y bajarme a llorar en los baños. Después de dejarme en el estacionamiento, cerré la puerta del auto y me fui caminando lo más normal posible para que no me viera correr hacia los baños y que me vea llorando.
Al abrir la puerta de entrada no me fui directo al mostrados para pasarme hacia adentro al cuarto de empleados y llorar en el baño de empleados. Al contrario, me fui al baño de los clientes y me solté a llorar. Con todo lo que me dijo mi papá me llevo a pensar que soy el pero hijo que tienen. Su mayor decepción, su burla. Les salió un hijo gay. Mi propio padre me quería echar de la casa. ¿Qué clase de padre hace eso?
Quería dejar de llorar pero no podía y mi hora de entrada ya se estaba pasando, eran las 2:15
Salí del baño y por suerte ningún cliente no me vio, llegue al mostrador para pasarme y quien ma saludo fue Armando.
— Qué onda—. No respondí y en eso se asoma Brian y otras dos personas para ver a quien estaba saludando Armando. Tenía los ojos rojos y solo me pase al cuarto de empleados con la cabeza abajó. Estaba Kari en su hora de descanso pero no logro ver mis ojos.
— Hola Kari— le hablé con una voz fingida, una voz que finges para que no te vean llorar — hola Moy—. Dejo mi mochila en la una silla y estaba mirando hacia la pared para que no notara mis ojos llorosos. En eso llega una gerente, su nombre es Karla, la única que vio que me pase llorando con la cabeza abajó.
— ¿que tienes? Si vi que llegaste y no saludaste como lo sueles hacer
— Ya no aguantó Karla, no aguantó más a mis papás, no soporto estar ni un minuto más con ellos—. Me abrazo mientras yo soltaba un mar de lagrimas en su hombro.
— Tranquilo, recuerda que aquí tienes a tu familia si tus papás no te aceptan— se para Kari de su asiento — aquí somos tu familia— me dice.
Llegaron los demás a abrazarme y decirme que todo estaría bien, Armando, Brian, Armando Alejandro y Erick. Me sentí a salvo con ellos. Me sentí en casa. Sentí una verdadera familia con ellos.
— No solo somos compañeros de trabajo, somos tu verdadera familia— dice Armando Alejandro — ¡somos una McFamilia!— dice con entusiasmo José Armando.
En mi hora de descanso, Kari escribió en la caja de mi hamburguesa un mensaje que decía "TQM <3 no está solo bebé, estoy contigo. Sonríe. Todo va a estar bien.
Me sentí aliviado. No me quería ir de aquí. Esta es mi verdadera familia. Mis amigos son mi familia.

La noche que te fuiste Donde viven las historias. Descúbrelo ahora