La despedida

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Este es uno de mis temas más sensibles en hablar para mi. Pero es uno de los cuales me hacen aprender cada día y a valorar lo que tengo ahora.

Quiero hablar del día en me tuve que ir de McDonald's.

Nunca creí que un trabajo lo era todo para mi.
Una inseguridad mía es terminar con algo y dejarlo todo sin dejar explicaciones. Comenzar de cero es algo que me cuesta mucho.

Tuve que dejar de trabajar por problemas familiares. Mis padres decidieron que me saliera de trabajar, pues simplemente no les parecía nada bien que solo me la pasara en ese trabajo que para ellos, McDonald's lo veían como un trabajo para esclavizar y con un salario mínimo.
No estoy defendiendo McDonald's. Claro qué hay lugares mejores y con un buen sueldo. Pero no en cualquiera te encontraras con unos amigos que los consideraste como un vínculo familiar.

Renunciar al lugar donde viviste experiencias increíbles, momentos de risa, llantos, sustos, romancé y en donde conocí a la persona que me enamoré por completo, tuve que soltarlo.

El día que fui a firmar mi renuncia Armando había hablado conmigo. Había llegado primero a sentarme en una mesa justo enfrente del mostrador para llenar la hoja de renuncia. Tome una pluma y empecé a escribir. Normalmente en una renuncia tienes que explicar el motivo y qué tal te pareció el trabajo, sin embargo, en mi ocasión había puesto cosas totalmente diferentes.
En una pregunta que venía en la hoja decía, ¿volverías a trabajar con nosotros?. Casi la mayoría pone que No, en cambio, yo había puesto que probablemente.
A continuación, Armando llegó a saludarme y para darme un abrazo de despedida.
—¿Ya estás decidido?—. Pregunta Armando.
—No hay vuelta atrás, en cuanto firme esta hoja, yo ya no estaré mañana aquí.
—Pero, ¿vendrás a visitarnos verdad?
—De eso no cabe duda, cuando tenga tiempo, vendré a verte
—Pero no solo a mi, también a Brian
— Es cierto, Brian, ¿está el aquí?— pregunto mirando hacia el mostrador buscando la mirada de Bria— ¿vino a trabajar?
— El está aquí, ¿quieres que le llame?
—Por favor—. Armando entra y busca a Brian, en unos instantes sale el con una sonrisa de mejilla a mejilla.
—¿Que pasa Moycas, ya te vas de aquí?
—Si, aunque no quiera
—No pues está bien, mientras busques un lugar mejor
—Trataré de buscar otro trabajo, quizás me tome un tiempo en descansar y trabajar en mi
—Espero te vaya bien, cuídate mucho— Brian me tomó de mis hombros y me abraza. —Cuídate mucho Brian, nos volveremos a ver, trataré de visitarlos de vez en cuando—. Le digo mientras seguíamos abrazados. —A ver si un día salimos—. Dice Brian mientras me aparta de él y me vuelve a sonreír.
—Si claro, espero salir muy pronto—. Respondo. Brian vuelve a adentro y yo me quedo en la mesa, me dispongo a firmar y en seguida entrego los papeles.
Al salir de ahí, no mire hacia atrás, pues sabía que en algún momento iba a soltar una lágrima.
De esas veces que te vienen a la mente flashbacks de momentos que pasaste por algo y sonríes de la nada, algo así me sucedió mientras salía por la puerta.

                                1 mes después

Me había tomado un mes en conseguir trabajo, ahora trabajo para una agencia de seguros. Sin embargo, aún no podido olvidar mi antiguo trabajo, ni siquiera a Armando y Brian, no es que no los quiera olvidar, la cuestión es que sigo hablando de eso con cualquier otra persona en un tema de conversación.
—¿Tan mal estoy como para hablar de ellos siempre?— me pregunto.
No estoy mal psicológicamente, —¿es acaso que me observo bastante con ellos?— me vuelvo a preguntar.

El 04 de Mayo del 2022 salió la película de Doctor Strange: en el multiverso de la locura y la iba ir a ver con Armando y Brian.
No espero que esta sea la última salida pero si lo es, quiero darle un beso a Brian, solo para AI pueda cerrar un ciclo. —¿No está mal o si?— me pregunto.

La noche que te fuiste Donde viven las historias. Descúbrelo ahora