Frenesí

22 2 0
                                    

Lance, una vez más se encontraba confundido y sorprendido. No sabía hasta qué punto los poderes de la chica podrían impedir que se desgarrara física o emocionalmente.

No podía dejar de pensar en todo lo que esto implicaba si alguien se enteraba; él es diez años mayor que ella, y aunque como campeón podría usar sus influencias para protegerse de cualquier consecuencia, era obvio que la gente empezaría a dudar de su moral nuevamente.

¿Era lo correcto hacerlo con alguien tan joven, sabiendo que aún podría tener sentimientos por su amor imposible?

Pese a esto, Yellow parecía segura, casi como si lo hiciera a propósito para atormentarlo y la vez minimizar el desamor que aparentemente no le afectaba tanto.

La verdad es que ambos tenían miedo de lo que podría pasar, pero ya era tarde.

Se separaron un momento y Lance se deshizo de su última prenda dejando ver el enorme y vigoroso símbolo de su masculinidad. Yellow sintió sus latidos acelerarse mientras lo veía. Estaba más emocionada que preocupada.

-Espero que estés lista. –Dijo mientras se acercaba a ella para besarla con pasión nuevamente.

La rubia sentía el miembro acercarse a su entrada, lo que la tenía expectante. La deliciosa sensación de la punta rozando su intimidad, a medida que comienza a introducirse, se transforma en una especie de dolor que nunca antes había sentido.

"Ah... esto... esto es normal" Piensa para sí misma, recordando todo lo que le habían contado.

Lance inmediatamente nota esto y para.

-Cielos... ¿Y-Yellow? ¿Te lastimé?

Yellow toma un muy profundo respiro.

-Estoy bien, solo confía en mí.

"El truco es seguir respirando".

El pelirrojo decide obedecer una vez más, y continúa entrando su longitud dentro del cuerpo de la chica, quien hace una mueca y hunde las manos en las sábanas de su cama.

Dejan atrás la castidad y la soledad de tantos años, ese dolor poco a poco se convierte en placer.

-Agh... - Un profundo gruñido del maestro dragón.

La sensación es inigualable para ambos, Lance se incorpora y acomoda las piernas de la chica en sus hombros, siente las entrañas calientes apretando su miembro mientras se mueve, y Yellow disfruta el sentir de estar llena hasta lo más profundo.

Se miran a la cara. La expresión de Yellow es inigualable. Está perdida en los intensos ojos. El calor del bosque y el de sus cuerpos hacía que comenzarán a sudar.

Entre jadeos, Lance apresura el ritmo de sus embestidas, los suaves gemidos de la joven armonizan con sus gruñidos, algo que lo vuelve completamente loco. La emoción y el apuro de no ser atrapados en el acto, enciende más las pasiones de ambos.

Coloca las manos sobre su delgada cintura, obteniendo un sentimiento de control que lo llena de éxtasis. Ahora que está seguro de no estarla lastimando, puede darse rienda suelta. Poseído por la lujuria, da un paso más atrevido. La toma de las muñecas y se acerca su oído.

-Dime que soy mejor que él.

Yellow, que ahora tiene las piernas rodeando su cadera, comprende que es lo que intenta; quiere que olvide al muchacho que rompió su corazón.

-Dímelo, pequeña, dime que me prefieres a mí.

Ahora la embiste lento, pero profundo.

-Y-Yo... ah...

En medio de la locura, Lance deja pequeñas mordidas en su cuello, que la excitan aún más.

-Te prefiero a ti...

Como si estuviera satisfecho con lo que escuchó, comienza a besarla intensamente mientras sigue embistiendo. Ella, con las manos recorriendo su firme espalda, no puede pensar en otra cosa que no sea lo mucho que está disfrutando el momento.

-Estoy cerca... - Exhala con la respiración agitada.

-Ha... Hazlo afuera.

El par puede sentir como algo dentro de ellos arde fuertemente.

Hasta que en el momento preciso, con un jadeo brusco, Lance retira su miembro rápidamente para dejar salir sus cálidos fluidos sobre el vientre de Yellow, mientras ella emite un último gemido casi sin aliento. Una sensación que ninguno de los dos pudo haber imaginado jamás.

Quedan boquiabiertos, agitados e incrédulos. De verdad habían hecho el amor después de añorarse mutuamente de forma casi inconsciente por años.

Una tempestad de sentimientos encontrados los recorre. ¿Conque, es así como se siente? ¿Es este el momento tan especial de el que todo mundo habla? ¿Cómo es que es tan fácil caer rendido ante estas tentaciones? Esto es, después de todo, lo que nos hace humanos.

Después de recuperar un poco la respiración, Lance se deja caer sobre la cama a un lado de su dama. Quedan en silencio por un momento más, tratando de recuperar las fuerzas.

Todo las inquietudes, preocupaciones y temores se habían ido para dar lugar a ese momento de éxtasis, lo habían disfrutado. No había lugar para ningún otro pensamiento más el haber tenido su primer encuentro después de tanto tiempo de deseos ocultos.

Después de ese extraño momento sin palabras, Lance interrumpe.

-Creo... Creo que pude haber sido un poco celoso... Y un poco salvaje. Lo siento, no era mi intención lastimarte.

-No me lastimaste – dice Yellow mientras sonríe gentilmente—creo que fue maravilloso.

-Tal vez dije algunas cosas acaloradas hace rato... me disculpo también por eso.

Yellow reflexiona un poco. Mira al techo con extravío. Mientras, él se da la vuelta para quedar boca arriba junto a ella.

-Cuando era niña creía que en que mi destino era con él, pero ir creciendo me dio otra perspectiva. Aunque dije que su felicidad me haría feliz, me estaba resistiendo a aceptar la verdad.

Deja ir un suspiro.

-Su corazón nunca podría ser mío, porque jamás sintió lo mismo que yo por él. No era más que una ilusión.

Lance notó que se desanimaba nuevamente, así que la envolvió con sus brazos.

-Te cansaste de esperarlo, ¿no es así?

Yellow lo miró con tristeza una vez más. Una mirada que valió más que mil palabras. Lance la abrazó con calidez, juntando sus cuerpos aún más. Se armó de valor para pronunciar las siguientes palabras.

-Ahora que sabes que he estado enamorado de ti, quiero saber... ¿Tú me amas a mí?

Una pregunta difícil. Era complicado que Yellow superara su crush con el chico de ojos rojos. Después de todo, llevaba años deseando ser correspondida. ¿Bastaba haber perdido su virginidad para abandonar esa etapa?

-Está bien si no respondes, lo entiendo.

Había algo mucho más profundo sucediendo, aunque no se dieran cuenta. Lance por su parte, quien siempre aparentaba ser un hombre serio, maduro y recto, ahora parecía inseguro y estar buscando afecto desesperadamente.

Yellow dejaba atrás su faceta de chica serena y dulce para mostrarse firme, decidida, e incluso feroz. Un lado de ellos que pocos habrían visto.

-Lance... Sinceramente, no lo sé. Tendría que averiguarlo con el paso del tiempo, esto fue muy rápido para mí.

Aunque no era la mejor forma de empezar, era un paso adelante.

El domador de dragones pensó un poco. En su cabeza aún seguía el sentimiento de culpa y la posibilidad de meterse en problemas. Pero este no era el momento para pensar en el peor escenario. Miró a Yellow aún reflexiva. Sonrió suavemente.

-Bueno, si no te parece suficiente.... Hay cierta lluvia de meteoritos mañana en la noche que podría gustarle a cierta dama a la que amo mucho.

Yellow lo mira con ilusión en los ojos.

-Oh vaya... ¡yo pensaba invitarte primero!

El corazón de la bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora