Las últimas dos semanas de vacaciones pasaron demasiado rápido, más de lo que a Sunoo le hubiera gustado, pero no podía hacer nada para evitarlo cuando se levantó ese lunes por la mañana con mucha pereza y cansancio.
Muy pocas veces se esforzaba por verse realmente bien, lo hacía únicamente cuando la situación lo ameritaba, pero teniendo en cuenta de que ya era su segundo año de universidad y de que vería los mismos rostros en los pasillos de su facultad, decidió que no debía arreglarse tanto, solo lo suficiente para no parecer un vago y sentirse cómodo.
Todavía recordaba su primer año de universidad, su ceño se mantuvo fruncido y su rostro denotaba incomodidad por el montón de alfas desesperados por acercarse a él, buscando su atención con halagos patéticos que sólo causaban disgusto. Sabía que era atractivo, pero odiaba esa atención, en especial cuando de alfas se trataba, poniéndolo de los nervios en lugar de hacerlo sentir querido o impresionado, así como la mayoría de omegas se sentían cuando los alfas les prestaban atención. Riki no estaba en su misma facultad, por lo que debía cuidarse él mismo de cualquier tonto alfa que quisiera molestarlo durante ese tiempo, porque al menos con Riki a su lado, no eran tan intensos y mantenían cierta distancia.
Sunoo acomodó la mochila sobre su hombro y se hizo paso dentro de su facultad unos minutos antes de que las clases dieran inicio, manteniendo una expresión calmada, distraído, metido en sus propios pensamientos para no darle importancia a las miradas envidiosas de algunos omegas que lo juzgaban y las deseosas de los alfas que solo querían un rato con él, ¿es que acaso los alfas pasaban las veinticuatro horas en celo como para verse tan necesitados siempre?
—Sunoo, que gusto verte de nuevo. Las vacaciones te sentaron muy bien —lo analizó muy bien de pies a cabeza, comiéndoselo con la mirada.
El mencionado arrugó la nariz de manera automática cuando el fuerte olor del alfa llegó a sus fosas nasales, reconociéndolo de inmediato. Aún era temprano, no quería ser grosero, pero su reacción fue inconsciente ante ese tono de voz tan sugerente y esa asquerosa mirada.
—Jaechan —le sonrió forzadamente, tratando de controlar sus impulsos para no ser grosero a pesar de que se lo merecía, todavía no olvidaba que hace unos meses atrás, antes de las vacaciones, quiso sobre pasarse con él en la salida, cuando el salón estaba vacío, aprovechando la situación para hacer su acercamiento que terminó en una fea discusión porque Jaechan no contaba con que fuera a defenderse.
—Te ves precioso —se acercó un poco, levantó su mano con la intención de tocar los cabellos que caían sobre el rostro del omega, pero este apartó su mano rápidamente con un suave golpe.
—¿Qué haces? —enarcó una ceja, dando un paso hacia atrás.
—Solo quería ver mejor tu rostro —respondió con normalidad— No es nada malo, tu cabello tapa tus hermosas facciones.
Sunoo suspiró sonoramente y rodó los ojos.
—Quítate de mi camino —demandó, haciendo el amago de seguir caminando, pero el alfa se lo impidió, tomando su muñeca con fuerza y posesión, como si tuviera el derecho de hacerlo.
—No seas así, bonito. Te ves precioso, ¿está mal decírtelo? —lo jaloneó para que se mantuviera quieto frente a él, ignorando las feromonas de enojo que había empezado a picar en su nariz.
—No, no es malo solo si te pregunté, pero en esta ocasión, no lo hice, así que no veo porqué tengas que seguir tocándome o hablándome como si fuéramos cercanos.
El alfa apretó la mandíbula ante el descaro de hablarle así, mirándolo con una dura expresión que podría doblegar del miedo a cualquier omega, pero Sunoo no podía ceder ante esas actitudes, su rebelde omega se seguía negando a ser sometido por un insignificante alfa que estaba enojado porque le tocaron el orgullo.
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Meant to be. ‹𝟹 Heesun
Fanfiction❝Lee Heeseung creyó ser un alfa inútil y débil toda su vida gracias al desprecio de su familia y la misma sociedad hasta que encontró a Kim Sunoo, un omega fuera de los estándares que le mostrará que ir en contra de su naturaleza, no es del todo mal...