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Los gemidos de Sunoo inundaron la habitación, enviándole corrientes de excitación al alfa que lo miraba totalmente ido. Su respiración se volvió agitada, negándose a apartar la vista de tan sorprendente omega buscando su atención.

Y claro que lo atendería.

Con cierta desesperación, Heeseung quitó su camisa y pantalones, quedando únicamente en ropa interior con una erección muy marcada. Esa acción no pasó desapercibida para el omega que puso total atención, relamiendo sus labios al notar el bulto en la ropa interior del alfa.

Con agilidad, Sunoo se giró rápidamente y se recostó de espaldas a la cama, abrió sus piernas y empezó a masturbarse con desesperación sin dejar de ver al alfa. La excitación lo había cegado completamente, en la mente del omega solo estaba el deseo de ser penetrado y marcado, no necesitaba más que eso.

Heeseung sintió como poco a poco, su alfa empezaba a tomar las riendas de sus acciones; se subió sobre el cuerpo del omega, sacándole un jadeo sorpresivo. Alcanzó sus labios con facilidad, iniciando un beso húmedo y desordenado, mordiendo sus labios al mismo tiempo que movía su pelvis contra la del omega, creando un placentero roce, llevándolos a niveles más altos de excitación y necesidad cuando sus erecciones se rozaron.

—Alfa~ —dijo Sunoo en un suspiro, sintiendo su piel quemar con cada toque— Te necesito dentro alfa~ —suplicó, cerrando con fuerza los ojos.

Sunoo no necesitaba seguir esperando, no necesitaba dulzura en ese momento, solo quería sentir a Heeseung dentro de él hasta saciarlo. Mordisqueó el hombro del mayor sobre él, sacándole un fuerte quejido, frunciendo el ceño por no obtener lo que estaba pidiendo.

—¡Hey! —Heeseung exclamó al sentir como Sunoo se removía inquieto, mordiéndolo por todos lados en señal de disgusto.

—Déjame montarte, alfa, eres muy lento —pidió con una sonrisa juguetona en su rostro, enredado sus brazos alrededor del cuello del pelinegro, atrayéndolo para darle inicio a un nuevo y pasional beso.

Heeseung no tenía ni siquiera tiempo para reaccionar a las peticiones del omega, no podía ni siquiera pensar claramente sobre qué debía hacer, pero si seguía intentando, se quedaría estancado, por lo que lo mejor era simplemente dejarle todo a su alfa, dejando de lado cualquier traba que él mismo quisiera ponerse, porque a esas alturas, difícilmente, el omega lo dejaría ir.

Sunoo soltó un pequeño grito sorpresivo cuando Heeseung lo giró contra la cama, obligándolo a pegar su mejilla contra las almohadas mientras elevaba instintivamente las caderas para darle un mejor acceso. Su omega estaba encantado, jadeando en respuesta ante las manos del alfa posicionándose en su cintura para luego bajarlas hacia sus piernas, dándole caricias sobre éstas. Movió su trasero de un lado a otro, tentándolo.

Heeseung gruñó en satisfacción, se alejó un poco para bajar su ropa interior y por fin liberar su miembro erecto. Sunoo lo vio por sobre su hombro, deseándolo cada vez más; llevó dos de sus dedos hacia su entrada y los metió sin dificultad debido a la lubricación y dilatación. Gracias a sus anteriores celos, Sunoo sabía que no necesitaba demasiada preparación para poder recibir algo, por lo que ahora, sabía que no tardaría mucho en satisfacerse ni sentiría demasiado dolor.

Con un manotazo no tan fuerte, Heeseung apartó la mano del omega, poniendo ahora una de sus manos en un agarre fuerte en su cintura y la otra en su miembro para alinearlo en su entrada, rozando la punta de manera tortuosa. Tal vez, estando totalmente consciente de sus acciones, no estaría actuando de esa forma en la que parecía que sabía exactamente lo que hacía, el nerviosismo le hubiera ganado sin dudar, pero por el momento, cederle el control a su alfa fue la mejor decisión.

Meant to be. ‹𝟹 HeesunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora