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Cuando Heeseung llegó de trabajar, Sunoo sabía que se encontraba enojado, lo supo por la incomodidad en el enlace que compartían. Por eso, decidió que debía tomar las cosas con calma, que no era un buen momento para hablar, y no sabía si le causaba alivio, o le preocupaba porque no sabía como llegar a él.

Esa tarde después de clases, consiguió una prueba de embarazo en la farmacia cuando Heeseung salió a trabajar. Estuvo demasiado nervioso todo el camino de regreso a casa, rogando por obtener una respuesta negativa a pesar de que su lobo le aseguraba lo contrario, quitándole casi toda su esperanza. Se metió al baño, siguió las instrucciones del empaque, y luego de hacer el procedimiento, esperó el tiempo necesario para saber la verdad.

Caminó de un lado a otro dentro del baño, sintiéndose al borde de las lágrimas y desesperación, mordiendo sus uñas con ansias, posponiendo el momento en que el que debía ver la respuesta. Respiró profundamente cuando se detuvo frente al lavamanos en donde reposaba la prueba boca abajo, viéndola con temor y preocupación. Exhaló cuando no pudo más con la espera, sintiendo su corazón latiendo con fuerza contra su pecho y sonando fuerte en sus oídos, pareciéndole una tortura.

-Es hora -dijo para sí mismo en un susurro, llenándose de valor para ver los resultados, dándole por fin la vuelta a la prueba.

Su expresión se mantuvo seria por unos segundos en lo que trataba de procesar la prueba en sus manos, todavía sonando muy fuerte en su cabeza el sonido de sus propios latidos, y luego, rompió en llanto.

Positivo.

Dos líneas aparecieron en la prueba, dando positivo a un embarazo del cual se sentía asustado. Apretó con fuerzas sus manos, recargándose sobre el frío lavamanos con la cabeza agachada, conteniendo el llanto desesperado, sosteniéndose de no caer.

No quería cachorros tan pronto, pero el hecho de que todo estaba tan mal y caótico en su entorno, lo hacía desearlo menos, no se sentía estable como para hacerle frente, menos con su alfa tan distante.

Ya con eso tenía suficiente para hablarlo con Heeseung, no había más opción porque era su alfa y debía saberlo; buscar una solución juntos le parecía mucho mejor a tener que decidir por sí mismo algo tan importante como eso, porque al final, su opinión también le importaba. Dejar que pase más tiempo solo causaría problemas a la larga, y lo que más le preocupaba era la actitud de Heeseung, porque si Heeseung seguía actuando de esa manera para entonces, estarían realmente jodidos.

Por eso, cuando Heeseung llegó con un horrible humor, decidió que debía buscar la manera de calmarlo y hablarle de manera tranquila, porque sea como sea, debía obtener una respuesta de su parte para saber a lo que se estaba enfrentando.

-Hee... ¿Quieres hablar conmigo de lo que pasó en el trabajo? -preguntó sutilmente.

Heeseung sabía que se refería a su enojo, no debía ser especifico en eso. Miró al omega unos segundos antes de negar con la cabeza, en silencio.

Sunoo lo vio subir las escaleras, y luego, escuchó la puerta cerrarse de un portazo.

De verdad que era un mal momento, pero tenía el presentimiento de que la noticia podría hacerlo reaccionar de alguna manera, tal vez, despertaría de nuevo en él ese lado que ya no mostraba. Se sentía más como una esperanza que una realidad.

Decidido y con valentía, subió las escaleras también minutos después hasta la habitación, abrió la puerta y se encontró al alfa de espaldas sin siquiera haberse cambiado de ropa, sentado en una silla frente a uno de sus lienzos, enfocado en mezclar colores para calmar a su lobo a través de la pintura. Eso siempre lograba relajarlo.

-Si no vas a dormir ya, te pido que salgas de aquí -dijo con voz neutra el pelinegro, empezando a trazar las primeras líneas de color sobre la superficie blanca.

Meant to be. ‹𝟹 HeesunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora