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Heeseung se encogió del susto en su asiento cuando el señor Kim se levantó de la silla seguido de un fuerte golpe sobre la mesa con una expresión molesta en su rostro.

La noticia de la marca en Sunoo no pareció agradarle mucho, aparentemente.

Al contrario de él, Sunoo se encontraba a la defensiva, a la espera de responder sin temor alguno ante cualquier cosa que quisiera decirle. Siendo él un alfa, se sentía demasiado intimidado en la presencia de otro alfa que le ganaba en edad, experiencia y fuerza. No tenía la mínima intención de discutir o de exaltarse, controlar sus emociones era primordial para no tener que entrar en un conflicto, no sería prudente de su parte ponerse agresivo con el padre de su omega.

De cierta forma, comprendía la molestia del señor Kim, Sunoo era su único hijo y aceptaba que tal vez, había sido un poco irresponsable al marcarlo tan pronto sin haberse tomado el tiempo de que al menos lo conocieran.

—No has terminado tus estudios, Sunoo —recordó el señor Kim con evidente tono de regaño.

—¿Y eso qué tiene que ver? ¡No es como si la marca significara que voy a dejar tirado todo!

—Dios, Sunoo, parece que no lo entiendes —el señor Kim sobó sus sienes con frustración, viendo ocasionalmente a su esposa que parecía demasiado tranquila.

—Sunnie, lo que tu padre trata de decir es que tener cachorros en este momento no te conviene —dijo con tranquilidad— Los dos siguen siendo muy jóvenes para aventurarse a todo lo que viene —los miró a ambos.

—¡Nadie está hablando de cachorros! —se exaltó el menor de inmediato— Además, ¿no era eso lo que querías, papá? Estabas tan preocupado por conseguirme un alfa hasta el punto de presionarme todo el tiempo con absurdas amenazas. Tengo un alfa ahora, ¿por qué estás en contra?

Si, Sunoo tenía razón, Kim Heejun podía aceptarlo para sí mismo, estuvo mucho tiempo enfocado en encontrarle un buen alfa a su hijo, alguien que le asegurara una buena posición social y que fuera un buen partido, y Heeseung cumplía con todo eso al ser el hijo de Lee Joongi, pero su lado protector salió a flote sin haberlo esperado, enfrentando una realidad que ya no podía cambiar.

—Como sea —el señor Kim apartó la mirada, tomando asiento de nuevo con total resignación— Al menos es el hijo de Joongi, es lo único que me importa ahora que no hay vuelta atrás —dijo casi en un susurro para sí mismo, suficientemente audible para los presentes.

—¿Conoce a mi papá?

—No... —respondió inseguro bajo la atenta mirada del pelinegro— Es lo de menos, no me hagan caso.

—¿Por qué eso te da alivio? —le preguntó el omega, curioso— No parecías estar muy feliz con la idea de que me gustara Heeseung hace unas semanas.

El señor Kim suspiró rendido, conocía a su hijo, estaría insistiendo hasta conseguir una respuesta que lo hiciera sentir satisfecho.

—Heeseung es el heredero de una gran cadena de hoteles, su padre, Lee Joongi es el actual dueño... Es un hombre muy poderoso.

Sunoo abrió los ojos, sorprendido, dándose cuenta de que no conocía esa información.

—No es algo que me guste decir —dijo Heeseung al ver la sorpresa en el omega— Yo no quiero nada de eso, es el deseo de mi papá, no el mío.

—¡Y lo dices hasta ahora!

Heejun esperaba no haberse equivocado al decir eso, nadie debía saber que él y el señor Lee han estado contactándose ocasionalmente para ponerse al tanto de las cosas que estaban pasando entre sus hijos, y al parecer, la noticia de la marca era algo que ninguno de los dos sabía.

Meant to be. ‹𝟹 HeesunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora