Por primera vez en un buen tiempo, Heeseung despertó totalmente descansado, su cuerpo no dolía y no habían rastros de cansancio o de sueño acumulado; se sentía muy bien, y si no fuera porque estaba impregnado del olor de Sunoo, estaría convencido de que lo que había pasado el día anterior, fue solo un sueño. Pero no, Sunoo seguía ahí, a su lado.
Se giró hacia el omega y lo observó todavía profundamente dormido. Anoche, Heeseung creyó que Sunoo querría dormir en otra habitación para evitar cualquier incomodidad, incluso la había limpiado y ordenado minuciosamente para él, pero fue Sunoo el de la iniciativa de dormir juntos. Claramente, eso lo hizo muy feliz, tan feliz que quiso llorar otra vez; pero no, se contuvo muy bien de hacerlo, seguramente hubiera sido vergonzoso. Al principio, no sabía qué debía hacer, no sabía qué actitud tomar, por lo que se mantuvo quieto en la orilla de la cama, dejando el mayor espacio posible entre ellos con la intención de no incomodar al omega, y otra vez, fue Sunoo el que se acercó a él, refugiándose entre sus brazos justo antes de dormir.
No quería admitirlo, tampoco quería demostrar lo débil que se había vuelto de nuevo, tanto que cada acción que Sunoo hacía, lo quebraba hasta el punto de hacerlo llorar. Tal vez era de felicidad, tal vez era de alivio o incluso, de nostalgia, no estaba seguro, pero tenía la certeza de que no era de tristeza, ni de pena y tampoco de desdicha.
Se sentía bien no tener esos sentimientos.
—Deja de verme —murmuró Sunoo todavía con los ojos cerrados, apenas despertando.
Heeseung salió de su trance al escucharlo hablar, poniéndose nervioso por haber sido descubierto.
—Perdón —murmuró también, alejándose con rapidez hacia la orilla de la cama.
Sunoo rió en voz baja, enternecido por su evidente timidez. Estiró su brazo y agarró la muñeca del alfa, tiró un poco de él, dándole a entender que quería que se acercara. Y Heeseung lo hizo.
—¿Por qué te sigues alejando? —le preguntó al abrir los ojos.
—Porque... Porque no quiero molestarte —respondió, apartando la mirada mientras jugueteaba nerviosamente con sus dedos.
—No me molestas —sonrió, sobando su mejilla con suavidad y lentitud— Extrañé dormir contigo.
Heeseung sintió su corazón acelerarse ante el tacto de la mano del omega en su rostro, sonrojándose al instante por la cercanía y por sus palabras, recordando ese tiempo en el que Sunoo hacía de todo por estar cerca de él, y él era muy timido para manejarlo.
Estaba viviendolo de nuevo.
—Yo también —respondió, agachando la mirada con cierta vergüenza— Realmente te extrañé... No sabes cuánto —mordió su labio inferior, sintiendo de nuevo ese horrible nudo en la garganta.
Sunoo siguió sobando su mejilla, concentrado en esa acción. Luego de un corto silencio, pasó su brazo alrededor del cuerpo del alfa, acercándose lo suficiente para apoyar su cabeza contra su pecho. Automáticamente, Heeseung hizo lo mismo, abrazándolo con cariño y sin intenciones de soltarlo por un buen rato, aprovecharía muy bien esos pequeños momentos que esperó con anhelo.
—Lo siento tanto, Sunnie —susurró con la voz quebrada— De verdad lo siento mucho.
—Sé que si —asintió el omega, dejando escapar algunas lágrimas silenciosas— Te perdono, Heeseung. Está bien. No te preocupes más por eso.
—No merezco que estés aquí conmigo, deberías odiarme al igual que todos.
Los sollozos de Heeseung se hicieron audibles, y mientras más lloraba, más se aferraba al delicado cuerpo de su omega, aterrado por ser abandonado otra vez, aterrado por tener que vivir nuevamente en ese lugar oscuro y sin ilusiones que se había creado con su ausencia, ese pozo en el que no había más que tristeza y felicidad momentánea que nunca lo llenaba por completo.
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Meant to be. ‹𝟹 Heesun
Fanfiction❝Lee Heeseung creyó ser un alfa inútil y débil toda su vida gracias al desprecio de su familia y la misma sociedad hasta que encontró a Kim Sunoo, un omega fuera de los estándares que le mostrará que ir en contra de su naturaleza, no es del todo mal...